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El reflejo del sol ya no pega. Ni en el cordón cordillerano Chapelco, ése que se ve a través del ventanal extra, extra large del Loi Sutes, ni tampoco en ese piano de cola negro que se encuentra estacionado a metros de un hogar a leña que por la noche pide ser prendido… Ya no hay reflejo. San Martín de los Andes se nubló. El almuerzo de River acaba de terminar. Urge una siesta. Pero Lucas Martínez Quarta tiene aguante. En la cancha y en el sillón confortable de dos cuerpos de tela chenille oscura. “Fue bravísimo lo de la mañana. Te quedás con unas ganas de ir a dormir…”, le explica a Olé. Invitan, el clima y el cansancio, a un rato de relax. El entrenamiento matutino fue (demasiado) exigente: trabajos tácticos por estaciones realmente desgastantes. Pero el defensor sabe que, a pesar de que el descanso es importante, no hay demasiado tiempo para relajarse.
“Se da una situación parecida a la del año pasado, con una pretemporada muy corta. En menos de dos meses tenemos ocho partidos que nos ponen en posición de ganar otro título, como el de la Superliga, que es muy importante. Tenemos el desafío de que hace mucho no se gana un torneo local y ahora eso es lo más importante a corto plazo”, baja línea MQ en el mismo sentido que Marcelo Gallardo. Los nubarrones tapan los picos. El viento sopla fuerte. Lo sufren los golfistas del resort. Él, no. A él nada lo distrae. Está enfocado en River. Y sólo en River. “Después tenemos la Libertadores, la Copa Superliga y el partido con Racing, por la Supercopa argentina. Este grupo siempre se mentaliza para ganar cada competencia que dispute”, remarca el defensor de 23 años: que nadie crea que una Superliga dejará satisfecho a un grupo voraz del que el Chino forma parte desde hace poco más de tres años. Empieza un 2020 diferente. Asentado. Con la confianza del Muñeco y el mercado europeo sondeándolo. Pero él, tranqui…
El defensor central de River, cómodo luego de un exigente turno de entrenamiento matutino en San Martín de los Andes.
-¿Ya te sentís el 2 de River?
-(Piensa). No… Obviamente, en el año que pasó encontré la regularidad y la continuidad que quería. Y en este 2020 voy a pelear para sostener eso, porque sé que hay jugadores que también van a pelear por un lugar. Y van a querer ganarse un puesto. Acá, tanto para nosotros como para Gallardo, ninguno tiene un lugar asegurado.
-¿Con Jonatan Maidana, tu pimer socio, seguís hablando o ya no tanto?
-Con Jony hace mucho que no charlamos. La última vez, creo, fue antes de la final porque el Tucu Palacios hizo una videollamada. De Jony traté de aprender mirándolo. Y no sólo de él: también de todos los compañeros con los que comparto el día a día. Intento sacar lo mejor de cada uno.
-Jony siempre fue muy exigente consigo mismo. ¿Vos también lo sos?
-Bastante. Y soy autocrítico, también. Trato de volver a mirar cada error que cometo en un partido en pos de tratar de mejorarlo. Incluso, quizás después de algún encuentro en el que tuve una buena actuación me busco el detalle…
-¿Cuál fue el error que más miraste?
-El que cometí en la derrota contra Central, sin dudas.
-Te quedó dando vueltas en la cabeza.
-Sí. Pero porque fue muy marcado. Son errores que te sirven para aprender. Y lo importante es no cometerlos de nuevo.
-Siendo un defensor con mucha técnica, ¿cómo trabajás para no perder confianza en tus condiciones individuales cuando fallás, por ejemplo, en una salida en falso?
-Tratando de recuperarme rápido. Ésa es la idea ante un error. Porque con esas fallas se pierde confianza y se entra en un bache mental del que uno, obviamente, intenta salir rápidamente.
-¿Cuánto influye Gallardo en ese proceso de reactivación de la confianza?
-Cuando se da un error puntual, intenta hablarte para que puedas salir rápidamente del bache del que te hablaba. Él sabe que ninguno de nosotros es perfecto.
-El Muñeco te habla como un deté pero además como un…
–Para los más chicos, Marcelo es como un papá. Nos da recomendaciones. La crítica suya es constructiva. No nos reta: nos aconseja que hagamos esto o lo otro.
«Para los más chicos, Marcelo es como un papá», cuenta Lucas.
-El 2019 también te permitió llegar a la Selección. Y justo en la previa de una nueva Copa América.
-Para mí, en lo personal, fue un año importante. Muy importante. Con mis compañeros tuvimos la posibilidad de ganar dos títulos (NdR.: Recopa Sudamericana y Copa Argentina) y de llegar a la final de la Libertadores. Fue positivo el 2019. Y de ahora en más se abren muchas puertas.
