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A Luis Arce Catacora lo recibieron en el aeropuerto de El Alto de dos maneras diferentes. La fiscal Heidy Gil Patzi casi no le dio tiempo a pisar suelo boliviano. Le hizo entregar en mano una citación para declarar en la Justicia apenas aterrizó el avión. El exministro de Economía de Evo Morales y ahora candidato a la presidencia ni siquiera había pasado por migraciones cuando se topó con un uniformado que cumplimentó el trámite. La hoja decía “sindicado” y en ella se leía la notificación de una causa por “incumplimiento de deberes”. Afuera, a 4.150 metros de altura, minutos después le dieron una bienvenida que lo tranquilizó. Esperaba por él una multitud que no lo hizo sentir solo y lo llevó en andas. Responsable de lo que define como “una economía al servicio del pueblo” y no “el milagro boliviano” – un concepto que cuestiona – llegó para quedarse. Mañana que vence el plazo inscribirá la fórmula del MAS junto al excanciller David Choquehuanca y empezará a vivir el proceso electoral que culminará el 3 de mayo con los comicios nacionales. En un diálogo telefónico con Página/12 que se prolongó durante casi media hora, dio definiciones precisas sobre todos los temas que tiene por delante.
-Apenas llegó a Bolivia le metieron presión desde el gobierno de facto con una citación judicial para que declarara casi de inmediato sin darle tiempo para leer el expediente judicial. ¿Cómo lo tomó?
-Días antes de mi llegada había salido en las redes la fotografía de un mandamiento de apremio hacia mi persona y a los pocos minutos el ministro de la Presidencia salió a desmentir que existía. O sea, pude volver a Bolivia porque no hay ningún tipo de mandamiento. Viendo el cronograma que teníamos por delante para llegar al país y poder hacer todos los trámites que me requieren para postularme, lamentablemente viví otra cosa. Cuando arribé desde Santiago, salí del avión, bajaba las escaleras mecánicas para ir hacia los escritorios de migración y recibí una orden donde me citaban para ir al día siguiente a las 8.45 de la mañana. Por supuesto, no tenía ningún problema porque hemos hecho una gestión transparente, no somos ningunos ladrones, ni corruptos ni asesinos, así que le dije al policía que me recibió en el aeropuerto y que no se identificó, que ese acto era una clara demostración de amedrentamiento hacia mi persona luego de haber estado en el exilio en México.
– ¿Qué pasó después?
-Firmé la orden, salí y felizmente había mucha gente congregada que me respaldó y me hizo sentir que no estaba solo en esta lucha que vamos a tener contra el gobierno de facto. Yo creo que el pueblo boliviano con sus diferentes organizaciones sociales comprendió en ese momento que cualquier cosa podía sucederme en el aeropuerto a mi llegada al país. Y acudió a El Alto y fue la mejor escolta que he tenido en mi vida. Los que resguardaron mi integridad física son parte del pueblo boliviano. Estoy muy contento de haber recibido ese respaldo y muy orgulloso de mi gente, de los que nos fueron a acompañar. Me reuní con el candidato a vicepresidente David Choquehuanca que me fue a ver y al día siguiente ya acudimos a la audiencia que estaba preparada con anticipación por la fiscal empujada por este gobierno de facto. Eso que sucedió fue una clara muestra de persecución política. Cuando se inició la audiencia, hasta la propia fiscal se dio cuenta de los errores procedimentales que tenía la notificación que se me entregó en el aeropuerto. La mujer me preguntó si había tenido acceso a la acusación y respondí que no, porque había estado exiliado en México. Mis abogados pidieron que se nos diera un tiempo razonable para ver cuarenta cuerpos del caso y más de 75 carpetas de anexos que tendría yo que haberme informado previamente. Se nos otorgó entonces un plazo de al menos diez días hábiles para que yo pueda leer este voluminoso expediente y enterarme de qué se me acusa.
– Si usted ya había sido agredido en el colegio donde votó cuando Evo gobernaba, sí ahora recibió este gesto intimidatorio en El Alto apenas llegó, ¿cree que están dadas las condiciones para que se presente a la elección como candidato a presidente?
– Es muy riesgosa la situación y no genera para nada condiciones para un progreso democrático, transparente, donde todos puedan acceder a los medios, donde se garantice que los votos que van a emitirse en las urnas sean los que se lean posteriormente en el Tribunal Electoral. No solo se dieron estas agresiones físicas, amedrentamientos y persecuciones políticas a militantes del MAS IPSP, las organizaciones sociales y funcionarios del gobierno del presidente Evo. También estamos viendo en el país que la presidenta de facto ha nombrado al actual presidente del Tribunal Supremo Electoral y a varios de los directores de este tribunal y ella misma se postula.
– ¿Cuál será el papel que cumplirá el expresidente Morales en el proceso electoral?
– Él está muy bien informado de lo que está ocurriendo en nuestro país y es el jefe de campaña de esta contienda electoral por el MAS IPSP. Por lo tanto, nosotros vamos a tener una estrecha comunicación con la gente en la campaña para estas elecciones.
–Así como los primeros sondeos para el 3 de mayo le dan una ventaja a su fórmula, la del MAS IPSP, también podría repetirse el escenario de segunda vuelta con todas las fuerzas de derecha en su contra. ¿Cómo ve sus chances electorales en ese caso?
