Este viernes se conmemora el Día mundial del lavado de manos, una oportunidad para recordar la importancia de esta práctica para la higiene personal, y fundamentalmente para la prevención de distintas enfermedades, infecciones respiratorias, y afecciones.
Al respecto, de acuerdo a Organización Panamericana de la Salud, lavarse las manos con agua y jabón reduce el 50 por ciento de las diarreas infantiles y el 25 por ciento las infecciones respiratorias, de la piel, ojos, u otras.
Esta es una medida una medida fundamental para prevenir el Síndrome Urémico Hemolítico, así como otras enfermedades transmitidas por alimentos; además, beneficia la salud de las personas que viven con VIH/Sida y es decisivo en quienes presentan condiciones que comprometen su sistema inmune.
Respecto al Covid-19, la mejor manera de prevenir la enfermedad es evitar la exposición a este virus, para ello, la higiene de manos, junto a la distancia física y el correcto uso del barbijo, constituyen medidas clave.
Hábito diario
El lavado de manos es una acción que debe volverse habitual, varias veces en un mismo día, y más aún en momentos de mayor exposición a virus y bacterias, por ejemplo:
- Después de ir al baño o cambiar pañales.
- Al regresar de la calle o de cualquier lugar con alta circulación de personas.
- Antes de comer o manipular alimentos, especialmente, luego de tocar alimentos crudos.
- Después de acariciar o jugar con mascotas.
- En atenciones de salud: es clave que el equipo de profesionales respete el lavado de manos en los momentos correctos, para evitar transmitir infecciones a quienes reciben sus cuidados.
Se trata de una acción que deben realizar personas de todas las edades, principalmente niños y niñas debido a su circulación, exposición a objetos y la posibilidad de llevarse materiales u objetos a la cara.
Por este motivo, las personas a cargo de niños y niñas deben garantizar su correcta higiene.
Así mismo, es necesario que centros de salud, instituciones educativas, deportivas, de esparcimiento y entretenimiento refuercen el hábito de lavarse las manos a partir de edades tempranas.
Además, es fundamental que esos espacios cuenten con elementos necesarios para la higiene, favoreciendo un lavado de manos accesible y oportuno.
Pasos a seguir:
- Mojarse las manos con agua.
- Colocar una cantidad de jabón suficiente en las palmas, cubriendo toda superficie de tus manos.
- Frotar ambas palmas entre sí.
- Fregar la palma de la mano derecha contra el dorso de la mano izquierda entrelazado los dedos y viceversa.
- Frotar las palmas de las manos entre sí, con los dedos entrelazados.
- Frotar el dorso de los dedos de una mano con la mano opuesta, agarrándote los dedos.
- Frotar con un movimiento de rotación el pulgar izquierdo, atrapándolo con la palma de la mano derecha y, viceversa.
- Frotar la punta de los dedos de la mano derecha contra la palma de la mano izquierda, haciendo un movimiento de rotación y, viceversa.
- Enjuagarse las manos con abundante agua.
- Secarse con papel descartable o con una toalla limpia.
- Usar papel descartable para cerrar la canilla.
Debe tenerse en cuenta que, en caso de no poder efectivizar el lavado con agua y jabón, se puede utilizar alcohol en gel, siguiendo los mismos pasos; ese proceso debe durar aproximadamente 45 segundos.