-Las puertas que se abren tienen que ver, muchas veces, con las transferencias. A propósito de eso, tuviste un tema con el pasaporte: ¿lo resolviste?
-Sí. Ya soy comunitario y eso es una ventaja, es importante: te abre muchos mercados.
-¿Y tomás conciencia de que puede ser tu último semestre en River?
-Sí, bueno… Uno está expuesto a estas cosas, también. La ilusión de cada jugador es poder ir a seguir su carrera en Europa. Pero hoy estoy acá, tranquilo. Lo que pase en junio, se verá. Tenemos cosas importantes por delante. Además, estamos viviendo una linda estadía en San Martín de los Andes. Cuando vi que hubo 24 mil personas esperándonos, realmente no podía creerlo. Para nosotros es una alegría que se sientan identificados con este equipo. Como a su vez fue lindo que los hinchas corrieran al lado nuestro.
-Hace muy poquito, cuando se refirió a la oferta de Palacios, Gallardo dijo que les habla para que prioricen lo deportivo y no lo económico. ¿Te tocó tener un diálogo de ese estilo con él?
–Hablé en su momento con Marcelo y me dijo exactamente lo mismo, sí. Fue a mitad del año pasado, cuando llegó una oferta del Celta de Vigo. Pero después no volvió a darse. Ahora, si para el jugador viene algo importante, él va y te dice “andate”. Fue jugador y entiende los momentos de cada uno. En mi caso, en junio me explicó que recién me estaba volviendo a asentar y que lo aprovechara. Decidí quedarme y pelear un lugar y no me arrepiento.
-¿No estás pendiente de las ofertas?
-El tema es que esto es día a día. Hasta que no se sepa bien, prefiero no hablar. Hoy estoy otra vez disfrutando de una pretemporada en River, donde soy feliz. Disfruto de cada día, de cada entrenamiento y de cada rato libre con mis compañeros
-Si te toca irte, por todo lo que sentís por River, ¿te va a costar más a vos o a tu hijo Bauti?
-Y… No sé, eh. Obviamente que a mí, por haber estado tanto tiempo acá, me marcaría mucho. Pero a Bauti seguramente le va a resultar raro. Le va a costar. Me salió muy fanático, je…
Bautista, un gallina desde la cuna.
Martínez Quarta sonríe cuando le nombran a Bauti, su nene de casi tres años. El que quedó en casa con Bernabéu, el perrito que fue bautizado así después del 9 de diciembre de 2018. Le cuesta estar lejos, como a todo padre, de su pequeño. El que hace furor en las redes. “Es un personaje terrible”, admite.
-Ojo que le compite a Mateo Messi.
-Ja, son dos chicos muy personaje. Quizás no salen todos los días así, entonces cada uno trata de disfrutar al suyo.
-Mirá que no es broma. Tu hijo es un personaje de las redes, ya.
-Sí, lo veo y cada rato hay videos de él que sube mi señora. Yo me cago de risa. Son cosas que con dos años, ya casi tres, decís que no es habitual verlo en un nene. ¡Ya es más famoso que yo!
-¿Sí? ¿Te preguntan más por Bauti que por Gallardo?
-¡Sí, olvidate! Una vuelta estaba en el supermercado y se me acercó una persona. Me dijo: “Chino, ¿puede ser una foto?”. Le asentí y me contestó: “Pero con Bauti, eh”. Es terrible.
Bauti Martínez Quarta en brazos de su papá Lucas.
-¿En casa es igual que como se lo ve en los videos de Instagram?
-Está todo el día así… Todo el día con la camiseta, eh. Seguramente ahora estará vestido con una.
-¿Y juega?
-Juega, sí. Patea. Le gusta mucho. Pum para arriba pero también le gusta dar pases. Aunque es muy chiquito todavía…
-Igualmente por lo que se ve en las redes, lo suyo son los hits.
-Sí, ¡me salió barrabrava!
-¿Tiene un top 5?
-Puede ser. Últimamente está con la canción de la Chola, ja. Está a full con eso. ¡Y mal, eh! Es increíble cómo agarra y cómo, después de ir a dos partidos y de escuchar las canciones, a los dos meses te la canta.
-¿Debiste retarlo por algún exceso?
-Sí, sí… La otra vez le pusimos canciones de River en el auto y se puso como loco. Se puso a gritar y hubo que pedirle que parara. ¡Le iba a hacer mal!
-¿El fútbol te permite disfrutarlo como papá?
-Sí, sí… Obvio. Más allá de no estar mucho tiempo por tener que estar en las concentraciones, en las pretemporadas y demás, cada rato libre que tengo, trato de disfrutarlo al máximo con él y con mi familia.
SAN MARTIN (ENVIADO especial).
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