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El ex presidente boliviano Evo Morales ganó con «alta probabilidad» sin cometer fraude los comicios presidenciales de octubre pasado, tras los cuales fue obligado a abandonar el poder por los militares, según un análisis estadístico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que cuestionó fuertemente a la OEA. En noviembre, PáginaI12 publicó un informe con las mismas conclusiones.
Los investigadores, pertenecientes al Laboratorio de Ciencias y Datos Electorales de la universidad privada de Cambridge, estudiaron la tendencia del escrutinio antes y después de que se interrumpiera el conteo rápido al 84%, punto en el que los opositores a Morales denunciaron el inicio del supuesto fraude, que acreditó después la Organización de Estados Americanos (OEA).
El MIT aseguró en su informe, publicado el jueves por el Washington Post,
que «el análisis estadístico y las conclusiones de la OEA parecen profundamente defectuosas».
Cuando el conteo se interrumpió, Morales encabezaba el escrutinio con unos ocho puntos sobre su principal opositor, Carlos Mesa, lo que hubiese obligado a celebrar una segunda vuelta según el sistema electoral boliviano. Al reanudarse el conteo Morales alcanzó el margen suficiente –10 puntos– para ser reelegido en primera vuelta.
Sin embargo, tras las denuncias de la OEA las elecciones quedaron anuladas bajo la sospecha de fraude y Morales fue obligado por los militares a abandonar el poder. El depuesto presidente denunció haber sido víctima de un golpe de Estado, postura abonada por varios gobiernos de la región, entre ellos los de México y Argentina, y del resto del mundo.
Los investigadores del MIT afirmaron en su análisis, publicado por The Washington Post, que es «altamente probable que Morales superase el margen de 10 puntos porcentuales», al defender que la tendencia alcista que impulsaba al entonces mandatario era anterior a la interrupción del conteo rápido. «Nuestros resultados son claros. No parece haber una diferencia estadísticamente significativa en el margen antes y después de la interrupción del conteo preliminar», dijeron.
Además, los investigadores incorporaron a su análisis cerca de 1.000 simulaciones con los resultados antes de la interrupción para pronosticar el escenario final y concluyeron que «Morales podía esperar al menos una ventaja de 10,49 puntos respecto a su más inmediato competidor». «De nuevo, eso sugiere que el aumento en el margen de Morales después de la interrupción puede explicarse por completo con los votos ya sumados», afirmaron.
Los investigadores del MIT fueron muy duros con el informe de la OEA que denunció un fraude estadístico –además de otras irregularidades– y que sirvió para legitimar la salida del poder de Morales y dar paso a un gobierno de facto presidido por la conservadora Jeanine Áñez.
Al menos 34 miembros de tribunales electorales fueron detenidos acusados de supuesto fraude en los días posteriores. La OEA calificó de «cambio drástico y difícil de justificar» los resultados tras la interrupción y denunció «irregularidades» y «manipulaciones» que hacían imposible saber el margen real entre Morales y Mesa.
Pero el MIT indicó que la OEA «no cita ninguna investigación previa que demuestre que son válidas sus asunciones». «Según el criterio de la OEA para el fraude, es posible que las elecciones estadounidenses en las que los votos que se cuentan más tarde tienden a inclinarse hacia los demócratas también puedan clasificarse como fraudulentas», aseguraron.
«El fraude electoral –concluyeron– es por supuesto un problema grave, pero confiar en criterios no verificados como prueba de fraude es una seria amenaza para cualquier democracia».
Morales vive como refugiado político en la Argentina y pretendía presentarse al Senado en los nuevos comicios programados para mayo, pero su candidatura fue inhabilitada por los nuevos miembros del Tribunal Supremo Electoral nombrados por Áñez.
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