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El ministro de Economía, Martín Guzmán, presentó en la Cámara de Diputados el proyecto de Presupuesto 2021 elaborado por el gobierno. Además de mostrar las proyecciones macroeconómicas para el año que viene y el detalle de los ingresos y gastos del Estado nacional, Guzmán dio una serie de definiciones sobre el estado de situación de la economía argentina y las últimas medidas implementadas por el gobierno y las perspectivas para lo que viene. “El presupuesto es el ancla del esquema integral macroeconómico de transición entre el lugar en el que hoy se encuentra la economía argentina y el lugar al cual la queremos llevar”, definió el funcionario.
Principales definiciones
Uno de los ejes argumentales que utilizó el ministro de Economía como fundamento del Presupuesto general que presentó para el año 2021 fue que «no hay estabilización macroeconómica si no hay recuperación de la actividad económica; en un contexto como el actual, esto requiere que el Estado impulse políticas activas en pos de la recuperación».
Apuntó, además, que “tenemos que entender que el crecimiento del mercado interno tiene que ir de la mano del crecimiento de lo que se produce para el mercado externo, para evitar la falta de dólares que es crónica de la economía argentina”.
Destacó que la orientación que se le pretende dar al rol activo del Estado están definidos por el aumento en la relación entre inversión pública y PBI, que pasará del 1,1 por ciento que exhibía en 2019 a 2,1 por ciento en 2021; y el aumento en la partida prevista para Inversión y Desarrollo, que del 0,18 del PBI el año pasado aumentará a 0,47 el año próximo.
También se volcará un mayor esfuerzo presupuestario en el rubro de Salud pública, al cual se le destinará un gasto equivale a 0,53 por ciento del PBI, con un incremento significativo con respecto al 0,33 por ciento que tenpía destinado el año pasado. En tanto que en el área de Educación y conectividad se define un aumento del 1,1 a 1,3 por ciento del PBI en la asignación para 2021 en relación al año pasado.
Además, subrayó que por primera vez en la historia argentina, se incorpora el tema de Género y Diversidad en la agenda del presupuesto.
El punto de partida
Guzmán subrayó que el 35,5 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza y el 8 por ciento en una situación de indigencia. Advirtió que el PBI no crece desde hace dos años, que el desempleo está en el orden del 12,5 por ciento y que la inflación anual en los últimos dos años es del 50 por ciento en promedio, con un 40,7 por ciento de subas de precios en agosto frente al mismo período del año pasado.
“Estamos en una situación realmente muy difícil. Tenemos problemas económicos y sociales que arrastran dificultades estructurales, que han impedido generar un sendero de desarrollo y estabilidad. La idea es construir un puente que nos conduzca hacia objetivos de desarrollo, para llegar a un esquema de política macroeconómica que corresponda a un sendero de estabilidad. Pero para llegar a ese punto hay mucho trabajo por hacer y requiere ponernos de acuerdo en ciertos pilares”, dijo Guzmán.
Lo que debería ser versus lo que es
Guzmán explicó que concibe a la política macroeconómica de una forma muy diferente a cómo se desarrolla en la actualidad. Detalló que apunta a desarrollar una situación de sostenibilidad fiscal en donde el Estado tenga herramientas para hacer política contracíclica y para hacer políticas productivas. También explicó que busca que el financiamiento de la acción pública se realice enteramente a partir de deuda local y que no se dependa de la deuda externa ni del tampoco del financiamiento proveniente del Banco Central. Además, definió que el tipo de cambio real debe gozar de estabilidad, con regulaciones macro prudenciales para desalentar el movimiento de capitales especulativos.
“Sin embargo, la situación actual es bien distinta a la que querríamos tener. La política fiscal tiene una limitada capacidad de financiamiento, mientras que en el plano de la política cambiaria estamos teniendo que lidiar con un proceso de favoreció la especulación financiera en los años previos. Adicionalmente, la intermediación financiera por parte de los bancos es totalmente anómala, ya que los depósitos del sector privado se trasladan al Banco Central vía demanda de Leliq y no va a la inversión productiva”, indicó Guzmán.
Pilar del “esquema de transición”
“No es posible una estabilización macroeconómica si no hay recuperación de la actividad económica. En un contexto como el actual, esto requiere que el Estado impulse políticas en pos de la recuperación, que aporte dinamismo a la demanda agregada, sabiendo que hay restricciones porque la sostenibilidad fiscal es necesaria”, dijo Guzmán.
El gobierno pronostica un déficit primario del 4,5 por ciento del PBI para el año que viene, lo cual “lo consideramos adecuado en este contexto para apuntar a una recuperación sostenible, con una base en fortalecer la inversión pública en áreas estratégicas”. Además, el déficit financiero es del 1,5 por ciento del PIB. El financiamiento del déficit está a cargo de la deuda pública en un 40 por ciento y por el financiamiento del Banco Central en un 60 por ciento. Guzmán aclaró que no se prevé tomar nueva deuda en moneda extranjera.
El proyecto de ley establece que la inflación anual en 2021 será del 29 por ciento. Guzmán justificó ese número diciendo que la mejoría del mercado de deuda en pesos permite que el financiamiento monetario reduzca su efecto sobre la inflación.
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