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El gobierno argentino se involucró de manera directa en la crisis venezolana en una mediación junto a la administración del peruano Martín Vizcarra y el canadiense Justin Trudeau.
La negociación de estos tres países se realiza a su vez con el gobierno cubano, confirmó el coordinador del Grupo de Lima, el peruano Hugo de Zela, este sábado. Más tarde, fuentes oficiales se lo confirmaron a Clarín. Pero aún se desconocen detalles de lo que se está conversando.
«Pensamos que cualquier país puede ayudar. De hecho, hay dos o tres miembros del Grupo de Lima que están hablando con los cubanos, para ver si quieren ayudar. Veremos qué pasa», había dicho Zela durante un debate en el centro de pensamiento Diálogo Interamericano, en Washington, mientras que otras fuentes le dijeron a la agencia EFE, inicialmente, que se trataba de Argentina, con Perú y Canadá.
Precisamente en Quebec, Canadá tuvo lugar el jueves una reunión del Grupo de Lima. El Grupo pidió «elecciones presidenciales libres, justas y creíbles.» Y reclamó «una estricta adhesión al estado de derecho y el respeto de los derechos humanos». Marcó que Venezuela había sido llevada «por un camino de colapso económico, abusos de los derechos humanos, aumento de la criminalidad y destrucción del medio ambiente». Urgió a «una salida pacífica y democrática de esta crisis que se deteriora rápidamente», pero pidió que sean «los propios venezolanos” los que lideren el retorno a la democracia en Venezuela».
En el nuevo comunicado del grupo llamó la atención su tono, en comparación con las posiciones del año pasado. Sobre todo porque se percibe la desaparición de un lenguaje que el gobierno de Fernández venía pidiendo. Entre ellos la utilización de términos como «dictadura», «sanciones», o determinadas advertencias, hasta la invocación al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), un viejo esquema de la Guerra Fría, que estipula distintos grados de intervención en el continente, pero cuyo tratamiento fracasó el año pasado. En Canadá representaron a la Argentina el vicecanciller Pablo Tettamanti y el subsecretario de Política Latinoamericana, Juan Valle.
El canciller Felipe Solá aseguró este viernes que la Argentina había influido «positivamente» sobre el Grupo Lima y logró anteponer la idea de que «los embargos y las sanciones agravan la situación del pueblo de Venezuela» por sobre las visiones «más radicalizadas» de ese conjunto de países.
Solá habló con Clarin este viernes tras encabezar con el ministro de Defensa, Agustín Rossi, un acto por el día de la Antártida.
El gobierno de Fernández fue girando su discurso. En la campaña electoral amenazaba con irse del Grupo -Washington no forma parte del mismo pero lo apoya fervientemente-. Después, Fernandez se quedó con críticas tras asumir el gobierno. Recientemente condenó una violenta incursión del régimen sobre la opositora Asamblea Nacional pero al mismo tiempo desconoció a su titular, Juan Guaidó, como presidente encargado -Mauricio Macri sí lo reconocía- y le retiró sus credenciales a Elisa Trotta, como embajadora del joven opositor. Donald Trump a su vez recibió a Guaidó con toda la pompa en la Casa Blanca y lo mismo hicieron los legisladores estadounidenses en el congreso.
En las últimas semanas, Maduro llamó a la Argentina y España a que medien en la crisis, pero siempre quiere que la oposición más cercana al régimen sea la voz interlocutora. Las últimas sanciones de Estados Unidos obligaron a Caracas a declarar la emergencia energética. «Estoy seguro de que Argentina puede ayudar a que la dictadura entienda que la única alternativa que tiene es generar garantías para una elección presidencial realmente libre», contraatacó a su vez el joven titular de la Asamblea Nacional que no reconoce Maduro.
Fernández supo lograr una relación dual con Estados Unidos en la cuestión de Venezuela. Además de no irse del Grupo como le pedía Washington, gestionó ante Caracas la liberación de seis ejecutivos venezolanos estadounidenses. Eso acercó lo acercó notablemente a Washington. Pero hace unos días pero los ejecutivos volvieron a ser encarcelados. El viernes, ante una pregunta de Clarín, el canciller Sola dijo que Estados Unidos no le había pedido ayuda nuevamente; dijo que consideraba el asunto como una cuestión interna de Venezuela, pero que Argentina estaba disponible para lo que se necesitara.
Otra parte de la pelea será la elección del secretario general de la OEA. El uruguayo Luis Almagro, quiere reelegirse. Argentina no lo apoya. Solá dijo que el país no se va abstener como ha trascendido y mostró simpatía por la candidata María Fernanda Espinosa, ecuatoriana, cercana al ex presidente Rafael Correa. Por su parte, precisamente De Zela es coordinador del Grupo de Lima y también embajador de Perú en Washington, y el tercer candidato en danza para ser secretario general de la OEA.
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