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La ministra de Relaciones Exteriores del gobierno interino de Bolivia, Karen Longaric, confirmó desde su cuenta de Twitter que le envió una carta a su par argentino, Felipe Solá, para que el gobierno argentino «repudie las prácticas de Evo Morales «, en referencia a las declaraciones sobre formar milicias armadas. Morales se encuentra, desde principios de diciembre, asilado en el país.
«Hoy envié una nota al canciller argentino Felipe Solá rechazando categóricamente la intención de Evo Morales de formar milicias armadas», escribió Rodríguez y acompañó sus dichos con la carta de Cancillería.
La carta hace foco en que les «preocupa» que Evo Morales «induzca a la república Argentina a infringir normas y principios internacionales que prohíben la injerencia en asuntos internos de los Estados». Y apunta: «Los bolivianos no permitiremos que esto ocurra».
El texto destaca cinco puntos. En el primero se lee: «Estas declaraciones llaman a la violencia contra el pueblo boliviano y su gobierno». Y continuá en los siguientes: «Morales se ampara en la figura del refugio e incita a la violencia, el odio, la discriminación, la subversión y el terrorismo».
En el tercer punto señala: «Morales ha cruzado la línea de la legalidad, resguardándose en gobierno y territorios que utiliza como base operatoria para vulnerar la democracia y el Estado de derecho en Bolivia».
En rigor, la carta de Cancillería marca una línea de continuidad con el comunicado del mismo organismo, pero difundido el lunes. Aquel sostenía que «Argentina no debe permitir que Morales realice llamados a la violencia, odio, discriminación o subversión» que «sobrepasan» la libertad de expresión.
Tras los dichos de Morales, el gobierno de Alberto Fernández se despegó de sus declaraciones pero sin manifestar una posición pública. Según consignó Clarín, fuentes de la Casa Rosada dijeron que «el gobierno nacional no tiene nada que ver con esas expresiones».
Morales llegó a la Argentina días después de la jura de Alberto Fernández, quien como presidente electo había intervenido en la formación de un corredor diplomático para que Morales pudiera dejar Bolivia.
La radio «Kawsachun Coca», perteneciente a los sindicatos cocaleros del trópico de Cochabamba, el feudo sindical y político de Morales, había difundido el domingo unas declaraciones del ex gobernante correspondientes a una reunión con sus seguidores en Argentina, de las que luego se hicieron eco varios medios locales.
«Quiero que sepan, si de acá a poco tiempo, si volvería, o alguien vuelva, hay que organizar como en Venezuela milicias armadas del pueblo«, afirmó Morales en medio de aplausos de sus seguidores.
Luego, desde su Twitter, escribió: «El movimiento indígena originario campesino, orgánicamente, ha tenido su seguridad. En algunas regiones se llamó guardia comunal; en otros tiempos: milicias. Ahora, policía sindical o seguridad sindical. Todo en el marco de nuestros usos y costumbres, y respetando la Constitución».
Y agregó: «Nunca debemos olvidar que Carlos Mesa es el primer responsable del golpe de Estado. El 21 de octubre convocó a quemar tribunales electorales y casas de autoridades. Es autor de las masacres de Sacaba y Senkata, y cómplice de los atropellos del gobierno de facto. Igual que en 2003″.
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