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“En términos de contención de la crisis, hemos visto que el gobierno argentino fue uno de los primeros de la región en poner en práctica medidas importantes en materia de salud pública y también en apoyo a las familias y empresas afectadas, dentro de los márgenes tan limitados que existen”, indicó este jueves Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI). En una (video)conferencia de prensa, Werner anticipó otra “década perdida” para la región, en relación al período 2015-2025, lo cual implica un crecimiento cero en el promedio regional medido punta a punta. Consultado sobre la oferta de renegociación de la deuda en manos de bonistas que presentó el gobierno argentino, Werner se limitó a decir que será analizada en los próximos días. Recordó que se está trabajando en la conformación de un nuevo programa financiero con la Argentina, aunque no dijo si ese trámite se realizará de manera más laxa a raíz de la crisis de la pandemia.
«No creemos que haya un dilema entre salvar vidas y atender a la economía. En la medida en que las políticas de contención logren mitigar la transmisión del virus, también permitirá que las economías regresen más rápido a la normalidad», indicó Werner, en relación al debate, local pero también global, sobre la duración de las medidas de aislamiento social y su impacto económico.
El FMI proyecta que la economía de América latina y el Caribe va a registrar este año una caída del 5,2 por ciento, lo cual implica un giro negativo de 6,8 puntos en relación a la estimación de hace apenas tres meses, cuando el organismo preveía un crecimiento del 1,6 por ciento. Dentro de ese cuadro, se espera que la economía de América del sur caiga un 5 por ciento. El peor desempeño es para Venezuela (-15 por ciento), seguido de Ecuador (-6,3), Argentina (-5,7) y Brasil (-5,3). Un escalón más arriba están Chile y Perú (-4,5), Uruguay, Bolivia y Colombia (-3,0; -2,9 y -2,4, respectivamente) y Paraguay (-1,0).
“La fuerte recesión regional no se recupera completamente con la suba esperada para 2021. Da la sensación de que vamos hacia otra década pérdida en América latina, la de 2015-2025”, indicó Werner, y valoró que “la mayor parte de los países de la región han adoptado medidas para contener la propagación del virus, incrementando recursos destinados al sistema sanitario y también en materia de política económica”. Advirtió que uno de los principales retos para la región es tener éxito con las medidas sanitarias en contextos de pobreza extrema y alta informalidad. Werner es de nacionalidad argentina, su familia se exilió en México durante la dictadura militar y luego se terminó radicando en ese país.
Durante la administración de Mauricio Macri, Werner fue uno de los responsables de parte del FMI, junto a Christine Lagarde, en la aprobación del megacrédito de 57 mil millones de dólares (se llegaron a desembolsar 44 mil) para salvaguardar un modelo económico que resultó a las claras insostenible. Bajo la dirección de Kristalina Georgieva, Werner es el único directivo de peso que quedó en pie en la relación con la Argentina, luego de la salida de Lagarde y de su vice, David Lipton.
El jefe de la misión para la Argentina durante años previos, el italiano Roberto Cardarelli, fue reemplazado por Luis Cubeddu, de nacionalidad venezolana, quien mantiene fluido diálogo con el ministro de Economía, Martín Guzmán. Cubeddu lideró la misión que terminó declarando como “insostenible” a la deuda externa argentina, lo cual representa un insumo de mucha importancia para el gobierno nacional a la hora de sentarse a negociar con los bonistas. Cubeddu apoya la implementación de una política fiscal y monetaria expansiva en este contexto de crisis, aunque advierte sobre las limitaciones del financiamiento con recursos del Banco Central, el único con el que cuenta el país ya que tiene cerrados los mercados externos. De todas formas, sostiene que no hay riesgo de hiperinflación porque esta crisis tiene una raíz deflacionaria, con la baja de los commodities y la caída de demanda.
“De los cerca de cien países que han preguntado por facilidades de financiamiento, 16 están en América latina. El FMI está poniendo a disposición su capacidad de préstamo de hasta 1 billón de dólares, la aceleración en la aprobación de créditos y el alivio en la deuda de los países más pobres”, dijo Werner, y resaltó las negociaciones para lograr financiamiento ágil que se vienen dando con El Salvador, Honduras y Colombia. Anticipó que en las próximas semanas seguirán las revisiones sobre los pedidos de facilidad financiera por parte de esos 16 paises, y mencionó los casos de Paraguay y Ecuador, entre otros, aunque no hizo referencia al pedido de la Argentina.
Se esperaba de parte de Werner alguna referencia más enfática sobre la posibilidad de que el FMI apoye con recursos frescos a la economía argentina, aunque el funcionario tiró la pelota afuera. “En términos de contención de la crisis, hemos visto que el gobierno argentino puso en práctica medidas importantes en materia de salud pública y también en apoyo a las familias y empresas afectadas. Ahora el gobierno está concentrado en la parte del manejo de la deuda, en lanzar su oferta de reestructuración. Esperamos que esto tenga un final exitoso”, dijo.
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