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Uno de los grandes desafíos económicos 2021 será el frente inflacionario. En el reportaje con Página/12, el ministro Martín Guzmán explicó cuáles son las condiciones para continuar con la tendencia a la baja del nivel general de precios.
En este año el dólar oficial estuvo controlado, las tarifas congeladas, los salarios contenidos y hubo una recesión histórica. ¿Por qué la inflación igual será de casi 35 por ciento?
– Hubo una reducción fuerte de la inflación. Una baja de poco más de 20 puntos porcentuales respecto al año anterior. Además hubo una política de tipo de cambio que está en línea con la inflación. Y en la economía argentina, la variable clave para la determinación de los precios es el tipo de cambio, en un contexto en el cual todavía hay un uso fuerte del financiamiento del Banco Central al Tesoro Nacional. Por eso hay que ir manejando el tipo de cambio de una manera que no provoque desequilibrios. A medida que aumenta la cantidad de pesos, parte de esos pesos van al dólar y pueden provocar una demanda excesiva que afecte las reservas.
¿Está conforme con la evolución de los precios en este año?
– La tasa de inflación era la que esperábamos. Hubo una reducción fuerte pero sabiendo que la inflación no baja a un dígito de un año a otro. Se necesita un marco general de la macroeconomía ayudado por una coordinación de precios e ingresos. Es muy importante tener una estrategia antiinflacionaria integral.
¿Por qué en el 2021 la inflación será menor si esas variables claves se empezarán a mover al alza (tarifas, salarios, dólar)?
– Porque habrá crecimiento económico. Y eso es bueno porque parte de las necesidades de financiamiento del Tesoro para cubrir el déficit fiscal no será tan inflacionaria. Lo que se necesita es un equilibrio entre las variables. Con las tarifas vamos a cambiar el esquema del gobierno de Juntos por el Cambio que era inflacionario; el nuestro no lo será. El tipo de cambio se moverá al ritmo de los precios, en un contexto que esperamos que siga bajando la inflación. Y el salario real se recuperará porque es uno de los motores del crecimiento económico, que es la demanda. En un contexto de crecimiento económico es lógico que el poder adquisitivo del salario suba. Si se observan todas las variables clave hay una proyección de control y reducción de la inflación.
En el 2020 estuvieron contenidas esas variables e igual la inflación fue elevada. Pregunto de otro modo: ¿cuáles consideran que son las principales fuentes de tensión inflacionaria?
– El tipo de cambio es la principal. Y después las tarifas. Por eso es tan importante definir un esquema consistente sobre cómo se determinarán.
¿Y el salario?
– El salario en sí no genera inflación. El salario en Argentina es una institución y tenemos que preservarla. Y buscar que el poder adquisitivo crezca por encima de la inflación para potenciar la recuperación.
¿Cuál es la estrategia antiinflacionaria?
– La forma que nosotros pensamos la política antiinflacionario es integral. Por un lado está la política macroeconómica, que incluye la política monetaria, cambiaria y fiscal. Por otro lado, la política de precios e ingresos, en un esquema donde hay inflación y pujas distributivas que si no se coordinan provocan un desancle de las variables nominales.
¿Cómo plantea esa estrategia?
– Desde el punto de vista macroeconómico hemos planteado un Presupuesto que incluye una porción de financiamiento del Banco Central al Tesoro y una política cambiaria que busca que el tipo de cambio al 31 de diciembre de 2021 termine en términos reales al mismo nivel que en diciembre de 2019. Así en dos años los precios y el tipo de cambio van a ir de la mano. En términos fiscales, habrá una menor asistencia del Banco Central al Tesoro. Junto a esta base estará la política de tarifas que modificará el esquema para que sea consistente con el objetivo de 29/30 por ciento de inflación proyectado en el Presupuesto 2021.
¿Seguirán los controles de precios?
– Habrá una política de coordinación de precios e ingresos. Es central para reducir la inflación en una economía como la argentina. Es un elemento central la coordinación de los precios. No es la política antiinflacionario per se, pero si es importante. La mesa de coordinación será central en nuestra estrategia.
Las empresas buscarán recomponer sus tasas de ganancias.
– Tiene que haber un aumento del poder adquisitivo del salario. Por lo tanto los márgenes de ganancias de las empresas tienen que respetar esa premisa porque el aumento del salario real es fundamental para potenciar la recuperación económica. Y todos se benefician con el crecimiento. El Estado tendrá un rol central en la coordinación para alcanzar la inflación proyectada.
La clave entonces es que el sector privado acepte esa coordinación. En estas semanas, los empresarios de insumos de la construcción no mostraron esa vocación. Hubo un poco más de demanda y aumentaron los precios. Es la histórica puja distributiva.
– La estabilización de precios es una tarea colectiva. La coordinación estará en manos del Estado. El sector privado estará en esa mesa de coordinación.
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