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Desde Roma
Por segundo día consecutivo, las cifras oficiales de la pandemia del coronavirus en Italia, han mejorado, pasando de 3.957 infectados ayer a 3.780 hoy. Y las víctimas también disminuyeron pasando de 651 ayer a 602 este lunes. Muchos dieron un suspiro de alivio al leer estos números pero, como dicen los expertos, todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas. Los epidemiólogos sostienen que habrá que esperar aproximadamente hasta el fin de esta semana, para tener una idea más precisa de cómo marcha realmente la epidemia, si la curva de crecimiento empezará a caer o no.
Mientras tanto muchos países se han dispuesto a ayudar a Italia y han mandado millones de mascarillas, que estaban agotadas en el mercado italiano desde hace días. Entre los países que han enviado mascarillas a Italia, según el Ministerio de Relaciones Exteriores italiano, se encuentra Egipto, India, Europa, Brasil. Desde China, según un acuerdo establecido con el país asiático, llegarán 20 millones de mascarillas por semana.
Hay que tener en cuenta que los barbijos, según lo recomendado por los expertos, son descartables y pueden usarse solo un día. En los hospitales mucho menos tiempo. En Italia, sobre todo en norte que es la región más contagiada, pero también en el centro donde se encuentra Roma, la poca gente que se ve caminando por la calle va con mascarillas y guantes de goma, sobre todo porque se dirigen a supermercados y farmacias, las únicas salidas permitidas según las normas de aislamiento impuestas por el gobierno. Puede hacerlo también quien debe ir a trabajar, aunque la mayoría de la gente está trabajando desde casa, y quien tiene una emergencia. Pero en ambos casos necesitan presentar una autocertificación que justifica el hecho cuando la policía los detiene. De lo contrario pueden sufrir multas saladas y hasta días de cárcel.
Pero dada la necesidad y escasez de barbijos y vestimenta de protección para médicos, enfermeras y personal hospitalario en general, las grandes casas de moda italiana – pero no sólo italianas- han decidido colaborar, dedicando parte de su personal a producir estos indumentos.
En Italia, la moda es la segunda industria del país después del automóvil. Tiene talleres repartidos por todo el territorio nacional pero muchos concentrados en la región Toscana, a la que pertenece Florencia. Se trata de grandes firmas como Gucci, Valentino, Prada, Salvatore Ferragamo, Fendi, Ermanno Scervino, entre otras, que han comenzado a producir mascarillas e indumentos en un tejido llamado Tnt (tejido no tejido) que es el que se usa normalmente para este tipo de indumentos. “Nuestras costureras estaban en casa por precaución y podían trabajar desde allí. Así fue que les preguntamos si querían hacer voluntariado para coser mascarillas y vestimenta hospitalaria. Y todas dijeron que sí. Para nosotros es un gran orgullo”, dijo a la agencia italiana Ansa, Toni Scervino.
Por su parte Prada, a pedido de la Región Toscana, ha comenzado la producción de mascarillas y delantales destinadas al personal sanitario de las región. También Gucci fabricará más de un millón de mascarillas y vestimenta sanitaria. Algunas de estas empresas además han hecho donaciones millonarias a las regiones donde se encuentran sus sedes, todas destinados a la batalla contra el coronavirus.
Todo estos hechos se refieren a lo que está sucediendo ahora en Italia, donde la población en general está muy asustada pero trata de cumplir con la cuarentena.
Pero el impacto del coronavirus ha generado miedos también en los sectores económicos. Basta ver la marcha de la Bolsa de Valores de Milán, que sube y baja cada día como las de otros países del mundo, indicando una inestabilidad persistente.
Y ante estas situación muchos se preguntan qué sucederá cuando pase lo peor de la epidemia. ¿Podrá el país volver a producir normalmente? ¿Podrá restaurar los miles de puestos de trabajo que ahora han sido perdidos? ¿La economía funcionará como hasta ahora o cambiarán las reglas?
De hecho el mundo vivirá un período de inestabilidad a nivel económico y los analistas dicen que será un crisis peor que la del 2008. Y de esa inestabilidad podrían aprovecharse algunos sectores no recomendables como las mafias, según sugiere el escritor y periodista Roberto Saviano.
Saviano – que desde hace años tiene protección policial permanente porque está amenazado por las mafias a causa de los libros de denuncia que escribió – las mafias podrían sacar provecho de la crisis provocada por la pandemia. “Las emergencias públicas aumentan la posibilidad de ganancias para muchas empresas, no sólo para las organizaciones criminales. Pero estas últimas tienen una doble ventaja: hacer negocios y conseguir silencio. Porque la emergencia monopoliza la atención de los medios y lo que hacen las mafias pasa a segundo plano”, escribió Saviano en un artículo publicado por el diario romano La Repubblica.
“La pandemia es el lugar ideal para las mafias y el motivo es simple: si tenés hambre buscás pan, no importa de qué horno viene ni quién lo está distribuyendo. Si tenés necesidad de un fármaco, pagás, no te preguntás quien te lo está vendiendo”. Saviano mencionó en este sentido áreas económicas relacionadas con la salud pública en las que están infiltradas las mafias, como empresas de limpieza, de desinfección, de traslado de basura, de transporte, de pompas fúnebres, de distribución de alimentos. “Estamos en plena emergencia, es imperativo sobrevivir. Pero paralelamente a la epidemia, se están moviendo intereses criminales: conocerlos es parte de la sobrevivencia”, concluyó el famoso escritor napolitano, autor entre otros de Gomorra, Lo contrario de la muerte y La belleza del infierno.
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