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La industria textil argentina no estuvo exceptuada del parate económico que significó el impacto de la covid-19 en el mundo, y tampoco de la lenta pero sostenida recuperación que viene mostrando el sector manufacturero los últimos meses. Proyecta un crecimiento de entre 20 y 25 por ciento para 2021, «porque venimos de años muy malos», planteó Jorge Sorabilla, el vicepresidente de la la Fundación Protejer en el lanzamiento del ProTextil 2020, de la que participan el presidente Alberto Fernández, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y el secretario de Industria, Ariel Schale, ex director ejecutivo de la Fundación ProTejer.
De acuerdo al relevamiento que realizó la Fundación Pro Tejer, una de las cámaras que agrupa a las empresas textiles, el sector se recupera a niveles pre-pandemia. Si bien a septiembre la producción se encontraba por debajo del mismo mes de 2019, en octubre se registró un consumo de energía eléctrica similar al año pasado, lo que adelanta un repunte que se verá reflejado en los indicadores de producción y capacidad instalada de octubre, que aún no se conocieron.
La caída interanual de la actividad en septiembre es del 20 por ciento, bastante menor al peor momento de la producción textil a comienzos del aislamiento social, preventivo y obligatorio, cuando arrojó en abril una caída de 38,3 por ciento. El bloque más afectado fue el de preparación de fibras, con una merma de 51,9 por ciento. Hoy en día, la industria textil se encuentra
trabajando al 48,5 por ciento de su
capacidad instalada.
Este indicador viene cayendo desde hace dos años y, con la reactivación de la demanda, hoy se observa un faltante de materias primas. Al ser consultado al respecto, el secretario de Pro Tejer, Luciano Galfione, resumió que «es muy fácil destruir un entramado productivo y difícil ponerlo en marcha, porque en el medio se caen muchos jugadores. En este sentido, el ATP fue de gran ayuda». Restablecer la oferta requiere tiempo: abastecimiento de materias primas, capital de trabajo, puesta a punto de maquinaria, protocolo y licencias por covid.
Jorge Sorabilla agregó: «Habrá que convivir con faltantes de insumos pero esperamos que se vaya regularizando la situación. Es un problema de hoy pero una oportunidad para el futuro. Tenemos las máquinas para seguir incrementando la producción y tomando mano de obra”.
Inversiones
A pesar del desplome de la actividad, desde el sector informan que el monto invertido por las industrias del rubro textil rondará los 100 millones de dólares durante todo el año, bastante por encima de 2019, cuando alcanzó los 64 millones de dólares. «Gran parte de las inversiones han tenido que ver
con la producción de insumos sanitarios. Las empresas textiles se reconvirtieron rápidamente y el estado acompañó con la misma celeridad dando respuestas con líneas de crédito accesibles para ese fin. El resultado de la política está a la vista: nunca faltaron insumos», explica Galfione y asegura que «antes de la pandemia, el 95 por ciento del consumo de ese rubro era
importado; hoy en día el porcentaje se revirtió y hay mas producción nacional que importaciones«.
Para el 2021 se proyectan importantes inversiones textiles: totalizarían 250 millones de dólares. Éstas superarían las realizadas en 2011, el año con mayor nivel de inversión de la década.
Desde la industria rescatan que desde abril hasta la fecha los puestos de trabajo se mantuvieron intactos, al tiempo que prometen recuperar unos 200 mil empleos en toda la cadena.
Para lograr este repunte, los principales empresarios del sector no buscan una reforma laboral, sino una política económica que apunte al desarrollo productivo: “En el corto plazo lo que necesitamos es mercado para poder trabajar”, plantea Sorabilla y agrega que, sin embargo, en el largo plazo “alguna reforma laboral vamos a necesitar, no para quitarle derechos a los trabajadores sino para mejorar la productividad”.
El modelo industrial
La apertura de uno de los eventos anuales más importantes del sector textil estuvo a cargo de Ariel Schale, secretario de Industria de la Nación y ex director ejecutivo de la Fundación Pro Tejer, quien instó a los empresarios textiles a “defender el modelo de país industrial” impulsado por el gobierno nacional, negó tensiones entre mercado interno y externo, o entre políticas de apertura y proteccionismo, y dijo que “desde julio estamos reactivando nuestra economía”, en medio de la pandemia.
En tanto el cierre estuvo a cargo del Jefe de Gabinete Santiago Cafiero, quien aseguró que el modelo impulsado por el gobierno apunta al “fortalecimiento de la industria nacional, del comercio y del crecimiento del mercado interno», ejes que están plasmados en el presupuesto recientemente aprobado, que “estimula una recuperación de empleo y la producción”, subrayó.
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