El día que el Manchester City se fue a Tercera con un ex Boca

Antes de la llegada de los petrodólares de Emiratos Árabes Unidos en 2008, en las vitrinas del Manchester City había bastante espacio… Los Ciudadanos apenas tenían dos trofeos de la vieja First Division (nombre de la máxima categoría del fútbol inglés hasta que en 1992 empezó la Premier League): uno que habían ganado en la 36-37 y otro de la 67-68.

De hecho, previo a que el jeque Mansour bin Zayed decidiera desembarcar en el club, el City era un club acostumbrado a pelear en la mitad de la tabla y se había ido a la B muchas veces. El primer descenso fue en 1902 y volvió a bajar ocho veces más: 1909, 1926, 1938, 1950, 1963, 1983, 1987 y 1996. Sin embargo, el club que ahora busca a Lionel Messi tocó fondo en la 97-98: tuvo el peor año de su historia y terminó yéndose ¡a Tercera División!

Aquel humilde City de la catástrofe, claro está, no tenía a grandes figuras como Agüero o De Bruyne. Pese a eso, para las casas de apuestas era uno de los grandes favoritos a ascender a la Premier. ¿El motivo? Había logrado retener a Georgi Kinkladze, un enganche de Georgia, que venía de destacarse la temporada anterior y que había estado en el radar del Barcelona y del Liverpool… El Maradona del Mar Negro, como lo conocían a Kinkladze, había llegado al City en julio del 95 desde el Dinamo Tbilisi aunque a principios de ese año había estado a prueba en… ¡Boca!

Georgi llegó al Xeneize junto a Alphonse Tchami, pero, a diferencia del camerunés, no pudo ganarse un lugar y ni llegó a debutar oficialmente. Silvio Marzolini, DT en esa época, necesitaba un extremo izquierdo y el georgiano no tenía las condiciones para jugar por la banda. Por eso, tras un par de entrenamientos se volvió a su país y luego se fue a Manchester, donde se convirtió en ídolo pese a los flojos resultados.

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En la 97/98 el City, que tenía como dueño a una gloria del club como Francis Lee (había ganado seis títulos como jugador en los 60 y 70), arrancó muy mal: en los primeros cuatro partidos sumó dos derrotas y dos empates. Lee Bradbury, un delantero inglés que había llegado por tres millones de libras (una fortuna para la época tratándose de un club que estaba en Segunda), estuvo con la pólvora mojada y encima se rompió una vértebra. Uwe Rösler, el otro punta titular, también se lesionó. Kinkladze chocó y destrozó su Ferrari 355 en la autopista M56 de Cheshire y se perdió varios partidos por las heridas que sufrió. Tantas bajas se sintieron y durante octubre del 97 el City no metió ni un gol…

Tampoco funcionó otro de los fichajes: Jason van Blerk, un australiano que podía jugar de volante o defensor. Este muchacho tiene una perlita: con Australia jugó aquel famoso amistoso contra la Selección Argentina, en 1995, en cancha de Quilmes, cuando Gallardo erró un penal. ¡Y Van Blerk se burló del Muñeco en pleno campo de juego!

El 18 de febrero de 1998, los Ciudadanos, ya en zona de descenso, perdieron de local un partido insólito ante el Ipswich, que se lo dio vuelta 2-1 faltando siete minutos, lo que provocó la salida del DT Frank Clark. Y Joe Royle, ex delantero del club, se hizo cargo del equipo. Además del entrenador, el City cambió de presidente en plena debacle: Francis Lee, agobiado por las protestas de los hinchas que ya se veían venir el final de esta película, dejó su cargo (aunque mantuvo las acciones) y asumió David Bernstein.

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Con tanta inestabilidad, el club siguió en esa racha de malos resultados aunque llegó con vida hasta la última fecha. Eso sí, la tenía muy complicada: debía ganar y que Portsmouth y Port Vale no sumaran de a tres. Fue así como el 3 de mayo se convirtió en una fecha negra para el City: si bien goleó 5-2 al Stoke de visitante, no se le dieron los otros resultados y terminó descendiendo.

A la siguiente temporada, en Tercera, y ya sin Kinkladze, que se fue al Ajax por cinco millones de libras, el City tuvo una buena campaña: en las 46 fechas sumó 22 triunfos, 16 empates y 8 derrotas. Aún así no pudo asegurar el ascenso directo a Segunda (que consiguieron el Fulham y el Walsall) y debió jugar el playoff para subir. En semis limpió al Wigan pero en la final sufrió y logró el ascenso de forma milagrosa.

En un partido que los hinchas más veteranos de los Citizens aún recuerdan, le ganaron por penales al Gillingham, que iba 2-0 arriba a falta de tres minutos. Kevin Horlock puso el 1-2 a los 45’ ST y Paul Dickov igualó a los 50’. El City ganó 3-1 en los penales y terminó con su pesadilla en Tercera División. Aunque las pálidas seguirían por un tiempo:en la 2000/01 volvió a la Premier pero la alegría duró casi nada porque en la 2001/02 regresó a Segunda. Al final, en abril del 2002 jugó su último partido en la B de Inglaterra y volvió a la máxima categoría, donde ahora es una potencia que sueña con Leo Messi.

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