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Al igual que Macri, Alberto Fernández promete unidad pero profundiza la grieta

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Se habían celebrado las elecciones de 2007. Cristina Kirchner asumía la presidencia, Daniel Scioli la gobernación bonaerense y Mauricio Macri, por la oposición, la jefatura de gobierno de la Ciudad. Scioli y Macri eran viejos amigos. Poco antes de asumir en sus cargos acordaron una agenda sobre temas clave para el área metropolitana y una reunión con sus equipos. Cuando Néstor Kirchner se enteró, le prohibió a Scioli contacto alguno con Macri y, a modo de sanción, le hizo mandar menos fondos de los que necesitaba para iniciar su gestión en la provincia. El germen de la falsa pelea ideológica del kirchnerismo con el macrismo y la Ciudad, se había sembrado.

Solo dos días después de la asunción de Alberto Fernández, Cristina Kirchner le marcó la cancha reclamando el recorte de fondos a la Ciudad. No sólo era el último bastión macrista, Horacio Rodríguez Larreta sería el rival a vencer en las legislativas del año próximo y quizás en 2023.

Hubo un “desvío” en la estrategia cuando Fernández y Larreta aparecían trabajando juntos contra la pandemia. Un nubarrón. Hoy es cumplida a la perfección con varios frentes abiertos: el recorte de la coparticipación y la ley que profundiza la quita de recursos, la denuncia por la represión de la policía porteña en el velatorio de Diego Maradona, la falta de acuerdo en el Consenso Fiscal, más los cruces por la pandemia y por el impuesto a las Leliqs.

Este lunes la Cámara de Diputados podría convertir en ley el proyecto del kirchnerismo que fija en 1,4% la coparticipación a la Ciudad más $24.500 millones anuales para los gastos de la policía. Ningún funcionario explicó de dónde salía esa cifra. El apuro del oficialismo provocó que el viernes a las 20.20 de la noche y en medio de la polémica por el fracaso del velatorio de Maradona, se enviara la citación para votar este lunes el proyecto que ya tiene media sanción del Senado.

“Esto lo arman porque quieren recuperar la policía, nunca quisieron entregarla”, asegura un dirigente larretista que cita a un tuit del intendente de San Antonio de Areco, el ultra K Francisco Durañona afirmando “que terrible error haberle dado la autonomía a la Ciudad”. Mensaje respondido de manera enigmática por la diputada nacional K Fernanda Vallejos: “Terrible error pero remendable”. ¿Intentará el cristinismo dar marcha atrás con la autonomía porteña?

Un sector del oficialismo coincide con los diputados de Juntos por el Cambio en que no hay un interlocutor para negociar. “Al principio lo teníamos a Sergio (Massa), que era un equilibrista. Pero con el tiempo no hay negociación porque todo pasa por Cristina que decide en el Senado y por Máximo que no negocia, en Diputados”, explica un funcionario.

Algo similar dicen en la oposición. “¿Quién se sienta con nosotros a negociar? El rol de Sergio se fue desdibujando y los temas importantes Máximo no los negocia. Entonces nos tenemos que guiar por lo que Alberto dice en los medios”, asegura un legislador de JxC.

La vicepresidenta Cristina Kirchner. Foto: EFE/EPA/Juan Mabromata / POOL

La vicepresidenta Cristina Kirchner. Foto: EFE/EPA/Juan Mabromata / POOL

 A principios de setiembre el Presidente anunció por decreto el recorte de los fondos coparticipables a la Ciudad de 3,5 a 2,32%. Pero luego envió un proyecto de ley que de aprobarse deja sin efecto el dnu y establece que esos fondos serán del 1,4% más una suma fija para la Policía de $24 mil millones. Este último monto es de dudoso cobro. Cuando se trata de fondos de coparticipables como hasta ahora se transfieren automáticamente y a diario. Por ley en cambio, dependerá del humor del Gobierno. Por ejemplo, la Nación nunca la transfirió el dinero que le correspondía a la Ciudad por el traspaso de juzgados penales a la órbita porteña.

