https://images.pagina12.com.ar/styles/focal_16_9_960x540/public/media/articles/60493/img-20200326-wa0025-0.jpg?itok=1M3hwX-n
La semana próxima será la primera oportunidad, en etapa de cuarentena, en la que las empresas se enfrentarán a la obligación de tener que abonar los sueldos de sus empleados, y la mayoría de las pymes ya lo viven con angustia. Salvo aquellas que, por desempeñarse en áreas consideradas esenciales, lograron mantener un alto nivel de actividad pese a las medidas de aislamiento obligatorio (alimentos y laboratorios farmacéuticos, por ejemplo), en el resto de sectores son mayoría las que se encuentran limitadas de contar con los recursos necesarios. Hay una gama de situaciones muy diferentes, pero para la casi totalidad de empresas pequeñas o medianas de menos de 15 empleados, alternativas como las líneas de crédito con tasas del 24% o el programa de recuperación productiva, con subsidios sobre los salarios, son inaccesibles. Están lejos de cumplir con los requisitos de una carpeta de créditos o de poder llegar a tiempo con un trámite de presentación de un procedimiento preventivo de crisis. Desde el Ministerio de Desarrollo Productivo admiten que conocen este cuadro de situación y analizan lanzar «medidas de acompañamiento» en los próximos días. Está en juego la suerte de no menos de 250 mil empresas y de los salarios de más de 3 millones de trabajadores.
Hay mucha empresas que se sostienen con lo que recaudan cada día, o cada semana. Si les tocó estar entre las industrias y comercios paralizados con la cuarentena (y ya desde antes con las recomendaciones de aislamiento), llevan casi dos semanas sin ingresos. La mayoría, con más cheques a vencer entregados a proveedores, que a cobrar por ventas. La reactivación del clearing en plena cuarentena, para muchos, fue la espada de Damocles que le soltaron sobre la cabeza.
Pero incluso para sectores considerados esenciales, que siguen con algún nivel de actividad, la situación se le volvió adversa. «Tenemos unos 700 clientes fijos, el 80 % son empresas», le contó a Página 12 Federico Cuomo, que produce y vende agua mineral en bidones, dirigente industrial (RIEL) e integrante de la Mesa Nacional de Unidad Pyme. «Sólo el 5% está trabajando, los que están en los rubros de alimentación y laboratorios; hay más demanda para la distribución en casas particulares, pero en el global estoy vendiendo el 15% de lo que era un nivel normal: sólo abro para no perder clientes», señala.
En su caso, adelantó buena parte de los sueldos a sus 9 empleados cuando arrancó la cuarentena, «por suerte, porque ahora no podría pagarles; con la restitución del clearing me va a quedar la cuenta en rojo hasta donde me dé el límite del descubierto, y el resto serán cheques rechazados. No tuve ingresos como para cubrirlos». Describe situaciones mucho peores entre sus colegas, que no adelantaron sueldos y directamente tienen las persianas bajas.
La reapertura de la compensación bancaria de cheques (clearing) fue reclamada por sectores empresarios para que se restablezca la cadena de pagos. El impacto es desigual y el efecto, según Cuomo, va a favor de la concentración. «Muchos empresarios chicos giramos cheques a pocos proveedores grandes, que son los que ahora píden cobrar cuando nosotros no podemos cubrir. Inevitablemente, es una medida que juega a favor de la concentración», reflexiona.
En todos los casos, son empresarios que dejaron de pedir créditos en los últimos años por las tasas impagables. «No tenemos carpetas de crédito, apenas cuenta corriente. Tampoco nos sirve una tasa del 24% si ni siquiera sé cuándo vuelvo a tener ingresos», advierte. «El Repro tampoco es un instrumento pensado en una empresa chica, exige presentar un procedimiento preventivo de crisis y explicar qué se va a hacer para salir. Cuánto demora? Existirá la pyme que lo pida para cuando salga?», se pregunta irónico.
Los instrumentos son insuficientes y la situación es dramática. El gabinete económico social analiza respuestas, pero la necesidad es urgente. Una de las soluciones posibles, imaginada por dirigentes pymes, es que los bancos paguen todos los cheques que venzan, sin rechazos por 30 dias, a cambio de un crédito a tasa cero hasta que se recupere la actividad normal. Así aseguraría que no se corte la cadena de pagos y no caiga ninguna pyme. «Ahora al gobierno le toca elegir entre las pymes y los bancos; ojalá elija a las pymes», ruega el muy católico y allegado al Papa Francisco, Federico Cuomo.
[ad_2]
Fuente