La Iglesia llama a resistir la legalización del aborto y convoca una marcha a Luján

Con el aval del papa Francisco, la Iglesia católica se apresta a presentar una enérgica batalla ante la ratificación del presidente Alberto Fernández de que enviará al Congreso un proyecto de legalización del aborto, anuncio que formalizará ante la Asamblea Legislativa el primero de marzo, con ocasión de inaugurar las sesiones ordinarias.

Lo cual parece echar por tierra el deseo de Fernández de evitar otra vez un duro enfrentamiento entre verdes y celestes como aconteció en 2018 cuando el Senado terminó rechazando por siete votos el primer proyecto tras su aprobación el Diputados.

Si bien en la Conferencia Episcopal –que agrupa al centenar de obispos del país- dicen que los “desconcertó” el hecho de que el mandatario haya insistido con su decisión este miércoles cuando el pontífice estaba dando un implícito respaldo a la estrategia del Gobierno de alivianar el peso de su pago para no perjudicar a los sectores carecientes, señalaron que hace tiempo que se vienen preparando para el nuevo tratamiento parlamentario, ya que desde su triunfo electoral Fernández venía anticipando su propósito.

De hecho, las fuentes consultadas por Clarín aseguran que la misa “Por las mujeres, por la vida” en la basílica de Luján que también anunciaron este miércoles para el domingo 8 de marzo, en coincidencia con el Día Internacional de la Mujer, hace tiempo que se venía pergeñando.

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Como la que convocaron en 2018 en el mismo santuario y también para oponerse al aborto, la celebración será presidida por el presidente del Episcopado, monseñor Oscar Ojea, muy cercano al Pontífice, y contará con la participación de numerosos obispos de todo el país.

Al oficio se sumarán otras acciones como contactos con los legisladores, tanto en el Congreso como en las provincias, al igual que la vez anterior. Y, en fin, diversas iniciativas que en las 65 diócesis de todo el país en las que se divide la Iglesia se quieran sumar.

Por su parte, las ONGs llamadas “pro vida” anunciaron que se sumarán a la misa de Luján y a la vez convocaron a una marcha desde Plaza Italia a la Facultad de Derecho –como en 2018- para el sábado 28 de marzo con motivo del Día del Niño por Nacer, que se celebra tres días antes.

Salvo para la misa, la Iglesia católica también contará como importante aliada en su ofensiva antiabortista: la Alianza Cristiana de Iglesia Evangélicas (ACIERA) -que nuclea al 85 % de las comunidades evangélicas del país-, según anticipó ayer a Clarín su titular, el pastor Rubén Proietti.

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“En esto tenemos una coincidencia plena”, señaló. Los evangélicos jugaron un papel preponderante en 2018 cuando realizaron una multitudinaria manifestación en la avenida 9 de Julio en vísperas del tratamiento del anterior proyecto en el Senado.

La Iglesia comenzó a presentir que Fernández promovería la legalización del aborto en los días previstos a las PASO cuando el candidato del Frente de Todos visitó a la cúpula del Episcopado. En esa oportunidad, Fernández dijo que había que atender la problemática del aborto porque “es la primera causa de muerte materna”. Su afirmación provocó una airada reacción de los obispos, que le respondieron que “eso de ninguna manera es así, que las cifras oficiales no dicen eso”.

De cara a las elecciones generales, Fernández se declaró públicamente a favor de la legalización del aborto. Y, finalmente, ya como presidente, comenzó a revelar su propósito de enviar un proyecto. En Paris reiteró su argumento de que el problema son “los abortos clandestinos” y que no está tranquilo “sabiendo que una mujer tal vez necesita practicárselo, no tiene los medios económicos y termina en manos de un curandero que la termina lastimando y a veces matando”.

En otras ocasiones Fernández afirmó que el aborto “es una cuestión de salud pública que el Estado debe atender”. Pero señaló que no quiere que el debate se transforme en “un Boca – River” entre verdes y celestes, sino que deben buscarse puntos de encuentros. En ese sentido, dijo también en Paris que en paralelo enviará otro proyecto “para asistir alimentariamente a las mujeres vulnerables embarazadas y a sus hijos durante los primeros mil días de vida”.

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En la Iglesia valoran esa iniciativa, pero consideran que no evita el meollo del problema, que es “la eliminación de una vida humana en gestación”, un asunto dicen que, por tanto, no es religioso, sino moral. Para despejar cualquier duda sobre la posición de la Iglesia, el obispo de San Francisco, Córdoba, Sergio Buenanueva, afirmó ayer por twitter: “Eliminar deliberadamente a un ser humano inocente e indefenso siempre será un crimen”.

Por lo demás, en el Episcopado explicaron que el hecho de que la misa se haya convocada por primera vez para el Día Internacional de la Mujer, y no para el Día del Niño por Nacer, manifiesta la intención de evidenciar que la Iglesia “no es antiderechos como dicen algunos”. En especial, piensan en el ministro de Salud, Ginés González García, uno de los que les formuló esa acusación por oponerse a la legalización del aborto.

Sea como fuere, todo indica que se está en las vísperas de un nuevo debate quizá más caliente que el anterior y habrá que ver hasta dónde afecta la relación de la Iglesia con el Gobierno, en tiempos en que la Casa Rosada busca su ayuda ante la crisis económica y social.