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La empresa Coca Cola comunicó formalmente que está en un proceso de reestructuración de su negocio global que también alcanza a la Argentina, pero desmintió que mude sus operaciones a otro país. Luego de publicaciones periodísticas que señalaban un viraje de la conducción a Brasil, la firma emitió un comunicado en el que “desmiente categóricamente que esté contemplando un traslado de sus operaciones en Argentina”, y anunció 770 millones pesos en inversiones en el marco de la pandemia.
Según supo Página 12 de fuentes de la reestructuración, esta modificación del negocio local tendrá en breve el ofrecimiento de retiros voluntarios que aún no fueron oficializados en volumen. Hoy Coca Cola tiene 300 empleados directos y 12 mil si se cuentan los de las dos embotelladoras más grandes, Reginald Lee y FEMSA. Fuentes de la compañía aseguraron que la reestructuración es un paso más de un proceso que se inició en los Estados Unidos, que siguió en Perú, Argentina y que en octubre tendrá su capítulo en Bolivia y Chile. Negaron además que tenga algo que ver con el clima de negocios en el país o cuestiones políticas.
El caso del éxodo de Coca Cola se suma a una lista de desmentidas sobre supuestas salidas de empresas por cuestiones políticas. Una línea que se inició con el cierre de cuatro locales de Falabella; la falsa retirada del país de Walmart, Burger King y Starbucks; y el proceso de venta del negocio de Glovo en la región a Pedidos Ya, promocionado como una salida de Argentina en lugar de una venta regional de la operación.
Como es evidente, las reestructuraciones de estas compañías ya venían en proceso, de hecho Walmart venía reformulándose desde la era Cambiemos, en la que cerró algunoas locales emblemáticos ante la nueva configuración de los negocios globales de consumo. Con Coca Cola ocurrió algo similar que, según fuentes de la compañía, tuvo tiempos más rápidos por la pandemia.
“La compañía y sus embotelladores seguirán operando en el país con el mismo compromiso con que vienen haciéndolo desde hace 78 años. A nivel mundial, Coca-Cola está realizando una reorganización de su estructura con el objetivo de acelerar su estrategia de crecimiento para convertirse en una compañía total de bebidas que opere en una red global interconectada, combinando la capacidad de su escala global con las necesidades locales de los mercados”, describió el comunicado.
Agregó además que “en América Latina, la reorganización contempla la creación de tres nuevas zonas geográficas que trabajarán en estrecha colaboración con los equipos de liderazgo globales. Argentina se integrará en la nueva estructura para el sur de la región, que incluye también a Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile y Bolivia”. Detrás de esta afirmación se ocultan las confusiones sobre el éxodo a Brasil.
Hasta hoy, Coca Cola tenía cuatro unidades de negocios en la región: una en Argentina y para seis países (Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile y Perú); una en Brasil, una en México y otra para la región Centroamérica. En el marco de la reestructuración, quedó sólo una estructura para toda la región sur. Esa unidad tendrá a un ceo brasileño que hoy radica en ese país, la referencia es para Henrique Braun. De allí que se haya especulado con una mudanza fuera de Argentina.
Desde la empresa aclararon que, en realidad, no existirá más la figura del ceo expatriado al que se le pagaba una vida en otro país. Y que el manejo de las operaciones no necesariamente necesitará una central específica. “Naturalmente, esta es una noticia en desarrollo”, aclararon fuentes oficiales adelantando que puede haber más detalles de esta reestructuración.
La filtración de esta información contrastó, según la firma, con el anuncio de un plan de inversión de 770 millones de pesos “orientado a la reactivación económica de más de 25.000 pequeños comercios de todo el país, lo que reafirma su compromiso con el desarrollo y crecimiento de su extensa y heterogénea cadena de valor”.
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