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La brecha salarial por condición de género se encuentra tan arraigada culturalmente que emerge al momento de postularse a un trabajo: las demandas de salarios pretendidas por los hombres son, en promedio, un 19 por ciento superiores a las de las mujeres para puestos similares. Las diferencias se amplían a medida que se trate de puestos superiores en escala jerárquica.
Así lo reveló un reporte sobre el mercado laboral de agosto realizado por el portal de empleo Bumeran, que indicó que el salario medio requerido por los postulantes fue de 64.012 pesos mensuales, pero con una diferencia según el sexo: los varones tuvieron una pretensión de 68.109 pesos y las mujeres de 57.289 pesos. En los últimos doce meses, el salario medio requerido por las mujeres aumentó un 34 por ciento, mientras que el de los hombres creció un 37 por ciento.
Asimismo, la diferencia de salario pretendido según género se incrementa en función de la experiencia o jerarquía del puesto al que se postula. En las posiciones junior, los hombres sugieren un salario 4 por ciento superior al de las mujeres. Para los puestos de mando como jefes o supervisores, el diferencial es de 17 por ciento y para aquellos que implican mayor experiencia como senior o semi senior, los hombres piden salarios 21 por ciento más altos que las mujeres que aplican a las mismas postulaciones.
Entre otras de las disparidades de género, Bumeran identificó que, si bien hay una equidad en la cantidad de postulaciones en promedio, la misma se pierde a medida que se incrementa la complejidad del puesto. Para los puestos junior, se postulan 55 por ciento de mujeres, para los senior o semi senior el 50 por ciento y para los puestos de jefe o supervisores responsable, apenas el 30 por ciento de las postulantes son mujeres.
El informe «La desigualdad de género se puede medir», que elaboró la organización Economía Femini(s)ta para el primer trimestre del 2020, contempló que en el mercado de trabajo, las mujeres ganan en promedio un 25 por ciento menos que los varones, 23.200 y 31.000 pesos, respectivamente. «Si tomamos la brecha de ingresos entre las y los trabajadores informales la misma asciende a 31%. Es decir, se amplía cuando vemos a aquellas/os asalariadas/os que tienen peores condiciones de trabajo», destaca el informe. Si se contemplan los ingresos no laborales, como jubilaciones y pensiones, cuotas alimentarias, subsidios, etc, la brecha disminuye a un 22,9 por ciento.
Bumeran destacó que, dadas las condiciones impuestas por la pandemia y el aislamiento social, el requerimiento general de incremento de salarios fue mucho más lento que durante el 2020. Agosto registró el menor incremento mensual con un 0,5 por ciento más que las pretensiones de julio. “De esta manera, la variación mensual se mantiene por debajo del 3 por ciento por sexto mes consecutivo”, remarcó.
En el desglose por categoría laboral, el salario medio requerido para puestos junior es de 42.605 pesos mensuales, con un incremento del 6 por ciento en los últimos tres meses y del 37 por ciento interanual. Los aspirantes a puestos jerárquicos solicitan, en promedio, 63.380 pesos, con una suba del 39 por ciento en el acumulado interanual. Por último, el salario pedido para los puestos de jefe/ supervisor es de 100.865 pesos y registra un alza del 3 por ciento en el trimestre y del 35 por ciento en doce meses.
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