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En medio de la negociación, las tres agrupaciones de acreedores extranjeros plantaron posición y rechazaron a través de un comunicado la oferta para el canje de la deuda argentina en sus manos.
El Gobierno respondió con otro documento manifestando su decepción por la postura intransigente de estos bonistas, que concentran casi un 50 por ciento de la deuda a reestructurar.
«Tenemos la esperanza de que nuestros acreedores reconozcan que, especialmente a raíz de la crisis de la covid-19, Argentina no puede pagar más», señala el texto del Ministerio de Economía.
A la vez, la posibilidad de sumarse al canje se extenderá hasta el 22 de mayo, confirmaron a Página/12 fuentes oficiales.
El Gobierno había dispuesto inicialmente la fecha hasta el 8 de mayo para el ingreso a la propuesta de canje por nuevos bonos nominados en dólares y euros y vencimientos en 2030, 2036, 2039, 2043 y 2047. La propuesta incluye tasas de interés crecientes que van desde 0,5 por ciento anual hasta niveles que no superan los cinco puntos porcentuales para ningún plazo. Las quitas alcanzan hasta el 12 por ciento de valor nominal en dólares y a 18 por ciento en euros para las emisiones del macrismo, las más concentradas en vencimientos. En intereses habría una reducción de 62 por ciento.
La extensión de la fecha es otra muestra de la «buena fe» con la que está negociando el gobierno argentino con los acreedores pese a la crisis global.
La semana pasada, luego de lanzada la propuesta y registrados los pasos necesarios, se comenzó con el road show virtual con una agenda prevista de veinte instituciones y fondos, entre los que estaban los más beligerantes, como BlackRock, Ashmore y Fintech. Sin embargo, los primeros contactos previos a la presentación de la propuesta anticipaban un escenario tenso. Algunos representantes de estos fondos habían amenazado al equipo económico de esperar, teniendo espalda financiera para ello, hasta que cambie el gobierno hacia uno «que entienda mejor al mercado».
Negociar
Este lunes los acreedores se plantaron de manera formal. En videoconferencia, los asesores legales de unos 20 fondos que tienen deuda argentina, organizados en tres agrupaciones, expresaron su rechazo a la oferta argentina por “desequilibrada e injusta”. «Estamos listos para comprometernos constructivamente con Argentina cuando su gobierno esté listo para hacerlo, con el objetivo común de encontrar una solución viable a los desafíos financieros actuales del país», fue el mensaje principal del comunicado.
En el Gobierno respondieron con otro. «Mirá que sale de Olivos», señalaron en la previa a conocerse el texto. La intención es mostrar una posición firme, sin fisuras y con potentes acompañamientos para enfrentar la avanzada acreedora. Por eso las expresiones de apoyo y reuniones del Ejecutivo con gobernadores, cámaras empresarias, pymes, bancos nacionales y ONG.
“El Gobierno de Argentina ha revisado y está decepcionado con la declaración del día de hoy (lunes) por parte de tres grupos de acreedores. Mucho puede cambiar en el transcurso de una semana. Tenemos la esperanza de que nuestros acreedores reconozcan que, especialmente a raíz de la crisis del COVID-19, Argentina no puede pagar más«, afirma el comunicado.
«Hemos publicado nuestro análisis de sostenibilidad de la deuda y se encuentra alineado con el del Fondo Monetario Internacional. Si los tenedores de bonos tienen un enfoque diferente que se adecúe a esas limitaciones, deberían presentar una propuesta específica», continúa el documento.
Según un informe de Cifra-CTA, la deuda del gobierno central asciende al 88,8 por ciento del PIB y las necesidades de financiamiento son de 22 por ciento del PIB en 2020, de 17 por ciento en 2021 y 2022 y del 18 por ciento en 2023. «Entre otras cuestiones, en virtud de la elevación del riesgo país la Argentina debería pagar tasas de interés superiores al 35 por ciento en el contexto actual», según el informe realizado por el economista de Cifra-CTA Pablo Manzanelli.
Más plazo
«El Gobierno argentino permanece dispuesto a escuchar y tratar de encontrar un denominador común. Pero cualquier propuesta debe pasar primero la prueba del sentido común«, afirma el comunicado oficial.
El equipo económico mantendrá abierta la propuesta hasta el 22 de mayo, fecha en que termina el período de gracia de 30 días para pagar los intereses de los bonos Global que vencieron en la última semana de abril por el equivalente a 500 millones de dólares.
Después de ese plazo el país pasaría de un default virtual a uno abierto de esos papeles de dueda. En Economía reconocen que hay margen de acción y que las posiciones no están tan alejadas como intentan mostrar los fondos de inversión. Son 7 u 8 puntos de diferencia entre el valor presente que refleja la propuesta argentina (cercana al 38 por ciento) y la que pretende los inversores (del 45 por ciento).
El ministro de Economía, Martín Guzmán, advirtió que «las demandas insostenibles solo pueden generar resultados insostenibles». En una columna en el diario Financial Times Times, insistió en que no se está pidiendo a los acreedores que pierdan, sino que «ganen menos».
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