¿Cómo ve Rodríguez Larreta a Racing en la Libertadores

El fútbol y sus alrededores suelen ser temas que distienden climas cuando son abordados en programas de fragor político o donde la pelota rara vez entra en escena. Ese aire descontracturante corrió en la emisión del jueves de Intratables, el programa de América. Horacio Rodríguez Larreta, el invitado, por unos instantes dejó de lado el análisis de la actualidad sobre la pandemia de Covid-19 y lanzó un pronóstico que puso a Racing, su gran amor, en escena por unos minutos.

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Confeso hincha de Independiente, el conductor le tiró una chicana sobre el final del programa, con el look del jefe de gobierno porteño como excusa: “¿Te estás dejando la barba como promesa para que Racing gane la Libertadores?”. El funcionario, fana de la Academia, se despojó un rato de su habitual mesura política y contestó de modo categórico. “No hace falta una promesa. Si tengo que dejarme la barba, me la dejo. Pero confío en Racing. Estoy convencido de que va a ganar la Libertadores. Le tengo mucha fe. Antes del parate venía jugando muy bien”, dijo.

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Pero esta no fue la primera vez que Larreta hizo un comentario de Racing en lo que va de la aparición del coronavirus. En mayo también lo hizo, después de que Alberto Fernández usara una comparación para explicar cómo debían buscarse los mayores casos de contagios del virus. “Medio en broma y medio en serio, si yo le encomiendo a alguien que vaya a encontrar hinchas de Argentinos, se le va a hacer difícil. Si va a Boyacá y García, un domingo, los encontrará a todos”, había asegurado el presidente.

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Siempre con un tono jocoso, Larreta le replicó: “Estamos trabajando muy bien en equipo, pero no puedo dejar pasar, Alberto… Cuando buscás hinchas de Racing encontrás más en la calle que de Argentinos… Es cierto que si vas a Avellaneda, hay una mayor concentración”. Hoy con toda su familia de la Academia, el padre del dirigente (su homónimo) tuvo un vínculo fuerte con el club: fue presidente del club de 1977 a 1978. El jefe de gobierno le tiene fe ciega a la Acadé.

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