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18 años. Apenas tenía 18 años y Maradona todavía no era Diego. No andaba por la vida presentándose solamente con su nombre.
39 años. No habían pasado dos años de su retiro definitivo en el Cosmos y Pelé no tenía quién le discutiera el cetro de rey.
Se trata de reconstruir cómo fue ese 9 de abril de 1979, el día que Diego conoció a Pelé. El encuentro que armó El Gráfico sin quizá saber que estaban haciendo historia.
La historia comenzó mucho antes en Uruguay. Para ponerse un poco en el contexto del momento, hacía unos meses que Argentina había ganado la Copa del Mundo y Maradona había sido uno de los que se quedaron afuera del equipo en el final. Enero de 1979 y Diego estaba jugando en Uruguay el Sudamericano Juvenil clasificatorio para Mundial en Tokio de ese mismo año. En un día de descanso que les dio Menotti, se fueron a las playas de Atlántida: la familia Maradona, Jorge Cyterszpiler (su amigo y representante) con la familia y el tucumano Meza, también jugador de ese juvenil. Y hasta allí los acompañó El Gráfico para armar una nota que sería la primera tapa del Diez en la revista y en la que nacería el famoso encuentro cuando le confesó al periodista que quería conocer a Pelé. Guillermo Blanco era ese periodista que terminaría impulsando la “cumbre” y se entusiasma al recordar con Olé aquellos días en los logró juntarlos.
Diego contó que quería conocer a Pelé y empezó la producción
-Parece trabajo para una megaproducción.
– No tenía un ejército televisivo, con producción, en donde se mueven 30 personas. Era yo solito con un compañero colega, de la revista Placard, Batista… Se tardaron dos o tres meses hasta que se pudo. Pero fue bravísimo. Cuando podía Diego, no podía Pelé y viceversa. Pero el tema de Diego era muy curioso porque cuando podía Pelé, yo iba corriendo a decirle que íbamos después de la fecha que se jugaba los domingos, y él me decía ‘No puedo’. A la semana lo mismo, ‘No puedo. Y yo me decía: “Tanta ansiedad tenía y ahora me da vueltas”.
Guillermo Blanco, Maradona, Pelé, Don Diego y Jorge Cyterszpiler. Foto Gentileza Revista El Grafico-Ricardo Alfieri Padre.
-Parecía que se caía la idea…
-Hablé con Jorge y medio le di un ultimátum. Diego quería ir pero había algo que lo llevaba a decir que no. El domingo 8 de abril, Argentinos Juniors jugó en la cancha de Huracán. Me acuerdo de que Babington, nada menos, le pegó una patada. Estábamos en el vestuario, haciendo las notas y nadie sabía absolutamente nada del viaje. Jorge Cyterszpiler y Don Diego se habían ido ya a Ezeiza a hacer el check in antes. Diego, antes de irse, le dijo al oído al presidente de Argentinos, Próspero Cónsoli, que se iba a ver a Pelé y salió corriendo.
-Listo entonces, todos en Río. Nota ya asegurada.
-Pará… Cenamos, en un hotel muy cerca del departamento donde estaba Pelé ahí en Copacabana. Y a las 3 de la mañana me suena el teléfono. Estábamos durmiendo con Ricardo Alfieri (el fotógrafo). Era Jorge Cyterszpiler. “¿Qué pasó? ¿Qué pasó? Lo único que falta es que no se puede hacer”. “No, dice Diego si podemos abrir la heladerita para tomar una Coca”. Mirá lo que era el momento de Diego, el mundo del fútbol. El pibe me pedía permiso para ver si podía tomar una Coca Cola del hotel.
A las tres de la mañana, Diego pidió permiso para ver si podía tomar una gaseosa del minibar del hotel
Gaseosa habilitada, el 9 de abril, como dos chicos de excursión, Diego y su amigo y representante salieron a caminar por las calles de Copacabana. Tímidos, deslumbrados, llegó la hora del encuentro. Pelé que no llegaba, hasta que irrumpe rompiendo el hielo y va a saludar a Don Diego. Calidez total para el recibimiento, y a charlar. “Nos sentamos en el sillón. Pelé lo abrazaba, charlaron, todo muy ameno, una hora. En determinado momento, agarró la guitarra y cantó unas canciones… Y estaba muy bueno todo realmente, pero después se pone un poco profundo”, sigue contando Blanco y hace una pausa. Como si reviviera el momento. Un rescate emotivo.
-¿Y qué pasó?
-Pelé lo agarra de la mano, Pelé lo agarra de la mano a Diego, a Dieguito por llamarlo de alguna manera porque era un pibe de 18 años en ese abril del 79, y le empieza a dar consejos. “Cuida tu cuerpo y cuida tus entrenamientos, hay una responsabilidad atrás”. Era premonitorio. Todo, todo lo que le fue pasando a Diego se lo estaba diciendo él con su experiencia en ese momento. Y el tema era que. por la emoción, a don Ricardo se le caían las lágrimas con la cámara baja. Fue un momento de tensión y emoción muy grande.
¿Por qué carajo siempre me decías que no a venir a Brasil?”. Diego murmuró tímidamente sus razones. “Sabés que pasa, los lunes son de Claudia”.
Maradona había cumplido un sueño. Había saltado de Villa Fiorito al Copacabana Palace de Río para conocer a Pelé. Cyterszpiler se hizo autografiar la camisa y el brasileño llenó de regalos a Diego: camiseta, pelota firmada y reloj de su propia marca. La producción y la nota habían sido un éxito aunque ni siquiera fue suficiente para ganarse el lugar principal en la tapa. Pero había algo, que seguía siendo misterioso. ¿Por qué este pibe de 18 años que tenía tanta ansiedad de conocer al en ese entonces inalcanzable para él Pelé, había dado tantas vueltas para evitar viajar luego de jugar le fecha el domingo? Y claro, Blanco se lo preguntó. Directo le dijo: “¿Por qué carajo siempre me decías que no a venir a Brasil?”. Diego, que aún ni había ganado el Mundial Juvenil, que estaba lejos de hacer el mejor gol de la historia, murmuró tímidamente sus razones. “Sabés que pasa, los lunes son de Claudia”.
QUE FUE LO QUE SE DIJERON
Este fue parte del diálogo que publicó El Gráfico luego de aquella cumbre.
Pelé: Pero qué sacrificio haber viajado después de jugar el domingo para venir a verme. Te hubieras quedado allí, que no valía la pena.
Diego: Por favor, qué va a ser un sacrificio, no, no. Hacía muchísimo tiempo que quería conocerlo. . .
Pelé: Pero no era para venir, somos todos iguales. Dime, ¿y cómo anda tu equipo, eh?
Diego: Vamos primeros, estamos haciendo buena campaña. Nos dirige Delem; le manda muchos saludos.
Pelé: ¡Ah, sí, Delem…! Muy buena persona. ¿Así que van primeros?. . .
Diego: Sí, Pelé. Ayer le ganamos a Huracán 3 a 1, hicimos lindos goles y la hinchada nos está siguiendo a todos lados.
Pelé: Qué bien, Diego. Mira, Maradona no va a tener que venir más a Río a verlo a Pelé. Yo te prometo que si tu equipo Argentinos llega a las finales del campeonato en Buenos Aires, yo me voy a la Argentina a verte, ¿eh?
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Pelé: Bueno, papá, cuide al chico, ¿eh? Diego: que Dios te dé a vos toda la suerte que me dio a mí, que nunca tuve un golpe grande.
Diego: Gracias Pelé.
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