En la semana en la que el ciclo lectivo de los niveles primario y secundario retoman su actividad en la provincia de Córdoba, hablar del regreso a las clases presenciales parece una cuestión lejana.
Fundamentalmente, porque durante las vacaciones se dispararon los casos en el territorio. También la dispersión de contagios en localidades que eran zonas «blancas» impide ingresar en una negociación.
La situación se presenta cuando un protocolo ya circulaba en las entidades educativas y en tierras cordobesas reinaba cierta calma. Pero la pandemia está teniendo su pico y los plazos son inciertos.
Este martes, el ministro de Educación, Walter Grahovac, certificó que las condiciones epidemiológicas no son las óptimas y que «el COE no nos autoriza a iniciar».
Es condicionante el hecho que docentes realicen viajes interurbanos dentro de la provincia para desempeñar sus funciones. El funcionario consideró un gran riesgo retomar el esquema presencial en las grandes ciudades debido a que significaría un alto nivel de exposición.
Por lo pronto, la idea oficial es seguir de cerca la curva de casos a lo largo y a lo ancho, para poder iniciar en las zonas donde no se presenten infectados.