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El gobierno de Estados Unidos, donde el coronavirus ya mató a 9.368 personas y contagió a 328.861, comparó la situación que vive el país con el ataque a Pearl Harbor o el atentado del 11-S, debido al elevado número de muertes que se esperan. «Esta va a ser la semana más dura y triste de las vidas de la mayoría de los estadounidenses, francamente», dijo el director general de Salud Pública, Jerome Adams, durante una entrevista con la cadena de televisión Fox News. Luego de que el propio presidente Donald Trump considerara hasta hace poco tiempo al coronavirus como un «virus chino», Estados Unidos ahora necesita desesperadamente de los suministros de China para afrontar lo peor de la pandemia. Por su parte, el jefe del Pentágono, Mark Esper, defendió el despido de capitán que expresó preocupación frente a parte de su tripulación contagiada por el Covid-19.
«Este será nuestro Pearl Harbor, nuestro 11 de septiembre, pero no quedará limitado a una sola región», expresó Adams este domingo. «Ocurrirá en todo el país, y quiero que toda la nación lo entienda que a pesar de lo difícil que será esta semana, hay una luz al final del túnel», agregó. El ataque japonés por sorpresa a la base militar de Pearl Harbor en 1941 causó la muerte de más de 2.400 estadounidenses, mientras que otras 2.996 perdieron la vida en los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, cifras superadas con holgura por esta nueva pandemia.
Ante la escasez de suministros para enfrentar a la pandemia, Estados Unidos pasó a depender en gran medida de China. Antes de la crisis, el gigante asiático producía casi la mitad de los barbijos importados a Estados Unidos, que en tiempos normales cuestan menos de un dólar, pero ahora escasean en momentos en que se aconseja a los estadounidenses usarlos cuando salgan a la calle. Los fabricantes estadounidenses redoblaron el esfuerzo, con empresas aumentando la producción de mascarillas a 70 millones al mes, pero aún están debajo de las 500 millones necesarias para alcanzar una reserva estratégica.
Mientras el gobierno federal pide colaboración a las Fuerzas Armadas para combatir a la pandemia, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, defendió el despido de un comandante de la Marina que pidió ayuda para una tripulación afectada por el coronavirus. El portaaviones se encontraba varado en la isla de Guam. Esper aseguró a la cadena ABC que «fue una decisión del secretario de Marina,
Thomas Modly. Él vino y me informó (…) Yo le dije que lo apoyaría». El despido fue ampliamente condenado por la opinión pública, e incluso por los precandidatos presidenciales Joe Biden y Bernie Sanders, que entienden que Crozier estaba velando por el bienestar de su tripulación.
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