Horacio Rodríguez Larreta quiere bajar a menos de la mitad el recorte de Nación y que no pase los $ 15.000 millones

Con la decisión del Gobierno de quitarle un punto de coparticipación a la Ciudad se abrió una negociación entre ambas jurisdicciones en diferentes frentes. Por ahora, tanto en la Casa Rosada como en la jefatura de Gobierno apuestan a mantener el diálogo y a evitar los cortocircuitos.

Sin embargo, hay ruidos. Cerca de Horacio Rodríguez Larreta confían en que el recorte estará lejos de los $ 35 mil millones que sugieren desde el entorno de Alberto Fernández. Quieren que se reduzca a menos de la mitad, con un tope de $ 15.000 millones. Defienden que el incremento se debe al traspaso de la Policía Federal a la Ciudad. En el Ejecutivo nacional señalan que hubo un error de cálculo cuando le otorgaron el beneficio.

El Presidente y el jefe de Gobierno buscaron bajarle el tono a la polémica. «Lo hablé con Larreta, lo entiende, lo vamos a resolver», dijo el primero. «Quiero ratificar una vez más mi vocación de seguir manteniendo un diálogo constructivo e institucional con el Gobierno», escribió en Twitter el segundo. Fuera de micrófono, hay funcionarios que reconocen que la tensión podría escalar.

Larreta no se sorprendió demasiado con la iniciativa oficial. El Presidente le había anticipado su decisión durante el primer encuentro entre ambos el 6 de diciembre. Luego, el jefe de Gobierno pasó tres veces por Balcarce 50. Se reunió con el Presidente, con el ministro del Interior Eduardo “Wado” De Pedro y firmó la suspensión del pacto fiscal. Ese detalle (no tener que bajar impuestos) representará para el la Capital un alivio de entre $ 15 mil y $ 18 mil millones.

El vicejefe porteño Diego Santilli y el ministro de Hacienda de la Ciudad Martín Mura mantuvieron reuniones con la secretaria de Relaciones de Provincias Silvina Batakis y con funcionarios de Economía. El jefe de Gabinete porteño Felipe Miguel tiene diálogo frecuente con el jefe de asesores Juan Manuel Olmos.

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En la Ciudad justifican el incremento por el traspaso de la Policía a la Ciudad en 2016. «Esa negociación con Patricia (Bullrich) fue a cara de perro, no nos regalaron nada», sostienen en el Ejecutivo porteño.

En Interior, en cambio, destacan que hubo “un error” en el cálculo original y que el mismo está expresado en la Comisión Federal de Impuestos. Según el acta 470 de 2018, ese desfasaje representaría el punto de coparticipación en cuestión. En la Ciudad insisten en que esa Comisión autorizó las rendiciones de gastos durante los siguientes años y que, de haber un error, jamás podría ser de esa magnitud.

En el Gobierno nacional son conscientes del impacto que significaría un recorte de $ 35 mil millones en un presupuesto de $ 480 mil millones, pero defienden el recorte.

En la Ciudad, evitan dar un número mágico, pero uno de los delegados de Larreta se anima: “Hasta $ 12 o $ 15 mil millones tal vez podríamos estirarnos, pero estamos muy lejos de los $ 35 mil millones”. La misma fuente insiste en que la Ciudad es el segundo distrito más perjudicado en el reparto de la coparticipación después de la Provincia. “CABA produce el 22 por ciento del PBI y recibe el 3,5”, se queja. El jefe de Gobierno, por ahora, no piensa en recurrir a la Corte Suprema, pero tampoco lo descarta. 

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Arriba de la mesa hay negociaciones laterales por miles de millones. Esa ecuación -coinciden varios funcionarios- incidirá en la negociación por la coparticipación. La encabezan los subsidios de transporte, energía y AYSA: cerca de $ 15 mil millones por año.

A pedido de la Casa Rosada, la Ciudad prorrogó por 60 días el convenio para pagar los subsidios al Transporte. Son cerca de $ 1.000 millones que se hace cargo Larreta. En contrapartida, el Gobierno nacional ya dio marcha atrás con el traspaso de Edenor y Edesur a Capital y Provincia, que había ordenado Mauricio Macri. Larreta, en ese caso, contó con un aliado poderoso: el gobernador Axel Kicillof.

En tanto, el Gobierno de Fernández empieza a desandar la política de subsidios de la gestión anterior. Buscarían llevar más alivio a la mayor cantidad de habitantes posible; esa decisión beneficiará sobre todo a aquellos del área metropolitana. Algunos socios de Larreta, como el mendocino Alfredo Cornejo y el jujeño Gerardo Morales, ya expresaron su malestar.

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Negociaciones menores, pero también de millones, completan la relación entre la administración nacional y la porteña. El ministerio de Transporte analiza ceder a la Ciudad y a la Provincia los terrenos linderos al ferrocarril Sarmiento. También, evalúa la viabilidad de congelar el soterramiento, una obra que en la práctica ya está parada. «Hoy hay un túnel de 7 kilómetros sin estaciones ni rieles», afirman cerca de Mario Meoni. Larreta prefiere un viaducto, como en el Mitre y el San Martín.

En la Ciudad también esperan luz verde para la cesión definitiva de los playones ferroviarios de Palermo, Caballito y Liniers. De un lado hablan de federalismo y reparto equitativo. Del otro, de «látigo y billetera».

Ambos aseguran que el conflicto por ahora no le sirve a nadie. La mala relación entre Cristina Kirchner y Macri, entre 2007 y 2015, es un recuerdo fresco para todos.