MULTIMEDIOS PRISMA 24

IDENTIDAD EN COMUNICACION

Las comparaciones de Alberto Fernández entre el canje de 2005 y la nueva negociación con el FMI

https://images.clarin.com/2020/02/02/alberto-fernandez-y-fabiola-yanez___PG4MiEyn_1200x630__1.jpg

“En el 2003 (la Argentina) era un país destruido y claudicante. Cuando veo este presente, que se parece tanto al país que recibimos en el 2003, no le tengo miedo porque volveremos hacer lo que ya hicimos”, vociferó Alberto Fernández el 25 de mayo pasado, una semana después de que Cristina Kirchner anunciara que él sería el candidato a presidente.

Más allá del contexto en que hizo aquellas declaraciones -el décimo sexto aniversario de la asunción de Néstor Kirchner– Fernández no cambió su parecer. Sigue convencido de su estrategia, aunque ahora -ya en en el Gobierno- tiene más precisiones sobre la magnitud de la crisis.

Mirá también

El entusiasmo presidencial se reforzó en el inicio de su gira europea. El papa Francisco le prometió su ayuda y el primer ministro Giuseppe Conte le garantizó un apoyo total de Italia en el directorio del FMI. Sin embargo, el jefe de Estado ve similitudes y diferencias entre las negociaciones de la Argentina con sus acreedores en 2004 previo al canje de 2005, cuando era jefe de Gabinete, y las que conduce ahora como Presidente.

En un alto en su gira europea, el mandatario reflexionó en presencia de algunos de sus colaboradores sobre ambas experiencias.

Cuentan que uno de sus análisis fue que, a pesar del default de 2001, que derivó en una pobreza del 53 por ciento, el volumen de la deuda con el organismo multilateral hoy es diametralmente distinto. Esta vez, producto del mayor préstamo en la historia del FMI, la deuda es seis veces la que era entonces. El Presidente también recuerda que ese pasivo se construyó a lo largo de 40 años y que, esta vez, se forjó en 12 meses, sin que haga falta señalar a Mauricio Macri como el responsable político.

Una de las principales semejanzas que encuentra el mandatario entre las dos negociaciones con el Fondo es que tanto en 2004 como ahora, la primera reacción del organismo fue condicionar la reestructuración a que la Argentina aceptara ciertas “recomendaciones”.

Mirá también

En aquella oportunidad, el organismo con sede en Washington exigía la privatización de la banca pública, la dolarización de las tarifas y que la obra pública fuera considerada un gasto. El gobierno de Kirchner no cedió a ninguno de esos reclamos. El último punto pereció en el Acta de Copacabana que el entonces mandatario argentino firmó con su par brasileño Lula da Silva. Alberto Fernández estaba allí.

Cuando todavía gobernaba Macri, el Fondo quiso avanzar sobre el monotibuto y la obra pública. Y, en la primera charla entre la titular del Fondo, Kristalina Georgieva, y el Presidente, la economista búlgara le pidió “viabilidad fiscal”. Fernández le contestó que no habría más ajuste.

El Presidente, que tiene buenas referencias de Georgieva –Conte la elogió durante la reunión con Fernández en Roma y el Papa también la tiene en buena consideración- piensa en convencerla de la necesidad de construir un plan de crecimiento más que en establecer un plan de pagos. El mandatario recordó que algo similar le dijo al titular del FMI en 2004, Horst Köhler. “Ustedes déjennos crecer y ponernos de pie y van a cobrar. Nosotros sabemos lo que tenemos que hacer”, le prometió, según recuerda. Fernández dice que eso fue lo que ocurrió y tiene confianza en que volverá a convencer a las nuevas autoridades.

Mirá también

Sabe también, según consignan en la comitiva, que la cuestión geopolítica será fundamental, aunque la Argentina es apenas un pequeño capítulo de las discusiones tensas entre Europa y los Estados Unidos.

Fernández califica como un escenario más tranquilizador el de la deuda actual con los bonistas privados que el que dejó Fernando de la Rúa después de 2001, con megacanje incluido. “Ahora sí existe un consenso de que si se paga el 10 por ciento de tasa de interés es porque hay un gran riesgo de no pagar”, explican cerca del mandatario. Sin embargo, conceden que no todos los tribunales del mundo aceptarían ese argumento.

Por último, en la delegación escucharon decir al Presidente que ya no hay discusiones válidas sobre la legitimidad de la deuda como en la negociación de 2004 y 2005, cuando muchos cuestionaban la obligación de pagar, porque parte de esa deuda en default se había forjado durante la última dictadura. Ahora, los laderos del Presidente enfatizan que Macri tomó casi todo ese crédito después de ganar las elecciones en 2017.

Berlín. Enviado especial.

[ad_2]

Fuente

Desarrollo Web Efemosse
/ España: efemossesistemas.com
WhatsApp chat