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Chile recibió al primer lunes de marzo con cortes de tránsito, barricadas en las calles, colectivos quemados y una persona atropellada. Este día marca el regreso a la actividad tras el receso de verano y también coincide con la etapa del año en que se intensificarán las protestas sociales contra el gobierno del presidente Sebastián Piñera: para el tres y cuatro de marzo se esperan movilizaciones estudiantiles, así como el «superlunes feminista» anunciado para el nueve de marzo, y la protesta en rechazo a las medidas del gobierno frente a la crisis, programada para el once de marzo. Más allá de esas fechas, se esperan masivas manifestaciones todos los lunes y viernes del mes. En una entrevista televisiva, el presidente Sebastián Piñera dijo que su gobierno está mejor preparado para retener el conflicto que en octubre, mes en que se iniciaron las protestas. Fiel a su estilo, volvió a elogiar el accionar de las fuerzas de seguridad y no descartó volver a decretar un estado de emergencia en el país.
Como anticipo del llamado superlunes, en la noche del domingo se registraron cientos de cacerolazos desde los balcones de viviendas de ciudades populosas como Santiago, Valparaíso y Concepción. Ya en la madrugada del lunes algunas barricadas en llamas cortaban el tráfico en algunos puntos de la capital y en otras zonas del país, como Antofagasta. En algunos lugares hubo enfrentamientos entre manifestantes y agentes policiales del cuerpo de Carabineros.
Uno de los incidentes más graves tuvo lugar en la comuna de Maipú, a las afueras de Santiago, donde un micro de transporte urbano atropelló y acabó con la vida de un peatón. El conductor se entregó voluntariamente a la policía y dijo que el hecho se produjo cuando intentaba huir de un ataque de encapuchados. También en la capital, un bus fue quemado después de que sus pasajeros fueran obligados a desalojar el vehículo.
«Estamos mejor preparados»
En una entrevista brindada a la Televisión Nacional, el presidente Sebastián Piñera habló al país, pero una vez más lo hizo para defender y apoyar a las fuerzas de seguridad. E incluso abrió la puerta a un nuevo estado de emergencia, en caso de ser necesario. Dijo que el país no estaba preparado para la violencia que tuvo que enfrentar cuando comenzó el estallido social, el pasado 18 de octubre, pero que ahora sí lo está.
«Tenemos más carabineros, mejor preparados, mejor inteligencia, mejor tecnología, y más carros lanza aguas. Hemos buscado este equipamiento en todas partes del mundo, estamos mucho mejor preparados que lo que estábamos en octubre», dijo el mandatario.
Piñera afirmó que no descarta volver a declarar el estado de emergencia en Chile. «Si yo estimara que nuevamente es necesario establecerlo para proteger el orden público, para proteger a mis compatriotas, lo vamos a hacer», afirmó. La noche del 18 de octubre, día en el que estalló la revuelta social con violentas protestas, saqueos e incendios de comercios, Piñera decretó estado de emergencia en Santiago y sacó a los militares a las calles. La medida se extendió a otras ciudades y fue cancelada diez días después.
La crisis social comenzó tras fuertes protestas por el alza de la tarifa del metro de la capital chilena y decantó en una serie de demandas sociales y fuertes manifestaciones que tras cuatro meses se han saldado con 31 civiles muertos, dos fallecidos bajo custodia del Estado, y otras cuatro víctimas por acción de agentes del Estado, según cifras de la Fiscalía Nacional.
Con un apoyo popular por los suelos, el mandatario soporta el repudio a su figura con duros cánticos y gritos que comenzaron en las protestas y se extendieron a las canchas de fútbol y eventos musicales como el festival de Viña del Mar
. Allí incluso los manifestantes exigieron su renuncia al compararlo con el dictador Augusto Pinochet (1973-1990).
Con la vuelta a clases de las y los estudiantes secundarios y universitarios, para el martes tres y miércoles cuatro de marzo se esperan algunos «mochilazos estudiantiles», así como el «superlunes feminista» anunciado para el nueve de marzo. También cobra trascendencia una protesta en rechazo de las medidas del gobierno ante la crisis, programada para el 11 de marzo.
Cabe destacar, también, que la masiva manifestación de ciclistas realizada el pasado domingo será constante a lo largo de marzo, así como las manifestaciones de los días viernes en la Plaza Baquedano. En medio de una marcada polarización, los chilenos decidirán por último el 26 de abril en un plebiscito si se redacta una nueva Constitución que reemplace a la actual, heredada de la dictadura de Pinochet, una de las mayores demandas de las protestas sociales.
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