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Con el macrismo la industria automotriz retrocedió 15 años. El año pasado las terminales radicadas en el país produjeron 314.787 unidades, un 32,5 por ciento menos respecto al año previo, según la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa). La caída en las ventas internas por el menor poder adquisitivo de los salarios y el recorte en las exportaciones por la contracción económica en Brasil, principal destino de los automóviles y utilitarios argentinos, llevó a un nivel de producción que no se veía desde 2005, cuando se fabricaron 299.205 vehículos. Los envíos al exterior sumaron 224.248 unidades, con un recorte de 16,7 por ciento respecto de 2018, y la peor cifra de 2006 (218.543). Las ventas a las redes de concesionarios oficiales (mayoristas) se contrajeron 45,4 por ciento a 372.474 unidades, el peor registro desde 2004, cuando se habían comercializado 311.961 automóviles.
En marzo de 2017 el entonces presidente Mauricio Macri se reunió con los distintos integrantes de la cadena automotriz y anunció el plan “Un millón de vehículos”, que involucraba al Estado, empresas y sindicatos para impulsar la industria y generar 30 mil puestos de trabajo. Esa máxima aspiracional se sustentaba en una industria con cierta madurez, donde las cifras no distaban demasiado de ese objetivo. En 2011, pico de la industria, el nivel de producción había alcanzado a 828.771 unidades y dos años después, las ventas en el mercado internos tocaron su máximo histórico (963.917). Cuatro años de macrismo hicieron caer la actividad a niveles de una década y media atrás. Incluso las condiciones económicas que dejó Cambiemos hacen que volver a las cifras previas a 2016 sea un verdadero desafío para esa industria.
De acuerdo con las cifras de Adefa, en diciembre se produjeron 14.524 vehículos, un 46,4 por ciento por debajo de noviembre previo y 29,1 por ciento menos que en igual mes de 2018. “A la contracción del mercado interno por los desequilibrios macroeconómicos, se sumó una menor demanda de nuestros productos desde Brasil”, detalló Gabriel López, presidente de la entidad. “Sin dudas es fundamental encontrar las herramientas que estabilicen las variables de la economía y despejen la incertidumbre en el mercado local”, agregó el directivo. En el acumulado anual, la mayor contracción fue para el segmento automóviles (108.364), con un retroceso de 48 por ciento, seguido por utilitarios (206.423), con una caída del 20 por ciento interanual.
Las exportaciones de diciembre sumaron 18.964 unidades, con un aumento de 5,8 por ciento con relación a noviembre, pero evidenciaron una baja de 17,4 por ciento interanual. El retroceso se explica en buena medida por la caída en la participación de Brasil como principal mercado. A ese destino se enviaron 150.416 vehículos, 35.497 unidades menos que en 2018. La cuota de mercado se redujo de un histórico que superaba el 80 por ciento a un 67,1 por ciento actual. El mayor retroceso en el año volvió a ser en automóviles, con una caída de 35,2 por ciento. En utilitarios la caída en exportaciones fue de 4,9 por ciento.
Otro indicador de la situación del sector es el nivel de ventas a su red de concesionarios. Los puntos de venta reconocen que hay un sobrestock de vehículos que no se vende. “En ventas totales, el sector comercializó 31.151 unidades, volumen que se ubicó 36 por ciento por sobre el desempeño de noviembre, pero se ubica un 35,7 por ciento por debajo de diciembre del año anterior”, explica la entidad. En el acumulado anual, la venta de vehículos nacionales a concesionarias se contrajo más que el total de envíos a concesionarios, un 47,8 por ciento, al pasar de 197.827 unidades en 2018 a 103.282 el año pasado.
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