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El ránking de productividad del Congreso sigue batiendo récords negativos. Si bien el período de sesiones extraordinarias sigue abierto, 2019 fue el año con menos leyes sancionadas desde la vuelta de la democracia, en 1983. A partir de 2014 se registra una caída sostenida.
Entre el primero de marzo de 2019 hasta este último día de diciembre se sancionaron 41 leyes: 39 durante el gobierno de Mauricio Macri y 2 en el inicio del mandato de Alberto Fernández – la de Solidaridad y Reactivación productiva y la de autorización para que el Presidente pueda salir del país durante 2020-.
De acuerdo a las estadísticas publicadas por la Dirección de Información Parlamentaria del Congreso, se trata del período con menos cantidad de leyes sancionadas desde el breve tramo de sesiones celebradas tras la vuelta de la democracia, cuando en cinco meses -de diciembre de 1983 hasta abril de 1984- se sancionaron 21 leyes.
La cifra también está por debajo de las 57 leyes sancionadas en 1987, el período ordinario que, hasta ahora, registraba la marca más baja.
Todos los años electorales registran una disminución de la actividad en el Congreso porque la mayoría de los legisladores está en campaña en sus provincias o a nivel nacional.
Sin embargo, la cantidad de leyes aprobadas muestra una caída sistemática desde 2014. Ese año se registró un pico de 197 proyectos convertidos en ley; una cifra muy por encima del promedio de los años anteriores que rondaba las 100 leyes por año.
Pero a partir de ese momento empezó la caída en picada. En 2015 se sancionaron 121 leyes; en 2016 fueron 101, en 2017 tuvieron luz verde 86 proyectos, y en 2018 el año cerró con 66 aprobados.
Ya el año pasado ya se encaminaba a ser el de menor productividad con 36 leyes aprobadas en el período ordinario pero en diciembre Macri convocó extraordinarias donde se aprobó un paquete de 30 leyes que elevó sustancialmente el promedio.
Algo similar ocurrió este año. En la última sesión ordinaria -el 20 de noviembre- se sancionaron 20 leyes, en su mayoría proyectos de amplio consenso entre los bloques, como la ley de talles.
Además, Diputados le dio media sanción a la ley de Alquileres y la ley de góndolas, dos temas clave que quedaron en el tintero para que el Senado convierta en ley. No está confirmado si Fernández los incluirá en el temario para este verano.
En cantidad de sesiones ordinarias -entre marzo y noviembre- solo se realizaron 15 sesiones: 8 en Diputados y 7 en Senado. La mayoría fueron especiales, es decir pedidas por un grupo de legisladores, ya sea del oficialismo como de la oposición.
A esas se sumaron las llevadas adelante en diciembre para las juras de los legisladores y el tratamiento de la ley de emergencia en ambas Cámaras y se deberán incluir las que tengan lugar en enero y febrero, mes hasta el que Fernández extendió las extraordinarias.
Sin embargo, el número parece lejos de alcanzar las 32 sesiones promedio desde 2012. Detrás de 2019, el año que menos sesiones registró fue el de la elección presidencial de 2015, cuando hubo solo 23 reuniones de diputados y senadores.
Entre las leyes más importante sancionadas este último año de gestión de Macri se encuentran la la ley de emergencia alimentaria -en septiembre- y la ley de financiamiento político (que contempló entre otras cosas la bancarización de los aportes de campaña) en mayo.
De acuerdo a la Fundación Directorio Legislativo, durante los cuatro años de gobierno de Macri -quien sin mayorías propias debió negociar cada iniciativa- hubo 119 sesiones y se sancionaron 290 leyes de las cuales el 45% fueron propuestas por la oposición y un 29 % por el Poder Ejecutivo.
La información contrasta con el último mandato de Cristina Kirchner -quien tenía mayoría en las Cámaras- en el que si bien tuvo solo 17 sesiones más, sancionó 510 leyes: el 44 % impulsadas por el Ejecutivo y solo el 10% por la oposición.
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