Así se vuelve al fútbol

Mucho más cerca que Corea del Sur o Alemania, Costa Rica puede ser un caso testigo para el resto del continente. Los ticos se convirtieron en el primer país americano en volver al fútbol profesional. Con una curva de contagios de Covid-19 totalmente controlada (apenas tiene 10 muertos), la Unafut (ente que regula el fútbol) armó junto al Ministerio de Deportes y Salud un protocolo muy detallado para garantizar la seguridad sanitaria de los futbolistas y todos aquellos que son parte esencial del deporte. ¿Se podrá en unos meses replicar lo mismo en nuestro país? Más allá de las medidas en los días de partido, que son similares a las que se vieron en la Bundesliga, los detalles clave están en el día a día y en los traslados.

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En los entrenamientos, por caso, el máximo de jugadores que se pueden presentar son 28 y divididos en grupos de siete contando a los arqueros. Distanciamiento de dos metros, bebidas selladas y un máximo de permanencia de media hora dentro del vestuario (antes y después) en caso de que decidan bañarse en el club y también en grupos de siete jugadores. Las charlas tácticas, por ejemplo, deberán hacerse sólo por videollamadas. Por supuesto, sin prensa. Las novedades deben ser publicadas por el departamento de prensa del club y a los partidos sólo pueden acceder los medios radiales y televisivos que tienen los derechos.

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Uno de los puntos más complejos es el de los viajes. ¿Qué pasa con los equipos visitantes que deben trasladarse en micro a distancias mayores a las cuatro horas? La Federación recomienda viajar durante el día, no hacer ninguna parada y sólo pedir permiso para pasar la noche en un hotel en caso de estricta necesidad. De hacerlo, se debe informar quiénes y en dónde se alojarán, someterse al examen de temperatura corporal y tienen prohibido compartir habitaciones. Al estadio sólo podrán viajar 18 jugadores y de quedar alguno fuera del banco no podrá estar ni en la platea.

Para garantizar el éxito del protocolo, se armó una junta médica con los profesionales de cada club, que compartirán casos sospechosos con especialistas en infectología. Las instituciones deberán nombrar a tres responsables del cumplimiento de los protocolos. ¿Es posible en Argentina?