Otra medida de protección para la industria naciona…

El nuevo esquema de regulación del comercio exterior a través de las Licencias no Automáticas de Importación (LNA) permite al gobierno tener capacidad de intervención sobre alrededor de un tercio de las importaciones totales. 

Si bien la cantidad de posiciones arancelarias afectadas por las LNA está en el 15 por ciento, esas posiciones medidas en dólares importados durante el año pasado equivalen al 29 por ciento del total de las importaciones. 

Los industriales cuentan que el bajo nivel de producción que se registra en la actualidad a causa de la crisis es un freno natural a las importaciones, con lo cual hay una situación inicial “amigable” para la Secretaría de Industria en materia de regulación de las compras externas de bienes finales y de partes, piezas e insumos. 

Es el caso de los autos, de la electrónica de consumo y de línea blanca, por ejemplo. Sin embargo, cuando la economía recupere el crecimiento, las LNA prometen constituirse en una herramienta clave del set de políticas industriales del gobierno.

La resolución 1 de la Secretaría de Industria amplió en unas 300 posiciones arancelarias las licencias no automáticas de importación (LNA), con lo cual el universo del comercio importador regulado pasó del 12 al 15 por ciento medido en posiciones arancelarias (hasta unas 1500 posiciones). 

Entre las nuevas licencias, por ejemplo, se sumó el capítulo de automóviles, motocicletas, instrumentos y aparatos de medicina, cirugía, odontología o veterinaria, tractores, teléfonos celulares, motores, generadores eléctricos y grupos electrógenos, artículos de grifería, lavarropas y secarropas, neumáticos, textiles, heladeras, estufas y cocinas. Si se tiene en cuenta las importaciones que se registraron a través de las posiciones atadas a las LNA en relación a las importaciones totales, el número llega al 29 por ciento según los valores de 2019.

Al mismo tiempo, otro de los cambios aplicados por el gobierno en la política comercial fue poner en funciones a los analistas de comercio exterior para evaluar la viabilidad de la licencia no automática, en reemplazo del “robot” que las manejaba durante la gestión anterior. 

También se acortó el plazo de vigencia de la LNA, de 180 a 90 días. Esto quiere decir que el importador tiene 90 días desde que le otorgan la licencia hasta que la mercadería ingresa al país. Si se extiende, tiene que volver a tramitarla. Es un sistema preparado para aplicar una política comercial más activa que en el gobierno anterior.

Las licencias se insertan en un esquema de moderación de tarifas de servicios públicos, baja de tasas de interés y moratorias fiscales, que busca movilizar el consumo y traccionar a la producción. Por eso, la industria nacional expresó su apoyo al nuevo gobierno, también empujada por la tradicional “luna de miel” y en un escenario de fuerte crisis de rentabilidad y de empleo. “El sector fabril tiene una total identificación con las primeras medidas del gobierno”, dijo el titular de la UIA, Miguel Acevedo.

Las licencias (automáticas y no automáticas) están contempladas por el marco normativo que establece la OMC. Sin ir más lejos, Brasil tiene más de 5 mil posiciones arancarias bajo LNA, lo cual representa cerca del 50 por ciento de su universo arancelario (contra el 15 por ciento de la Argentina). «Los organismos que se ocupan de la expedición de las licencias no deben normalmente tardar más de 30 días en tramitar una solicitud, 60 días cuando se examinan todas las solicitudes al mismo tiempo», dice el organismo. Por ahora, los tiempos son mucho más expeditivos. 

Desde el sector automotor, explicaron a este diario que “se va actualizando el listado de pedidos de importaciones de componentes y a los dos, tres o cuatro días está aprobado. En el caso de los autos terminados, es algo más lento. Pero como los volúmenes son muy bajos, por el sobrestock que tienen las concesionarias, los impuestos internos y la caída de demanda, no hay urgencia ni dificultades”. 

Las autoridades del Ministerio de Desarrollo Productivo pidieron a las automotrices informes sobre proyecciones de volúmenes, stocks, inversiones y comercio exterior. “Plantean que una vez que se resuelva el tema de la deuda, se va a retomar el crecimiento y que la industria tiene que estar preparada para absorber la mayor demanda con autos locales y mejora de la balanza comercial de cada empresa. Estamos alineados con esa idea”, indicaron a este diario desde una de las terminales automotrices.

“Por el momento, el sistema fluye. Pero el nivel de actividad aún no está a pleno”, indican desde las electrónicas de Tierra del Fuego. En tanto, Emmanuel Poletto, presidente de la Cámara del Juguete, cuenta que “en los últimos años hubo una avalancha de importaciones, hay todavía mucho stock y la industria nacional está con capacidad ociosa. En este contexto, es razonable administrar las importaciones y eliminar la competencia desleal. De todas formas, está charlado que para los insumos no va a haber inconvenientes”.