Atlético y el Ruso son una marca

El partido que esta noche se juega en Colombia seguro que es la envidia de varios de los grandes, como Independiente y San Lorenzo. Y hay que valorarlo como tal, no por el hecho de estar en las puertas de la fase de grupos sino porque es la consecuencia de un trabajo sostenido, serio y ordenado. Es el caso de Atlético de Tucumán, que contra el DIM tiene la difícil misión de pasar para sumarse a la zona de Boca en la Libertadores. Y principalmente es el caso de Ricardo Zielinski, un técnico mucho más amigo del laburo low profile que del marketing.

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Detrás del gran Gallardo en tiempo consecutivo de trabajo está el Ruso, casi tres años en el Decano, un tipo que lo que supo hacer en Belgrano lo potenció en este club con pasos firmes. Y en otra escala que la del Muñeco, con otros objetivos, reiventando permanentemente puestos y estructuras y consolidando a ATU en Primera como un rival generalmente duro. Así, fue reemplazando a hombres importantes como la Pulga Rodríguez (ídolo total), el goleador Zampedri, Barbona y varios más. Promoviendo jugadores, incorporando sin grandes inversiones, con presupuesto austero (trajo veteranos como Rojas, Erbes y Monzón). Con la idea de no cerrarle las puertas de venta a nadie y saber que lo suyo es siempre encontrarle la vuelta.

Así Zielinski se instaló en Tucumán. Sin tener un estilo jugadorista, generalmente serio y trabajando, pero ganándose a los futbolistas por constancia, por claridad, por simpleza para transmitir conceptos. Por espíritu de equipo, por gestas realizadas en el ciclo. Y así, después de levantar un 0-2 la semana pasada y llegar en los penales a esta final de ida en Colombia, va por ganarse los millones fundamentales que reparte la Libertadores ya en el grupo de Boca. Y andá a preguntar en Boca, que sufrió con el equipo B unos días atrás por la Superliga, si lo prefieren como rival…