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Hay cosas que no cambian ni cambiarán. Con la Nº 8 o la 24 violeta y amarilla de Los Angeles Lakers, las que estarán por la eternidad en el cielo del Staples Center, Kobe Bryant siempre brilló en una franquicia y ciudad que lo tomó como su hijo más allá de haber nacido en Philadelphia. Y una vez retirado, eligió la costa oeste para criar a su familia. A los 41 años, el padre de cuatro hijas estaba en plenitud y no sólo abocado a su tarea de asesor del equipo, sino también a su rol de CEO, escritor y productor de Granity Studios. Justamente esas son las palabras que se leen en su biografía en Twitter. Ninguna referencia a sus cinco títulos de NBA, los dos oros olímpicos o sus 18 participaciones en el All-Star en 20 años como profesional. Sin embargo, la vida se le apagó de golpe para dejar devastado a todo el mundo deportivo.
Según las informaciones de los medios estadounidenses, Kobe viajaba junto a su hija Gianna (13 años) rumbo a su academia, Mamba Academy, en un helicóptero privado, para pasar un domingo de prácticas. Junto a ellos iban una compañera de la niña, su padre, el piloto y cuatro pasajeros más, explicó el Departamento Policial del Condado de Los Angeles. Todos fallecieron cuando la nave cayó de manera inexplicable cerca de una zona de bosques. Los investigadores analizan fallas mecánicas, ya que el helicóptero dejó una estela de humo y se prendió fuego, pero aún se encuentra bajo investigación. Previo al accidente (el recorrido fue de apenas 13 minutos y se estrellaron a 200 kilómetros por hora), el piloto logró comunicarse con las autoridades pero no fue suficiente.
“No hay palabras para expresar el dolor que estoy pasando ahora con este momento trágico y triste de perder a mi amigo, mi hermano, mi compañero en ganar campeonatos. Te amo, hermano, y te extrañaremos. Mi más sentido pésame a la familia Bryant y a las familias de los otros pasajeros a bordo”, escribió Shaquille O’Neal, con quien formó una de las mejores duplas de la historia, más allá de las diferencias entre ambos. Kobe siempre le recriminó su poco compromiso de trabajo y dijo que podría haber sido “el mejor de todos los tiempos”.
Michael Jordan tampoco ahorró palabras de elogio para con Bryant. Ambos son parte de la historia grande del básquet estadounidense. “Las palabras no pueden describir el dolor que estoy sintiendo. Amaba a Kobe. Fue como un hermano pequeño para mí. Solíamos hablar con frecuencia y extrañaré mucho esas conversaciones. Un competidor feroz, uno de los más grandes del juego y una fuerza creativa. Fue un extraordinario padre que amó profundamente a su familia y sintió mucho orgullo de ellos”, recalcó el ex jugador de Chicago Bulls.
Si bien para algunos jugadores el retiro significa el fin de sus vidas, para Bryant fue un nuevo comienzo. Fue homenajeado en el Staples Center y es dueño de un récord difícil de igualar: es el jugador que tiene retiradas dos camisetas con el mismo equipo. Además, así como la rompía en la cancha, también fuera de ella. En 2018 su libro “La mentalidad de Mamba: cómo juego” se convirtió en un best seller y ese mismo año se llevó un Oscar por su cortometraje animado “Querido básquet”.
Hay cosas que no cambian ni cambiarán. Kobe, con su partida, se llevó consigo el mote de leyenda.
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