Con los huevos por las nubes | La Provincia detectó…

El precio del huevo registró subas “importantes y desmedidas en los últimos cuatro meses, según un informe realizado por el Ministerio de Producción de la provincia de Buenos Aires, que concentra el 40 por ciento de la producción del país. En febrero el cajón estaba a 1050 pesos, en marzo 1560, en abril 2150 y en mayo 2520, un incremento del 78 por ciento desde antes de la llegada de la pandemia. “Ante el cambio en los hábitos de consumo por el aislamiento, la demanda subió 40 por ciento, pero la suba en los precios es injustificada: no hubo aumentos de tarifas, combustibles, peajes, salarios ni impuestos”, dice el documento.

A través de fiscalizaciones, el gobierno provincial registró “subas abusivas” que alcanzan el 100 por ciento en un mes en los productores. En Argentina hay 1000 granjas, en donde las 15 más grandes controlan el 20 por ciento del mercado. “A los pequeños distribuidores y comercios les aumentan más que a los supermercados, aprovechándose del poder de mercado”, explica. En el caso de los distribuidores y comercios, algunos trasladan los precios de los productores, y otros también aplican aumentos. Los aumentos de los productores y distribuidores son mayores a los de los comercios de proximidad, lo que significa que “absorbieron las subas, o no las trasladaron aún”.

Los precios no deberían subir sino que deberían retrotraerse y mantenerse a los valores del 6 de marzo, según lo establecido por la Secretaría de Comercio de la Nación. Por este motivo se realizaron las fiscalizaciones en toda la cadena de producción y comercialización. Las multas van desde los 75 mil a los 2 millones de pesos, y no son iguales para los grandes productores que para los minoristas. El ministerio, a cargo de Augusto Costa, aclara que el objetivo no es sancionar ni clausurar, sino “evitar que los consumidores sean víctimas de precios abusivos”. Ante clausuras preventivas, a distribuidores o productores no parece afectarles dado que “venden por otros canales y en negro”. Por lo que las fiscalizaciones deben hacerse “una y otra vez en el mismo lugar”.