«No hay estabilización posible sin reactivación económica«, señaló el ministro de Economía, Martín Guzmán, como preámbulo a la presentación de una síntesis del proyecto de Presupuesto Nacional para el año 2021 que ayer ingresó al Congreso. El otro principio fundamental que señaló el funcionario es «la sostenibilidad fiscal», aunque aclaró que «el equilibrio fiscal no se va a alcanzar en 2023, como preveíamos antes de la pandemia». Es una meta de la actual política económica, señaló, pero sólo se buscará cumplir dentro de un sendero «compatible con un crecimiento inclusivo». Por todo ello, no le tembló el pulso al gobierno al definir un proyecto de presupuesto con un déficit fiscal equivalente a 4,5 puntos del PBI, que se financiará, además, sin recurrir a fondos del exterior: 40% se cubrirá con deuda pública en pesos en la plaza local, y 60% con emisión, es decir, vía Banco Central.
La reconstrucción del sistema productivo, el mercado interno y los ingresos de la población serán las prioridades, y así se pretendió reflejar en este primer presupuesto elaborado por el gobierno actual. Cuando habla de reconstrucción, Guzmán se refiere a salir de la situación que dejaría el resultado de una economía que empezó el año arrastrando una recesión de veinte meses, y lo está terminando con una emergencia sanitaria que arrancó en marzo y se extenderá hasta el último trimestre del año. Las previsiones oficiales para este año muestran una caída del producto bruto del 12,1%, un descenso del consumo privado del 13,6% y de la inversión del 25,6%. La balanza comercial arrojaría un resultado positivo, con un superávit de 17.260 millones de u$s, pero como resultado de una caída de las importaciones (21,9%) mayor a la baja en las exportaciones (14,2%).
«El Presupuesto 2021 refleja nuestra visión de la economía», explicó Guzmán. Partiendo del supuesto que el año próximo arranque sin el nubarrón de la pandemia sobre la cabeza, «se asume que se transitará por un período de transición, aún en situación de emergencia, con una capacidad ociosa importante que estará en condiciones de volver a producir si las políticas públicas generan las condiciones y la ayudan».
«La situación requerirá de un rol muy activo del Estado en empujar a la actividad económica con políticas públicas orientadas en ese sentido«, lo cual se traduce en la asignación de importantes recursos a ese fin, desde distintas áreas. «El impulso debe ser lo suficientemente grande como para ayudar a la economía a volver a andar, pero lo suficientemente acotado como para respetar las restricciones existentes en materia fiscal», señaló Guzmán la doble vara con la que busca equilibrar principios y objetivos.
Las proyecciones para 2021 señalan una meta de crecimiento del PBI del 5,5 por ciento. En igual proporción se estima que podrá crecer el consumo privado. Por debajo de éste, el consumo público se recuperaría parcialmente con una suba del 2,2 por ciento. La inversión daría un salto del 18,1 por ciento y en el comercio exterior, las exportaciones crecerían 10,2 por ciento, menos que la importación, que tendría un repunte del 16,3% sobre los valores de 2020.
También hay una baja notable en la incidencia de los intereses de la deuda sobre el resultado fiscal, gracias a la reestructuración de la deuda. Mientras que hasta 2019 el pago de intereses representaba 3,7 puntos del PBI, en 2021 significará 1,5 puntos.
«Las proyecciones son moderadas, preferimos tener cierta cautela, máxime saliendo de una situación de tanto desequilibrio; el presupuesto 2021 es realista y está basado en supuestos prudentes acerca de la evolución futura de la economía local», señaló Guzmán dando marco a las proyecciones.
Bajo el mismo criterio de prudencia, estimó que la inflación cerrará el año en un nivel del 32 por ciento y en el año próximo reflejará un aumento anual precios en los doce meses del 29 por ciento. El tipo de cambio oficial (relación dólar/peso) seguiría una trayectoria próxima a la de los precios, cerrando este año en 81,40 pesos y el próximo en 102,40 pesos. Esto representaría una suba del dólar de poco más del 8% en los próximos tres meses y medio, y del 25,8 por ciento en el transcurso del año próximo.
El ministro identificó seis «pilares de nuestra política de inversión pública». Con ellos, se confía en avanzar hacia las «prioridades estratégicas» contenidas en el proyecto de ley de Presupuesto. Ellas son, principalmente, la reactivación productiva, la generación de empleo, el apuntalamiento de las capacidad de innovación de las y los argentinos, y el fortalecimiento de la educación y la salud.
«La infraestructura volverá a ser un motor de la economía, la generación de empleo y la competitividad de las empresas argentinas, con un criterio inclusivo y federal», dijo al describir ese primer pilar. «Duplicaremos la inversón real en infraestructura productiva y social respecto de 2019, pasando del 1,1 al 2,2 % del PBI». La inversión proyectada es de 835 mil millones de pesos.
El Presupuesto también promete un fuerte incremento (160%) en la inversión real en innovación y desarrollo con respecto a 2019. La partida presupuestada es de 187.000 millones de pesos, 0,5 punto del PBI.
Salud pública y Educación y conectividad también recuperan un rol central en el Presupuesto 2021, con aumentos del 49 y el 11 por ciento, en términos reales, para cada una de estas áreas.
Otros rubros que el informe difundido por la cartera económica destaca como «pilares fundamentales» son Inclusión social activa y Género y diversidad. «Recuperar la movilidad social ascendente es un mandato de este gobierno». En 2021, estima destinar 270 mil millones de pesos a esta área, equivalente a 0,7 punto del PBI.
Además, Guzmán destacó que «por primera vez en la historia del país, se presenta un presupuesto con perspectiva de género», con una metodología que permite visibilizar el esfuerzo que realiza el gobierno para cerrar las brechas de desigualdad.
Aunque aclaró que no se trata de proyecciones macroeconómicas sino de «una guía para la política económica», Guzmán también delineó la trayectoria esperada en los dos años siguientes al del Presupuesto presentado. Así, para 2022 y 2023 se estima probable que el PBI crezca 4,5 y 3,5%; el consumo privado 4,7 y 3,6%, la inversión 10,1 y 6,6%, mientras que la inflación minorista podría resultar del 24% en 2022 y 20% en 2023.
El martes 22, Guzmán irá a defender su proyecto de Presupuesto ante la Cámara Baja en las comisiones encargadas de su tratamiento y aprobación.
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