Un grupo de afiliados al Partido Demócrata en Milán entregó tabletas para que los ancianos internados y aislados en el Hospital San Carlos puedan despedirse de sus familias. La bautizó, poéticamente, “el derecho a decir adiós”.
“La idea surgió por casualidad, cuando escuché al doctor Cortellaro, jefe del Hospital San Carlo de Milán, que contó en una entrevista del dolor de las personas que ingresaron al hospital y que se internaron en total soledad y aislados de sus familias y amigos, conscientes de lo que estaba a punto de suceder y de la falta de medios tecnológicos para que pudiesen hacer videollamadas con sus familiares”, contó Lorenzo Musotto en su Facebook. “Entonces compramos tabletas para donar al hospital y a un hospicio de ancianos para permitir que los enfermos puedan saludar a sus seres queridos por última vez”.
El propio Musotto ha estado en cuarentena por haber tenido contacto con un amigo enfermo “que ahora está bien”, cuenta el diario La Stampa, y “se sintió culpable por estar en su casa mientras miles de personas en toda Italia están trabajando y luchando incansablemente contra el coronavirus”.
“La idea de no poder decir adiós me duele más que la muerte misma y hay otras residencias para ancianos, hospitales y hospicios donde ya no existe la posibilidad de decir adiós”.
Musotto contó: «Desafortunadamente no nos quedan muchos fondos después de este gasto” y convocó a que otros italianos se comuniquen con las instalaciones médicas de su área para averiguar si los pacientes desean recibir una donación de este tipo. Sé de la importancia de las máscaras, guantes e instrumental médico, pero el derecho a decir adiós, para los que se van y para los que se quedan, no debe ser menos «.