La cuarentena por el coronavirus reavivó la interna en Cambiemos: reclamos, pases de factura y sorpresa con Elisa Carrió

Avanzada la segunda semana del aislamiento obligatorio, los integrantes de la oposición salieron del apoyo con reparos a las medidas dispuestas por Alberto Fernández ante el avance del coronavirus y se metieron en una serie de discusiones internas, desde el tono del respaldo al Gobierno hasta las distintas posturas sobre aprovechar los cacerolazos en algunos puntos de la Ciudad para sacar rédito político. El debate en llamados cruzados y conversaciones por videoconferencia abarcó diferencias sobre la cuarentena: algunos referentes empezaron a empujar un pronunciamiento para tomar distancia y promover una apertura parcial.

Hasta el momento, los integrantes de Juntos por el Cambio avalaron el aislamiento. Cuando la extensión hasta el 13 de abril estaba decidida y sólo faltaba el anuncio del Presidente para confirmarla, ratificaron el apoyo a la vez que advirtieron sobre el impacto económico y pidieron más medidas para amortiguar la caída. Mauricio Macri de entrada había cuestionado la cuarentena total, en rigor con excepciones pero demasiado acotadas según su consideración. El ex presidente se lo comunicó a otros miembros del espacio e incluso en algunos generó malestar cuando intentó convencerlos de expresar esa postura. Luego se sumaron los cuestionamientos de otros «duros», como Miguel Angel Pichetto y Patricia Bullrich.

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Las palabras de Alberto F. contra los empresarios por los despidos en medio de la crisis sanitaria y económica sacudieron al espacio opositor, y mientras sonaron cacerolazos en la Ciudad desde el Congreso impulsaron el recorte de los salarios de los funcionarios, lo que abrió otra disputa entre los más «dialoguistas» que ratificaron su apoyo al Presidente en el manejo de la crisis y los que levantaron el tono de las críticas. Otra vez la línea divisoria quedó a grandes rasgos marcada entre los que gestionan (como el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales) y los dirigentes sin cargo, aunque Elisa Carrió sorprendió al ubicarse en este caso del lado de los moderados.

“Como oposición nos hemos portado muy bien y el Gobierno se siente cómodo con este escenario, pero el timing ya se está pasando. Muchos necesitan salir a laburar y la situación va a ir evolucionando hacia protestas, como estamos viendo”, salió el planteo del sector que impulsa posiciones más duras. “Hay algunos que necesitan la grieta, se sienten más fuertes con la polarización. Hay que marcar límites, pero no lucrar políticamente en un momento así”, fue la réplica. El debate quedó cruzado por la suba de la consideración del Presidente en las encuestas. “Las medidas económicas son principalmente para sus votantes y los nuestros lo apoyan por la crisis sanitaria”, evaluó un integrante de la mesa nacional.

En ese contexto arrancó una discusión sobre el apoyo a la cuarentena. Las críticas -privadas- iniciales de Macri chocaron con la posición de los radicales –Gerardo Morales se había adelantado incluso al Gobierno nacional en medidas de aislamiento- y también de referentes del PRO: “Con la doctrina Trump y Bolsonaro acá íbamos derecho al desastre”. De ese modo primó en el principal espacio opositor la decisión del respaldar el decreto y su prórroga, con el reclamo de asistencia económica a empresarios, profesionales y otros sectores, y cuestionamientos puntuales como el rechazo a la confrontación del Presidente por los despidos.

Sin llegar a la posición de Macri, en los últimos días miembros del PRO y el radicalismo expresaron en discusiones internas la propuesta de promover el “ablande” gradual del aislamiento. “Hay que ir liberando de a poco, algo que se puede hacer si tenemos los testeos más rápido. Con información rigurosa ir levantando por región y con controles inteligentes”, sostuvo Alfredo Cornejo -titular de la UCR- en una de las teleconferencias partidarias. En Mendoza, el radical Rodolfo Suárez buscó exceptuar rubros vinculados a la construcción, talleres mecánicos y otros, aunque luego frenó la iniciativa.

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Como posibles escenarios hablaron de proponer la habilitación de algunas actividades, definir por departamentos y pueblos -sobre todo en el interior- e incluso cuestiones cotidianas como permitir las salidas para cumplir ejercicios físicos.

“Pedimos ayuda para todos los sectores que quedaron afuera de los anuncios y en la medida que no la haya ese debate se va a dar. La lógica es que haya actividad, pero para eso necesitamos más información y ver cómo es la curva de la enfermedad. Por ahora hay que esperar”, dijo Patricia Bullrich -titular del PRO- a Clarín.

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“No estamos en esa discusión, recién vamos a entrar en la curva de la pandemia”, tomaron distancia cerca de Horacio Rodríguez Larreta, enfocado en la gestión y en sintonía -y con contacto frecuente- con Alberto Fernández. Los menos confrontativos remitieron a las evaluaciones que dejó trascender el propio Gobierno sobre eventuales flexibilizaciones del aislamiento a partir del 13 de abril.

En tándem con el jefe de Gobierno porteño, María Eugenia Vidal también transmitió una actitud conciliadora. “Mi postura es la misma desde el 10 de diciembre. Tenemos que ser solidarios y apoyar a las autoridades gubernamentales de todos los niveles. Estamos atravesando un momento muy crítico y hay que empujar juntos para un mismo lado”, dijo en la intimidad, en un tono similar al mensaje que había subido a las redes sociales.

“En línea con María Eugenia (Vidal), Horacio (Rodríguez Larreta) y los intendentes son nuestra guía porque tienen territorio y el termómetro de lo que va pasando. Hay que seguir con el aislamiento, que es lo que recomienda la OMS, y ver cómo dan los resultados en unos días”, dijo a este diario Cristian Ritondo, jefe del bloque de Diputados del PRO.

Carrió cortó el silencio con un comunicado, en el que respaldó a Rodríguez Larreta y lanzó cuestionamientos internos. “Pretender sacar ventajas personales a costa de uno de los distritos que nos toca gobernar es inmoral y éticamente reprochable. Son tiempos de prudencia y no hay lugar para oportunistas”, sostuvo la fundadora de la Coalición Cívica. “Hay que acompañar a los que manejan la crisis. Salir de la toxicidad. Hay que respetar el aislamiento. A veces el silencio sanitario dice mucho más que andar diciendo frenéticamente todo el tiempo”, ratificó Maximiliano Ferraro, jefe del bloque de la CC. Miguel Pichetto también se despegó del pedido de recorte de salarios a funcionarios:  «De esto no se sale con una visión antipolítica».