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La tasa de de desocupación subió al 13,1 por ciento en el inusual segundo trimestre del año, en el que impactó de lleno la inactividad impuesta por la cuarentena. Con respecto al mismo período del año pasado, representa un aumento de 2,5 puntos. El otro dato estadístico notable que muestra el resultado de la encuesta laboral del Indec es que la tasa de actividad (proporción de la población que tiene trabajo o busca tenerlo activamente) cayó casi diez puntos respecto del año pasado, al pasar del 47,7 por ciento de los habitantes de aglomerados urbanos al 38,4 por ciento. De un modo similar cayó la tasa de empleo (proporción entre la población ocupada y la población total), que del 42,6% del segundo trimestre de 2019 pasó al 33,4% para este año.
El conjunto de datos estadísticos está reflejando, en consecuencia, el doble fenómeno provocado principalmente por la pandemia: gente que perdió su trabajo (que aumenta la tasa de desocupación) y otras personas que, frente al cuadro que se le presenta, optó por quedarse en su casa y desistir de buscar un empleo por el momento (caída en la tasa de actividad). Ambos fenómenos alimentan la caída en la tasa de empleo.
El análisis por distritos muestra picos de desempleo en los aglomerados urbanos de Mar del Plata (26%), Ushuaia-Río Grande (22%), Gran Santa Fe (20,3), Gran Córdoba (19,1) y Gran Rosario (17,9). En el conurbano bonaerense, si bien no se alcanzó los niveles de desempleo de los mencionados, la tasa también se ubicó por encima del promedio: 13,8 por ciento.
Inactivos
Según señala el Indec, sobre un total de 28,5 millones de personas que habita en los 31 aglomerados urbanos sobre los que se realiza la medición, 9,5 millones están ocupados y 1,4 millones están desocupados, mientras que otros 17,6 millones de habitantes no están buscando integrarse al mercado laboral. Es decir, permanecen inactivos. Son el 61,6 por ciento de la población urbana, que estaría conformado por quienes no están en edad de desempeñarse en el mercado laboral o bien teniendo edad para hacerlo, optan (de manera temporaria o permanente) por no trabajar ni buscar trabajo.
Es una cifra de inactividad inusualmente elevada y debe atribuirse en su mayor parte a la pandemia, por la situación de aislamiento obligatorio de las personas o bien a que, pudiendo salir, dada las circunstancias que dificultan la posibilidad de obtener un empleo, la persona optó por no salir a buscarlo.
El informe del Indec señala que, «en el marco de la emergencia sanitaria, el principal impacto sobre el mercado laboral se verificó en la
dinámica de la tasa de empleo, que mide la proporción de personas ocupadas con relación a la
población total. El segundo trimestre de 2020 (33,4%) mostró una caída de 8,8 puntos porcentuales frente al
primer trimestre del mismo año (42,2%) y de 9,2 puntos en relación con el segundo trimestre de 2019 (42,6%), impulsada por
la menor proporción de personas que pudo trabajar».
Apunta, además, que «el impacto en la tasa de empleo no fue homogéneo entre las distintas categorías ocupacionales. En particular, fue
más significativo en asalariados sin descuento jubilatorio y en trabajadores por cuenta propia». Como resultado, «se incrementó la
proporción de asalariados con relación al total de ocupados, pasando de 74,1 a 76,9%».
Tomando en consideración la rama de actividad de la ocupación principal, la caída fue proporcionalmente más
intensa en los sectores Construcción, Hoteles y restaurantes y Servicio doméstico.
Ocupados ausentes
El informe de Mercado de Trabajo del Indec muestra, además de las tendencias señaladas, otras particularidades del período especial que generó la pandemia. Incluso para las personas que pudieron mantener su empleo, hubo cambios significativos en sus condiciones de trabajo, que se reflejaron en las siguientes características:
Se verificó un aumento en la proporción de los denominados «ocupados ausentes». En el segundo trimestre del año pasado, las personas que no pudieron concurrir a sus trabajos por suspensiones, licencias u otras causas laborales representaban el 2,6% de los ocupados. Pero en este segundo trimestre, la proporción de trabajadores ocupados en alguna de esas condiciones saltó al 21,1%. Es decir, las personas que mantuvieron su empleo pero por alguna de las condiciones enumeradas no pudieron realizar sus tareas habituales.
También se incrementó significativamente el número de personas que realizó el trabajo desde su vivienda. Este
indicador pasó de representar el 6,5% de los ocupados en el primer trimestre a constituir el 22% de los ocupados
en el segundo trimestre de 2020. Si se observa en conjunto lo señalado en el párrafo anterior y en este, lo que queda en evidencia es que del total de los ocupados, un 43,1% no concurría a su trabajo durante esta primera etapa de la pandemia, ya fuera porque estuviera exceptuado de trabajar por alguna razón o porque cumplía la tarea de manera remota.
Finalmente, se observó un alza en la proporción de asalariados que utilizaron sus propias maquinarias o equipos
para realizar su trabajo: de 2,4% en el primer trimestre se pasó al 15,5% en el segundo trimestre.
Subocupados
También se observa en las estadísticas oficiales sobre el mercado laboral que bajó sensiblemente de un año al otro la tasa de subocupados demandantes (personas con trabajo part time que buscan activamente más empleo), del 9,2 al 5 por ciento.
La fuerte baja que se registra tanto en la tasa de actividad como en la subocupación demandante es un reflejo del efecto desaliento que genera la pandemia: personas desocupadas o subocupadas que, ante la falta de perspectivas de conseguir trabajo, deja al menos temporariamente de buscarlo.
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