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Desde Roma.El ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva, en un sólo día de estadía en Roma, no sólo se encontró con el papa Francisco en una audiencia privada en la Casa Santa Marta, donde vive el pontífice en el Vaticano, sino que se reunió también con dirigentes sindicales y políticos italianos del centroizquierda que admiran sus esfuerzos en la lucha contra la pobreza cuando fue presidente.
El momento central de la jornada de Lula en Roma fue sin duda el encuentro con el papa Francisco, que duró aproximadamente una hora y del que se pudieron ver algunas fotos, en una ambos sonrientes, y en otra donde Francisco le da su bendición sobre la frente.
No hubo comunicado oficial de la Santa Sede por tratarse de un encuentro privado. Pero Lula comentó en un tweet que habían hablado de “un mundo mas justo y fraterno”. Y más tarde, en un encuentro con los periodistas, precisó que con Francisco habló de las “desigualdades” y de las “políticas de defensa del medio ambiente”.
«Todo el mundo sabe que el mundo se está volviendo cada vez más desigual y que muchas de las conquistas del siglo XX están siendo robadas por las ganancias de intereses empresariales”, dijo Lula que además calificó de decisión “muy alentadora” de parte del papa el hecho de convocar un encuentro en Asís (en marzo) “para discutir las desigualdades con miles de jóvenes, para discutir sobre una nueva economía mundial”. La necesidad de una “nuevas reglas para la economía” a fin de crear una nueva economía mundial fue planteada también por el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, en un reciente encuentro organizado por la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano con ministros de economía de numerosos países latinoamericanos, incluido el argentino, y la presidenta del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Ivanova Gueorguieva.
El tema del encuentro de Asis «debe servir de ejemplo para los partidos políticos de mundo entero», enfatizó Lula, quien además valoró la posición del papa argentino respecto del ambiente. «Uno de los principales animales en extinción es el ser humano, sobre todo el pobre. Si todos los seres humanos tuvieran las agallas del Papa, se podrían encontrar soluciones más fáciles», concluyó Lula.
Lula y el papa, sin embargo, no hablaron de Jair Bolsonaro, el actual presidente brasileño con el que Lula tiene pronunciadas divergencias y el papa Francisco también. Ayer, por ejemplo, Bolsonaro atacó al papa por su Exhortación Apostólica sobre el Amazonas, en la que, según el presidente brasileño, habla de la Amazonia como si fuera suya.
El encuentro de hoy con Francisco fue de alguna manera facilitado por el presidente argentino Alberto Fernández que estuvo con el pontífice en visita oficial en el Vaticano, el pasado 31 de enero. En esa ocasión Fernández le preguntó si podría recibir a Lula y el papa le dijo que si, que le escribiera para concretar el encuentro.
El miércoles, poco antes de llegar a Roma, Lula había escrito en otro tweet que venía “a visitar al Papa Francisco para agradecerle no sólo su solidaridad conmigo en un momento difícil sino para hablar con el Pontífice “sobre la experiencia brasileña para combatir la miseria”. No es la primera vez que el papa Francisco y Lula están en contacto. El año pasado, cuando ya estaba en la cárcel, el papa el envió una carta expresándole su “proximidad espiritual” y le pidió “coraje “ y “no desanimarse”. Meses mas tarde le envió otro mensaje con su bendición, en ocasión de un encuentro en Roma del ahora presidente argentino Fernández y otros políticos latinoamericanos.
Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, estuvo arrestado un año y medio en Curitiba, acusado de un caso de corrupción. Aunque tiene otras causas pendientes, él siempre se defendió diciendo que era toda una maniobra de la derecha para impedir que la izquierda regresara al gobierno de su país.
La visita de Lula a Roma es su primer viaje al exterior desde que el pasado 8 de noviembre fue dejado en libertad porque el Supremo Tribunal Federal de justicia modificó sus normas estableciendo que una persona puede ser encarcelada recién cuando se hayan agotado todos los posibles recursos judiciales.
Al salir del encuentro con el papa, el ex presidente brasileño y ex dirigente sindical, se dirigió a la sede romana de la CGIL (Central General Italiana de Trabajadores) una de las tres centrales de trabajadores existentes en Italia. Y allí se encontró con el presidente del Partido Democrático, Nicola Zingaretti quien luego escribió en un Tweet: “Bellisima conversación con Lula, un extraordinario protagonista de batallas para combatir la desigualdad”. En la misma sede Lula se encontró también con otro viejo ex dirigente de Partido Democrático, del que se separó hace algunos años, fundando otro partido, Articolo Uno. Se trata de Massimo D’Alema que hoy estuvo acompañado también por el actual ministro de la Salud, Roberto Speranza. Y Articolo Uno dijo en un tweet: “Bello encuentro con Lula. Su lucha por la libertad y la democracia en Brasil es nuestra lucha”.
Lula también se vio con el actual ministro de Economía e Italia, Roberto Gualtieri, que lo conoce de hace tiempo y fue a visitarlo a la cárcel de Curitiba. “Ha sido n placer poder abrazar de nuevo a mi amigo”, escribió el ministro.
Lula, que fue obrero prácticamente desde que tenía 14 años y se transformó en un gran dirigente sindical de Brasil liderando las protestas obreras de la década del 1970, pasó luego a la política, presentándose tres veces como candidato a la presidencia de Brasil sin éxito. Hasta que en 2003 ganó las elecciones transformándose en el primer presidente de Brasil de origen obrero.
Esta historia hizo que en su jornada romana no pudiera evitar verse con los dirigentes de las tres centrales obreras italianas, la CGIL, la CISL (Confederación Italiana Sindicatos de Trabajadores) y la UIL(Unión Italiana del Trabajo), Annamaria Furlan, Maurizio Landini y Carmelo Barbagallo respectivamente. “Yo no podía terminar mi visita a Italia sin encontrarme con las grandes centrales sindicales que por tantos años me han sostenido y ayudado en mi actividad sindical. La lucha continúa”, concluyo Lula.
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