La Ciudad había tomado medidas para compensar la quita anunciada por decreto. Renegociación de contratos de proveedores, reducción de la obra pública, recorte en el gasto del Estado, el impuesto a las compras con tarjetas de crédito y a las Leliqs (bonos o Letras de Liquidez). Así, cubrían $52 mil millones. Pero si se aprueba la ley este lunes, la quita total será de unos $65 mil millones y el Gobierno porteño deberá salir a buscar los $13 mil millones que le faltan.

En la oposición hay preocupación de que este tipo de prácticas también afecte a otras provincias, como las gobernadas por Juntos por el Cambio como Mendoza, Jujuy y Corrientes.

La Ciudad también se está quedando afuera de la firma del Consenso Fiscal. Ocurre que el Gobierno le exige que retire la demanda por el recorte de fondos ante la Corte Suprema porque el texto del acuerdo margina a las provincias que dentro del año realicen presentaciones contra el Estado. Y para que no haya posibilidad de que la Ciudad se sume, al parecer le acaban de agregar otra condición: que el distrito que adhiera no grave las Leliqs.

El Jefe de gobierno porteño y el Presidente prácticamente no hablan. Sólo hay contactos a nivel ministros.

La denuncia judicial contra Larreta y Diego Santilli por la represión policial durante el «operativo Maradona» terminó por horadar ese vínculo.Todo comenzó con aquél tuit que Cristina Kirchner le habría ordenado a su hombre en el gabinete, Eduardo “Wado” De Pedro. “Le exigimos a @horaciolarreta y @diegosantilli que frenen ya esta locura que lleva adelante la Policía de la Ciudad. Este homenaje popular no puede terminar en represión y corridas”. Fue después que ella almorzara con De Pedro en su despacho de la Casa Rosada y de haber hecho cerrar el ingreso de la gente al velatorio para quedar a solas.

“Lo de Wado esta fuera de todo límite cuando era el Gobierno el que manejaba el operativo”, aseguraron cerca de Larreta. Explican que en casos excepcionales como la despedida de Maradona se organiza un “comando unificado” con distintas fuerzas, pero la que manda es Nación. De allí que Ciudad argumenta un pedido de quienes conducían el operativo para interrumpir el flujo de gente que se dirigía a Casa de Gobierno a la altura de la 9 de Julio.

La ministra de Seguridad nacional, Sabina Frederic, dijo que no existió comunicación alguna ni orden, pero desde la Ciudad dicen tener las pruebas. Las órdenes en materia de operativos de Seguridad porteños quedan grabadas. Fácilmente podría detectarse quién llamó, qué dijo, a qué hora y desde que teléfono.

En Juntos por el Cambio no tienen dudas que el objetivo es Rodríguez Larreta, principal competidor de un oficialismo al que no le sobra nada en las elecciones de 2021 y probablemente en 2023.

“Tienen una visión muy clara de que al enemigo hay que quitarle todos los recursos. Entonces Alberto va surfeando la embestida de Cristina y queda en el medio. Después manda señales de buscar la manera de arreglarlo, pero es una señal que nunca se cumple”, describe un referente opositor.

En un diálogo con uno de sus ministros de gabinete, Larreta fue tajante: “Cristina y La Cámpora me tienen totalmente apuntado y Máximo Kirchner cuando puede, me pega”.

En su primer discurso ante el Congreso como presidente en 2015, Mauricio Macri aseguraba que había llegado el momento “en el que todos debemos unirnos para crecer y mejorar, para que nuestro país avance” y remataba “si los argentinos nos animamos a unirnos, seremos imparables”.

En su primer discurso al asumir la presidencia en 2019, Alberto Fernández proclamó que venía “a convocar a la unidad de toda la Argentina” y a “superar el muro del rencor y del odio entre los argentinos”.

Palabras vacías que se las llevó el viento.

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