-Está muy claro que nosotros tenemos que hacer todo el esfuerzo para ganar en primera vuelta. No solo para evitar el riesgo de una segunda vuelta, sino por el potencial de votación que tenemos. El mínimo que nos están dando las encuestas es de un 60 por ciento. Quiere decir que en estos tres meses de campaña va a haber una serie de cosas que van a salir, una especie de guerra sucia contra mi candidatura y la del compañero y hermano David Choquehuanca. De todas maneras, notamos que tenemos un apoyo popular muy grande por lo tanto queremos apostar a ganar en la primera vuelta con ese respaldo. Claro que si se cumpliera el tema de la segunda vuelta estamos seguros de que todos los partidos de derecha se van a unir, porque son una sola cosa toditos ellos, van a aplicar políticas neoliberales y la situación va a ser mucho más complicada para nosotros, pero no imposible. Ellos pensaban que el MAS se había muerto después de catorce años de gobierno y se equivocaron. El MAS sigue vivo y sigue fuerte.
-Más allá de la política boliviana hay otros actores que tuvieron un rol protagónico como se vio en el golpe de Estado: la policía y las fuerzas armadas locales con Estados Unidos y la OEA apoyando a Jeanine Añez. ¿Cómo evalúa la hipotética repetición de esa amenaza?
-Si el MAS IPSP, como tenemos previsto, gana en la primera vuelta, tendríamos toda la legitimidad y sería vergonzoso que las fuerzas armadas y la policía ante ese eventual triunfo vuelvan a salir a las calles. Porque sin ellas no creo que las fuerzas de la derecha nacional se puedan mover, aunque no lo descartamos. Asimismo, la intromisión norteamericana sería muy lamentable para el país. Ya lo han hecho varias veces, han invadido varios países de la región y no es nada que no pueda suceder. Ante eso nosotros tenemos que participar en las elecciones, ganarlas y con el mayor margen posible para demostrarles a ellos que el pueblo boliviano está unido detrás de una candidatura que defiende sus intereses. Nosotros contamos claramente con el apoyo popular.
– ¿Qué haría ante la situación de los siete asilados en la embajada de México – hasta ayer eran nueve- y que en varios casos han sido compañeros suyos en los distintos gabinetes de Evo Morales?
-Lamentamos que este gobierno de facto no cumpla la norma internacional porque los compañeros que están en la embajada tienen asilo definido, determinado por el gobierno mexicano. Por lo tanto, lo que ellos necesitan es un salvoconducto que les acredite la salida del país porque están bajo custodia de México. Este gobierno de facto ha pretextado una serie de juicios que fabricó contra estos compañeros y ése es su argumento para no darles los salvoconductos a muchos de ellos, aunque hay quienes ni siquiera tienen antecedentes y ni así se los han dado. Es un hecho lamentable y cómo van las cosas con este régimen es difícil pensar que se los vayan a entregar. Solo con un cambio de gobierno que comprenda y respete las leyes internacionales sucederá.
– ¿Qué medidas tomará sobre las masacres producidas en Sacaba y Senkata que costaron la vida de decenas de personas, miles de heridos y la destrucción de bienes materiales durante la represión de las fuerzas golpistas?
-Por supuesto que las familias de los 36 fallecidos por la dictadura de este gobierno y los más de mil heridos y todos los daños que le han hecho a mucha gente van a ser investigados de acuerdo a la Justicia y como corresponde, porque es lo que las familias de las víctimas han clamado. Que se haga justicia y el gobierno boliviano tendrá que garantizar el cumplimiento de la ley.
– ¿Cómo se encuentra hoy la economía de Bolivia, el área específica de su conocimiento y que usted manejó durante varios años como ministro en los gobiernos de Evo?
-Es penoso lo que he visto en mi país. Cada día se va cayendo a pedazos la economía, el esfuerzo que hemos hecho durante catorce años y por agilizar el crecimiento económico, por reducir la pobreza, por tener la tasa de desempleo más baja de la región. Todos esos elementos hoy están en riesgo. Hemos comprobado que calificadoras de riesgo como Moody’s o Fitch reflejan claramente lo que acontece al interior de nuestra economía. Tenemos un dato negativo que es la disminución de los depósitos en las diferentes instituciones financieras, en los bancos. La gente se ha dolarizado, muchos de estos problemas son producto de esta política económica de facto, neoliberal porque es un retorno al neoliberalismo completo. Han incrementado los precios de consumo masivo y los bolivianos tenemos ahora que pagar más por los alimentos, por esa política de liberación. El sindicato de trabajadores de la construcción salió a la calle para protestar porque están impagos dos meses de salario en las construcciones privadas. El estado no hace respetar el pago de esos trabajos.
– ¿En qué quedaron los contratos que usted había firmado o programado con un consorcio privado de Alemania para darle valor agregado al litio?
-Este gobierno de facto está deshaciendo los acuerdos que se habían hecho bajo la presidencia de Evo Morales. Teníamos avanzado un contrato con una empresa para hacer bicarbonato de litio y baterías de litio con un mercado asegurado en el exterior y que se ha eliminado. Ahora están queriendo hacer proyectos distintos con otras empresas y no me extrañaría que fueran norteamericanas las que están o se estén acomodando en Bolivia para este tema. Es un asunto donde el gobierno que se dice de transición no debería hacer nada hasta tanto haya otro que lo reemplace por el voto popular el 3 de mayo y tome las decisiones con total legitimidad sobre este recurso natural. Asimismo, este gobierno de facto está renegociando los contratos de venta del gas a Brasil y quiere hacer acuerdos por doce o quince años que jamás deberían realizarse, porque son de largo plazo y claves para la economía del país. Este gobierno que solo debía realizar un cronograma electoral, se atribuyó muchas competencias que nadie votó.
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