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Con Martín Guzmán presente, el Senado aprobó el Presupuesto 2021 sin hacer ningún retoque

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Con el ministro de Economía Martín Guzmán presente en el arranque de la sesión -la presenció desde un palco-, el Senado aprobó en la noche de este jueves el Presupuesto 2021. Pero a raíz del «error» con las planillas anexas que no se votaron en Diputados, la sanción se demorará hasta que esa Cámara lo trate nuevamente, probablemente, la semana próxima.

Con el agregado de esos anexos pero sin hacer ningún retoque en el articulado, el proyecto recibió 45 votos afirmativos, 2 en contra y 23 abstenciones. Al igual que en Diputados, la mayor parte de la bancada de Juntos por el Cambio se abstuvo en general, aunque los legisladores que responden a los gobernadores radicales de Jujuy y Corrientes votaron a favor.

«Queda constancia que se hace con más de dos tercios», aseguró la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner antes de dar por cerrada la sesión.


Cristina Kirchner preside este jueves la sesión del Senado.

En el arranque, el presidente de la comisión de Presupuesto, Carlos Caserio, fue el encargado de defender el texto, que proyecta un crecimiento del 5% del PBI, una inflación del 29%, un dólar en torno a los $ 102, y un déficit fiscal primario del 4,5% del PBI, que al sumar los servicios de deuda llega al 6%.

“Este Presupuesto es prudente. Tenemos claro que en 2021 va a haber un importante aumento de la recaudación. Está estimado para el primer semestre un 48%”, planteó el cordobés.

A su vez, aseguró que “el incremento de los gastos de capital, la inversión productiva de la vivienda y la obra pública» serán “el motor que va a impulsar el crecimiento” y confió en que el déficit se va a «ir achicando».

Sin embargo, rechazó un ajuste. «Creemos que hay que crecer y para crecer hay que invertir, vamos a arriesgar para invertir, creyendo en los argentinos que van a mejorar el trabajo y la Argentina se va a levantar”, concluyó.

La oposición criticó ese punto. «El texto no muestra ningún compromiso con una gestión responsable, equilibrada y transparente para dar esa tranquilidad”, apuntó el radical Martín Lousteau y consideró que la vuelta del proyecto a Diputados podría ser «una enorme oportunidad» para retocarlo.

«En el paso por Diputados se agregaron $ 400.000 millones de gastos sin decir de dónde salen”, insistió Lousteau.

En esa línea, Esteban Bullrich (PRO) planteó irónico: “Cuando uno hace el cálculo de cuánta emisión necesita este Gobierno, es de un 45%. Sin embargo, proyectamos una inflación del 29%”.​

Por su parte, ​el senador oficialista Oscar Parrilli, mano derecha de Cristina Kirchner, sorprendió al plantear que el Presupuesto no era equitativo entre las provincias. “Este Presupuesto es un avance en lo que el Estado Nacional invierte, quiero destacarlo”, planteó antes de agregar: “Pero creo que estamos frente a un presupuesto que dista mucho de ser un proyecto federal”.

Para demostrarlo, pasó un power point con gráficos mostrando los fondos que maneja la Ciudad de Buenos Aires en comparación a las otras provincias. «La Ciudad recauda $ 70 mil por habitante por año, pero hay provincias que recaudan un 10% de eso por habitante», afirmó.

El proyecto llegó a la Cámara alta con numerosas modificaciones. Entre los cambios, hubo algunos que benefician directamente a dependencias encabezadas por funcionarios ligados al Frente Renovador de Sergio Massa.

Desde el entorno de Cristina Kirchner desmintieron cualquier malestar. «Esos beneficios también los recibían en nuestro gobierno», señalaron a Clarín. Carlos Caserio, por su parte, garantizó que en su vuelta a Diputados, el proyecto no iba a sufrir ninguna modificación.

Por otra parte a pedido de los gobernadores, se aumentó de $ 13.500 millones a $ 20.500 millones la partida para subsidios al transporte en el interior, uno de los puntos más reclamados por las provincias por la diferencia que existe con el AMBA que recibe $65.000 millones en subsidios.

También se sumaron $ 4.000 millones a las partidas para las universidades y se incorporaron créditos para las distribuidoras eléctricas que no tengan deudas o tengan deudas «razonables» con Cammesa, la administradora mayorista del sector.

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