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Mucho mejor que el K-Pop

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A lo lejos, no tiene el poder de atracción universal que acusa el K-Pop, tal como se conoce a ese mix de música popular coreana, esa mezcla de dance, electrónica, hip hop, rap y rock (entre otros tantos ritmos) que gracias a sus coreografías tan atractivas cruzó las fronteras y ya da la vuelta al mundo. Sin embargo, y gracias a la pandemia, este viernes por la mañana (al menos, en esta parte del globo), la K League, la liga de fútbol surcoreana, tuvo sus 90 minutos de fama. Y sí. De alguna manera, cada vez que vuelve a rodar la pelota en algún lugar de la tierra, gozamos y proyectamos…

Jeonbuk se impuso 1-0 a Suwon en el primer partido de la temporada de la liga surcoreana, que comenzó a disputarse con dos meses de retraso y sin público debido a la pandemia de coronavirus. Desde el arranque del partido y hasta el pitazo final, con una llovizna que acompañó todo el juego, el partido se sintió raro y especial.


Una vuelta en Corea del Sur que será más normal que lo habitual.


Jeonbuk se impuso 1-0 a Suwon en la reanudación de la liga de Corea del Sur. (foto Twitter K League)

Cuando Jeonbuk salió del túnel, los jugadores de Suwon le hicieron pasillo de honor como campeón de la temporada anterior, aquella que concluyó en diciembre. No hubo más expresiones de júbilo: se jugó a puertas cerradas… Además, no hubo apretones de mano entre jugadores, una de las nuevas reglas no escritas en la liga surcoreana, que pide ahora a sus futbolistas que eviten celebrar los goles en grupo, que conversen de cerca o que se encaren, algo así como pedirle al fútbol que sea un poco menos fútbol. Cada tanto, la voz del estadio reprodujo los cánticos de la hinchada del equipo local para animar a los jugadores, incluso a los suplentes, con tapabocas obligatorios en el banco de suplentes.


Jeonbuk se impuso 1-0 a Suwon en la reanudación de la liga de Corea del Sur. (foto Twitter K League)

En la extrema pesadez del juego vista en Jeonju influyeron también la lluvia y el hecho de que ambos equipos apenas hayan podido retornar a los entrenamientos hace dos semanas. En el primer tramo, apenas dos debutantes de Jeonbuk parecieron querer ponerle una marcha más al juego, el extremo brasileño Murilo y el joven delantero Cho Gue-song. Ambos se fundieron pronto y al cuarto de hora de la reanudación ya habían sido sustituidos respectivamente por el japonés Kunimoto y el goleador Lee Dong-gook, quien a sus 41 años es toda una leyenda local con 158 gritos que lo acreditan como máximo anotador histórico de la K League. Fue su olfato el que acabó destrabando el partido a ocho minutos del final, cuando peinó de cabeza en el primer palo un córner pésimamente defendido por Suwon.


Cada cual festeja como puede… (AFP)

Varios jugadores de Jeonbuk se acercaron a celebrar, pero tampoco llegaron a apelotonarse. Poco más dejó este fantasmagórico primer partido de la era del fútbol-asepsia, a excepción del esperanzador mensaje escrito en las tribunas del estadio y dirigido a todos aquellos que aman este deporte: «Los veremos pronto. Sigan fuertes».


Festejos fríos y sin mucho contacto.


¿Cómo serán los festejos modernos? ¿Así?


¿Cómo serán los festejos modernos? ¿Así?

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