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Página en Italia
Por Elena Llorente
Desde Roma
En una ceremonia realizada en la tarde del sábado en la basílica de San Pedro, en el Vaticano, el papa Francisco nombró 13 nuevos cardenales de siete países del mundo, entre ellos seis italianos y dos latinoamericanos además del primer cardenal afroamericano de Estados Unidos.
A los nuevos cardenales vestidos con su tradicional hábito rojo y sentados separadamente en la basílica, Francisco los llamó a permanecer “en el camino” de la Iglesia y a no usar el hecho de haber sido realizados cardenales “para promoverse a sí mismos”. Según el papa hay que “estar siempre vigilantes para permanecer en el camino” de la Iglesia. “Porque con los pies, con el cuerpo, podemos estar con el Señor, pero nuestro corazón puede estar lejos y llevarnos fuera del camino,» subrayó Francisco. «Pensamos en tantos tipos de corrupción en la vida sacerdotal. Así, por ejemplo, el rojo púrpura del hábito cardenalicio, que es el color de la sangre, se puede convertir en el de una eminente distinción. Y así, no se será más el pastor sino solo la eminencia y se estará fuera del camino”.
El consistorio se realizó con una participación reducida de fieles y siguiendo las medidas de seguridad, dada la actual pandemia del covid. Los cardenales en sus vestidos rojos, sus asistentes y hasta las guardias suizas y los demás presentes, todos usaban mascarillas y estaban distanciados entre ellos. El papa no usó mascarilla y hasta se permitió darle un breve abrazo al cardenal de Malta, Mario Grech, que habló en nombre de todos sus colegas.
A causa del covid también se prohibieron todas las visitas de cortesía que los nuevos cardenales recibían normalmente luego de la ceremonia. De los 13 nuevos cardenales, dos no pudieron viajar a Roma y siguieron la celebración a través de un sistema especial montado on line al que tuvieron también acceso los demás miembros del colegio cardenalicio.
Luego de leer la fórmula de creación de los nuevos cardenales, el papa les entregó a cada uno el capelo y el anillo cardenalicio además del título de una iglesia romana de la que serán encargados. De los 13 cardenales, seis son italianos (sólo tres electores), dos latinoamericanos (Chile y México), y uno de cada uno de los siguientes países: Estados Unidos, Filipinas, Malta, Rwanda y Brunei.
Pero seguramente dos cosas llamarán particularmente la atención a nivel mundial: el primer cardenal afroamericano de los Estados Unidos -con cuya conferencia episcopal Francisco no tiene fáciles relaciones-, Wilton D. Gregory, arzobispo de Washington, y la designación de un franciscano, Mauro Gambetti, a un parlamento cardenalicio que no tenía ninguno.
El cardenal Gregory había criticado duramente no hace mucho la visita del presidente Donald Trump al sagrario de Juan Pablo II que hay en Washington y de alguna manera manifestado su esperanza de que con el cambio de gobierno en su país, la democracia funcionara, según contó la televisión estadounidense. Gregory fue nombrado arzobispo de Washington en 2019, en sustitución de monseñor Donald Wuerl, acusado de haber manejado muy mal el tema de los abusos sexuales en su diócesis.
El nombramiento podría ayudar a Francisco a mejorar sus relaciones con la conferencia episcopal estadounidense, ya que algunos de sus miembros, muy conservadores, lo boicotean y lo acusan repetidamente de ser demasiado progresista y hasta comunista, entre otras cosas por los contenidos de su última encíclica “Fratelli Tutti”.
El franciscano Gambetti, por su parte, es guardián del Sagrado Convento de Asís, la ciudad donde vivió San Francisco, el santo por lo cual el Papa eligió su nombre pontificio y en cuya tumba decidió firmar su última encíclica, “Fratelli tutti” (hermanos todos), el pasado 3 de octubre.
Con este consistorio el número de cardenales llegó a 229, que representan a 90 países del mundo. Pero sólo 128 de ellos son electores (53 de Europa, 16 de América del Norte, 21 de América Latina, 18 de Africa, 16 de Asia y 4 de Oceanía), es decir pueden elegir un nuevo Papa. Porque según las normas de la Iglesia no puede ser elector el cardenal que ha cumplido 80 años. Y de los nuevos elegidos, 4 superan esa edad.
De Chile fue elegido por el papa Francisco para ser cardenal (elector), el arzobispo de Santiago, Celestino Aós Braco, perteneciente a la Orden de los Capuchinos, psicólogo y español de nacimiento, quien se ha ocupado de llevar adelante la dura batalla contra los abusos sexuales y la cobertura de esos abusos, que resquebrajaron la conferencia episcopal chilena hace algunos años. “Trabajamos para que no se repitan los hechos criminales del pasado”, declaró a la prensa en Roma.
El otro latinoamericano nombrado cardenal fue monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas en México, que cumplió 80 años en mayo y por eso no será un cardenal elector. “Más que un título personal se trata de un reconocimiento a los pueblos indígenas”, declaró a la prensa. Según él, cuando el papa Francisco visitó San Cristóbal de Las Casas (estado de Chiapas, frontera con Guatemala) en 2016 pudo apreciar la vida de “una Iglesia que se ha esforzado por ser indígena”.
Al concluir el consistorio, los nuevos cardenales se dirigieron a la capilla del Monasterio «Mater Ecclesiae» dentro del Vaticano, donde saludaron al papa emérito Benedicto XVI.
El domingo, siempre en la basílica de San Pedro, el papa Francisco concelebrará la misa sólo con los nuevos cardenales, informó el Vaticano.
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