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Como balance de fin de año, Hilda «Chiche» Duhalde, ex funcionarios duhaldistas y sus aliados nucleados en el Movimiento 21 difundieron un duro documento, donde cuestionaron la falta de gestión, la presión sobre la Justicia y los enfrentamientos entre «actores antagónicos» dentro de la alianza de Gobierno.
«El Gobierno de la coalición que preside Alberto Fernández ha cumplido un año. Pocas de las esperanzas cifradas en las elecciones se alcanzaron. Sin duda la pandemia fue la causa principal de los problemas, pero no la única: la herencia macrista, diagnósticos errados, recetas viejas y fracasadas, mucha retórica y poca gestión visible», arranca el documento del Movimiento 21.
«Hacia el interior de la coalición, comenzaron a verse grietas profundas y cada vez más indisimulables. Las prioridades y los objetivos de los principales actores son antagónicos y los efectos de la confrontación devastadores», agrega el documento.
Lo firman la ex senadora «Chiche» Duhalde; los ex funcionarios duhaldistas Miguel Angel Toma, Jorge Remes Lenicov y Jorge Matzkin; el ex titular de la Cámara de Diputados, que estuvo brevemente como Presidente de la Nación, Eduardo Camaño; el ex presidente de la Auditoría General de la Nación, Oscar Lamberto; el ex defensor del Pueblo, Eduardo Mondino; el secretario general de la Asociación del Personal de los Organismos de Control (APOC), Hugo Quintana; y otros 15 dirigentes peronistas más.
Allí plantean que no pueden ignorar «algunos intentos de atropellar las instituciones, basados en supuestas épicas y disfrazados heroísmos. No es la mejor señal querer controlar el Ministerio Público y destituir una Corte Suprema, donde el ochenta por ciento de sus miembros fueron propuestos por alguna variante del peronismo. Muchos de los que atacan esta Corte, se horrorizaban con las mayorías automáticas», sostienen los dirigentes peronistas en el documento.
«Hoy existen funcionarios y militantes políticos condenados y otros sospechados en causas penales, con los debidos procesos judiciales, principalmente con acusaciones de corrupción. Hay una diferencia sustancial entre ser un preso político o un político preso«, agregan.
«Hay dos antecedentes en nuestra joven democracia, al cabo del primer año, de gobiernos que produjeron cambios drásticos en sus políticas, estabilizaron la economía y ganaron elecciones. La diferencia con la actualidad es que las presidencias se correspondían con la jefatura política. Hoy, con un gobierno bicéfalo, todo es más difícil. La experiencia enseña que si la política no conduce los ajustes de la economía, a los ajustes los hacen los mercados y suelen ser muy crueles».
«Sin un proyecto de reconstrucción, no se lograrán los consensos que permitan la unidad nacional. El camino a transitar será muy complejo pero posible. Sin consenso, ahondando la grieta, la profundización del deterioro será inevitable», concluye el documento firmado por Chiche Duhalde, ex funcionarios duhaldistas y sus aliados del peronismo no kirchnerista.
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