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El militante de izquierda y delegado sindical que atacó con un mortero a la policía en la plaza el Congreso en 2017, mientras se debatía en Diputados la reforma previsional, fue beneficiado con la prisión domiciliaria, después de haber sido extraditado desde Uruguay tras dos años y medio prófugo.
Sebastián Romero, militante del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU) y delegado en la empresa General Motors, seguirá detenido pero en la casa de un amigo, después de que el juez Sebastián Casanello resolviera la morigeración.
El «gordo mortero», como fue apodado en los medios y redes tras viralizarse las imágenes empuñando un mortero y disparando contra la policía, regresó al país el 25 de junio pasado después de haber estado detenido en Uruguay.
Fue allí que lo detuvieron, cerca de la frontera coin Brasil, en el Chuy, para luego extraditarlo a la Argentina.
El enfrentamiento entre los manifestantes contra la reforma previsional y la policía dejó 162 heridos, y 88 de ellos fueron efectivos de seguridad.
Al llegar al país fue trasladado a la Superintendencia de Investigaciones Federales, en la calle Madariaga, en el barrio porteño de Villa Lugano, donde permaneció hasta ahora.
La causa paso a manos de Casanello después de la renuncia de Rodolfo Canicoba Corral, quien dejó el cargo días atrás al cumplir 75 años.
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