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Con un discurso confrontativo y que retoma tópicos del conflicto de las corporaciones agropecuarias de 2008, el exministro macrista Miguel Etchevehere convocó a una movilización hasta el campo donde vive su hermana Dolores Etchevehere, para forzar el desalojo de ella y los integrantes del Proyecto Artigas que impulsan allí un proyecto agroecológico. La protesta recurre al argumento de un supuesto avance contra la propiedad privada y busca torcer la medida judicial que declaró que no hubo usurpación del predio.
Lo que Etchevehere pide es el desalojo de la estancia Santa Elena, ubicada en la provincia de Entre Ríos, y que también es propiedad de su hermana. Para ello recurrió a la solidaridad de los patrones de campos y estancias, que se coordinaron para brindar su apoyo. Varios lo hicieron a través de audios de WhatsApp que salieron de la esfera de la organización y evidenciaron un particular grado de virulencia.
“Cien, doscientas o trescientas camionetas las juntamos en cinco minutos”, dijo uno de los que adhirió a la marcha convocada por el ex ministro de Mauricio Macri. Calificó de “piojosos, sarnosos y punteros políticos” a quienes están en ese campo y prometió: “Yo llevo absolutamente a todo el personal de mi campo” y “perdé cuidado que más de uno se sale de la vaina por ir armado”.
Otro de los ruralistas intentó ser un poco más elocuente para explicar la organización de la convocatoria: “No es cuestión de plata que los Etechevehere paguen matones, porque entonces queda como que los del campo pagan matones”, dijo. Pero después se contradijo: “Tractores hay siete y ya están los carretones contratados. Hay plata, querido, quédate tranquilo”.
Luego, el mismo hombre le pidió a su interlocutor que mande “algún guapo con ganas de pegarle a algún negro de mierda, de esos que odiamos tanto”. “A estos hay que sacarlos” porque “si no va a pasar lo mismo que en 2008”, dijo e hizo una insólita lectura de la coyuntura política argentina: “Hoy tenemos a los mismos zurdos resentidos en el gobierno, acá eso se va a acabar”.
En otro de los audios se oye a un productor que aseguró tener datos acerca de las consecuencias que acarreará la permanencia de “los usurpadores” a los que Dolores, en su calidad de propietaria del campo, les abrió las puertas del predio para iniciar un emprendimiento. “Hay conocimiento de que quieren traer dos millones de gente de las villas del cono urbano (SIC) de Buenos Aires”, aseguró el ruralista.
El grado de violencia de la marcha convocada para este no solo se evidencia en la verba de los ruralistas involucrados sino también en las acciones que Etechevehere impulsó para revertir la decisión de la Justicia, que negó que Dolores Etchevehere haya utilizado la violencia para entrar a Santa Elena y dejó claro que, por lo tanto, no es una “usurpadora” del predio.
El objetivo que el ex ministro macrista persigue es que se dicte una orden de desalojo del lugar. Y para ello centró la protesta en el abogado de su hermana, el dirigente social Juan Grabois, y en los integrantes del Proyecto Artigas, un emprendimiento agroecológico al que Dolores Etchevehere prestó su apoyo.
Otra de las pruebas de que la violencia busca ser institucionalizada es la adhesión de varias entidades ruralistas a la convocatoria. La presidenta de la filial de Crespo, Entre Ríos, de la Federación Agraria Argentina (FAA), Mariela Gallinger, se expresó en contra de «la toma de tierras» en el campo de la familia Etchevehere y advirtió que «no vamos a permitir que esta gente de Grabois lo venga a hacer a Entre Ríos».
Luego dejó claro que la presión es para la Justicia: «Queremos mostrar y vamos pacíficamente a esperar la decisión del juez», porque «hoy vienen por el campo, mañana vienen por tu casa».
A través de un video, Dolores denunció que el ex presidente de la Sociedad Rural “ha anunciado que vendrá con una patota a sacarme de mi casa; a mí y a mis compañeros del Proyecto Artigas”.
“Lo hace con mentiras y engaños que lamentablemente son oídos por algunos”, dijo y lo acusó de “tener totalmente comprado al procurador general (de Entre Ríos) Jorge Amílcar “El Coque” García” y de querer “precipitar una situación de violencia para mostrar su poder”.
Además, denunció que hubo amenazas contra sus hijos, motivo por el cual la Justicia Federal dispuso una custodia, y volvió a señalar que su hermano el exministro estuvo detrás de la falsificación de firmas para quedarse con el predio durante la sucesión.
“Soy legítima propietaria de la parte que me corresponde de este campo, de los otros campos de mi padre (Luis Félix Etchevehere) y de todas las sociedades anónimas de las que fuera fundador o accionista”, sentenció.
También pidió a la Justicia “que no se deje humillar de nuevo por mis hermanos”, al gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, “que no sea cómplice de este delincuente” (por Miguel Etchevehere) y a toda la sociedad argentina “que me acompañe en estar horas difíciles”.
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