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El 19 de enero de 2015 Argentina amaneció con una única noticia: Alberto Nisman estaba muerto. El expediente llevaba la carátula de muerte dudosa. La investigación comenzó en el fuero ordinario y terminó en los Tribunales de Comodoro Py, donde el ex fiscal cuatro días antes de ser hallado sin vida, denunció a Cristina Kirchner de traición a la Patria y encubrimiento del atentado de la AMIA por la firma del Pacto con Irán. El delito investigado es el homicidio. Cinco procesados, en breve un pedido de envío parcial a juicios, y una pericia cuestionada, las claves del caso que aún conmueve al país.
Homicidio sin responsable/s. El 26 de diciembre de 2017 el juez Julián Ercolini junto al fiscal Eduardo Taiano determinaron que «existió un plan que se pergeñó para terminar con la vida de Nisman» y señaló que «lo mataron con el arma de Diego Lagomarsino». Sin dejar dudas escribió: «La muerte del fiscal Nisman no obedeció a un suicidio y habría sido producida por terceras personas y en forma dolosa”. A cinco años los autores siguen siendo desconocidos y se investiga si los mismos responden al mundo de los servicios de inteligencia.
La vinculación con la denuncia contra CFK. Cuando la Cámara federal Porteña rechazó confirmó el procesamiento dictado por Ercolini señalaron que el ex fiscal fue asesinado como «directa consecuencia de la denuncia que formulara el 14 de enero de 2015 como titular de la UFI AMI por el atentado terrorista contra la sede de la AMIA», y advirtieron: «obliga a ahondar la investigación en el probable entendimiento de que la muerte del Fiscal se haya producido como consecuencia directa de la especifica acción que adoptó en el marco de su función».
Pista de los espías. Falta lo más importante para la justicia, dar con los responsables del caso. La fiscalía sigue la pista de los servicios de inteligencia por una «explosión de llamados previo a la muerte de Nisman, llamados cerca de la casa de Lagomarsino el 17 de enero, la cercanía de otros servicios en la zona de Le Parc«. Además, se analizan 45.000 llamadas telefónicas de ex funcionarios, personal de la ex SIDE; 23.000 imágenes de las personas que ingresaron a Le Parc entre el 16 y 18 de enero, se peritaron 200 equipos tecnológicos, y se tomaron más de 400 testimoniales a los vecinos de Le Parc.
La pericia de Gendarmería. El estudio del que participaron más de 20 especialistas concluyó que Nisman fue asesinado. La misma sostenía que el ex fiscal “no utilizó las manos para efectuar el disparo que le causara la muerte violenta” y que «lo mataron dos personas» sumado a que en sus «vísceras tenía ketamina» sin detallar más cómo la ingirió. Estos puntos no fueron tomados por el juez, pero sí la tesis del homicidio y aunque Gendarmería fijó que la muerte fue a las 2:46 del 18 de enero, Ercolini tomó un rango horario.
Diego Lagomarsino. El juez Ercolini dijo que fue el último que se lo vio con vida al ex fiscal y quien le entregó el arma con «pleno conocimiento de lo que ocurriría». Por ello, se lo procesó como partícipe necesario del homicidio. Lagomarsino brindó “un auxilio o cooperación” sin el cual el delito investigado no se habría podido cometer. Ahora se investiga sus posibles vínculos con los servicios de inteligencia y si respondía a los mismos.
Los ex custodios a juicio. Los cuatro custodios están procesados por incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos y dos d ellos como encubridores del homicidio. La fiscalía pedirá una elevación a juicio parcial donde primero serán juzgados los policías.v Según la acusación, “a pesar de que pasaron horas sin saber de Nisman y sin que atendiera sus llamadas, permanecieron sin dar aviso a sus jefes”. “Nisman no atendía llamadas, no había recogido el diario en la puerta de su casa, no respondía el timbre y sin embargo ni los custodios Miño y Niz avisaron a sus superiores. Todo esto hizo que se dilatara el hallazgo del cuerpo y «buscaron demorar la actuación policial y/o judicial en el homicidio”.
El edificio Le Parc. La fiscalía realizó una renderización del lugar, para analizar la ubicación de las cámaras de seguridad y simular diversos recorridos en el complejo. Se concluyó que existen “puntos ciegos”, es decir que se podía ingresar y permanecer en el lugar “sin ser detectados por las cámaras”, por su ubicación y rango de cobertura. Se señaló que el lugar tiene varios problemas respecto al dispositivo de seguridad “no es un lugar infranqueable como se buscó instalar”. 24 cámaras no funcionan y los registros de ingresos-egresos tienen errores en su confección.
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