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Aún en su hermetismo habitual, las charlas que la misión del Fondo Monetario (FMI) está manteniendo con políticos, empresarios y economistas, dan pistas, gestos y señales que grafican el clima de la negociación: el más concreto, están dispuestos a charlar un préstamo sin condicionar el plan económico, tal lo que planteó el ministro de Economía, Martín Guzmán, cuando anuncio la toma de un préstamo de Facilidades Extendidas.
En los tres días que llevan en el país, Luis Cubeddu y Julie Kozak, los enviados del organismo, se vieron -además de con los equipos de Guzmán-, con la Sociedad Rural, dirigentes de la Agroindustria, el ministro del Interior, Eduardo «Wado» De Pedro y este viernes harán lo propio con el titular de Diputados, Sergio Massa.
En esas charlas, según pudo relevar Página I12, hubo algunas expresiones relevantes. Una rareza porque el Fondo sólo suele escuchar qué cuentan sus contrapartes. «Guzmán no miente, están dispuestos a negociar evitando condicionar el programa económico», explicó a este diario uno de los economistas que charló con el organismo. El dato es clave, dado que las Facilidades Extendidas, en los papeles, le dan al FMI la chance de monitorear la economía y hasta exigir reformas de fondo.
Surgió también en una de las charlas el asunto de la velocidad para cerrar el acuerdo, sobre lo que los enviados aseguraron que noviembre es un mes clave y que habrá felixibilidad para negociar casi hasta el brindis navideño. La idea, a priori, es llegar a diciembre para testear la aprobación de un acuerdo. La propuesta de Argentina ya salió de manos de economía hacia las manos del FMI, pero Guzmán no muestra señal de apuro. Ya les dijo a propios y extraños que un estudio de las negociaciones pasadas mostró que países que se precipitaron a acuerdos rápidos, no terminaron bien.
En el terreno de las dudas del FMI, quieren saber si la CGT bancará la caída parcial de beneficios sociales; y sondean cuál será el déficit fiscal proyectado para los próximos tres años y cómo se lograría. También supusieron que Sociedad Rural les pediría una baja de retenciones y hasta entienden que los sectores industriales y empresarios, con la UIA a la cabeza, están alineados atrás de un plan del gobierno de no hipotecar el crecimiento del país para cerrar con el FMI.
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