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El gobierno trabaja en el lanzamiento de un plan para el recambio de los colectivos urbanos por unidades que funcionen con energía eléctrica. El objetivo es integrar la extracción de litio en la cadena de producción de estos ómnibus, además de acercar la red de colectivos a los estándares tecnológicos y medioambientales internacionales. El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, indicó que “próximamente se anunciarán los detalles de una agenda de electromovilidad”. El tema forma parte de un libreto industrial que prácticamente todavía no arrancó porque está “a la espera de que la economía se tranquilice”, según explican desde el Ministerio de Desarrollo Productivo.
«Hay que repensar los modelos productivos, articularlos con más y mejor conocimiento, pensar más en la problemática ambiental y aportar mayores innovaciones tecnológicas. La agenda de electromovilidad busca la renovación de la flota del transporte público de pasajeros. Trabajamos en tres ejes: la industrialización del litio, la incorporación de los fabricantes de autopartes y la renovación de la flota del transporte público, en el marco de lo que denominamos agenda verde», dijo el ministro Kulfas este lunes durante su participación en un panel del encuentro organizado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) en el Centro Cultural Kirchner.
Los colectivos eléctricos no utilizan combustible en forma directa, aunque en el país parte de la generación eléctrica sí se hace en base al gas. No emiten gases contaminantes, son menos ruidosos, tienen bajo costo de mantenimiento y una autonomía promedio de unos 200 kilómetros. Desde mediados del año pasado, en la ciudad de Buenos Aires circulan apenas cuatro unidades de origen chino como parte de una prueba piloto. En América latina, las ciudades más avanzadas en este sector son Santiago de Chile y Bogotá, con unidades provenientes desde China.
El tema de la electromovilidad fue mencionado por el presidente, Alberto Fernández, en su discurso ante la Asamblea Legislativa. “En materia industrial, hemos comenzado a trabajar en proyectos estratégicos de movilidad sustentable”, dijo el mandatario. Además, indicó que “en materia minera también tenemos grandes posibilidades pendientes, con pleno respeto a estándares ambientales y participación social. En particular, la minería metalífera y la del litio se presentan como grandes oportunidades para aumentar las exportaciones argentinas”. El litio se explota en el norte del país y constituye el principal insumo para la fabricación de las baterías que almacenan energía para los artefactos eléctricos.
El gobierno trabaja en la implementación de un sistema de incentivos a la inversión de parte de las empresas de transporte. La cuestión se viene conversando con las autoridades de Adefa, que nuclea a las automotrices, Afac (autopartistas) y el Smata, gremio de mecánicos.
“El tema de la electromovilidad puede abordarse desde varios puntos de vista. En principio, la mirada estrictamente energética dice que el colectivo eléctrico es más eficiente, porque a diferencia del motor a combustible, que cuando frena disipa energía, el eléctrico recarga la batería. Sucede lo mismo en el caso de los autos híbridos. Está ventaja se siente en la ciudad, donde se frena y avanza constantemente, pero no tanto en el transporte de larga distancia”, indicó a este diario un reconocido experto en el tema, profesor de la Universidad de Buenos Aires. “Sin embargo, si se tiene en cuenta a toda la cadena energética, resulta que el eléctrico no es mucho más eficiente que el diésel, sobre todo si se considera que en la Argentina la mayor demanda de energía se cubre con las centrales térmicas. No creo que el eléctrico sea sustancialmente más eficiente ni barato, pero sí es mejor en términos ambientales y eso en las ciudades se siente”, agregó.
Por otro lado, el gobierno tiene la intención de
impulsar la industrialización del litio a partir de la mayor demanda de
colectivos eléctricos. En este sentido, Kulfas recordó que «la euforia de
los precios de los commodities en su momento no fue debidamente aprovechada y
tenemos un déficit regional para sostenernos con nuevas tecnologías. Hay un
espacio muy grande para trabajar que lamentablemente no se aprovechó en el
pasado. La industria 4.0, presenta enormes desafíos y debe formar parte de todo
lo relacionado con las políticas públicas. El Mercosur es uno de los pocos
bloques del mundo integrados por países en desarrollo, aunque la región no
aprovechó aún los recursos regionales para consolidarse en materia industrial. Nos
parece central que todos los países latinoamericanos participen en esta agenda,
que debe ser enriquecida por los grupos de investigación que trabajan en estos
nuevos formatos».
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