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A pocos días de su debut oficial como técnico de Independiente, el próximo domingo cuando reciba a River, Lucas Pusineri charló de todo con Olé: su preparación para ocupar este lugar, sus expectativas, cómo quiere que juegue su equipo y un deseo a largo plazo, ser el entrenador del Rojo cuando Sergio Agüero decida volver al club.
Cada mañana te ponés este buzo con el escudo del Rojo, ¿y qué sentís?
-Primero lo miro. Veo las iniciales con mi nombre. Y siento una felicidad absoluta, porque ahora tengo un rol que, si bien es distinto al que estaba acostumbrado, esto lo que siempre quise.
-Estabas decidido: ya en 2013 nos decías que tu objetivo era dirigir al Rojo.
-Sí, esa es la ilusión que uno tenía. Hubo una preparación para poder llegar acá. Ojalá ese camino recorrido sea fructífero para conseguir resultados también. Estoy seguro, me siento maduro. Estar acá es la concreción de un sueño y eso me hace sentir muy feliz.
-¿Qué esfuerzos hiciste para llegar?
-Cuando me retiré, entré en una etapa para capacitarme para una nueva vocación que se abrió a una edad muy temprana como son los 35 años. Hubo una preparación, muchas charlas, visualización de entrenamientos diversos. Viajé a hablar con (Manuel) Pellegrini, estuve en Inglaterra con Sergio Agüero, con quien me une una linda amistad. Hablé con el Cholo Simeone que muy gentilmente me abrió las puertas. Por intermedio de Gaby Milito también he visitado el predio del Bayern Munich cuando estaba Pep Guardiola. Y también tuve innumerables charlas con entrenadores de las categorías más humildes del fútbol argentino. Y todos ganan y todos pierden. Estoy seguro de que voy a tener ideas mías claras. No sirve de nada imitar a otros. Sirve ser auténtico. A partir de ahí quiero poder lograr una creatividad para tender un mensaje claro con los jugadores.
-¿Qué te quedó de esas charlas?
-Las charlas te abren la cabeza para poder tener distintos puntos de vista, pero estoy muy firme en mis convicciones y eso es lo que me hace fuerte. Lo importante es marcar un camino de seriedad y profesionalismo. Ser coherente entre lo que uno dice y hace. Y todos coincidimos en que la clave es tener un buen manejo de grupo.
-Para ser el DT te ayudó el gol a Boca de 2002. ¿Hasta cuándo creés que eso puede ser un colchón en cómo te evalúen?
-Ayuda para poder haber llegado hasta acá porque dejé una buena imagen en los hinchas. Y esa empatía y ese ida y vuelta quedarán para la posteridad. Pero también soy consciente de que, desde la firma del contrato, importan los resultados. El trabajo serio, honesto y lo que pueda venir después es lo que me hará perdurar. Sé que hay que diferenciar lo que uno fue como futbolista.
-¿Y con qué club te encontraste?
–El club ha mejorado mucho su infraestructura. El predio está muy renovado en relación a como lo había conocido gracias al aporte de Gaby Milito, el Kun Agüero y la dirigencia. Las instalaciones y las canchas son muy buenas. Y me encontré con gente que está muy contenta con mi arribo al club. Gente que uno conoce desde hace años, como la chicas de la lavandería, utileros… Todos me dieron la bienvenida. Hasta algunos de los perros callejeros son los mismos, je… Esa buena vibra me hace venir todos los días a trabajar con alegría. Quiero contagiar eso.
-¿Y en lo futbolístico?
-Tenemos buenos jugadores, hay buen plantel y buen equipo. Hay material para poder hacer cosas importantes. El tema es tratar de construir algo anímico, de volver a sentirnos fuertes en lo anímico. Compatibilizar de la mejor manera el rendimiento de los futbolistas para poder ser competitivos y lograr esa unidad que pregono para poder ser un equipo importante.
-¿Tuviste que trabajar mucho con los jugadores para que se le vuelvan a creer?
-Es en lo que yo estoy trabajando. Queremos que haya un quiebre entre lo anterior y lo actual. Hay otros trabajos, otras formas. Hay que lograr que la parte anímica sea fuerte. Los equipos que se levantan ante la adversidad son los que triunfan. Un equipo que pierde y aprende a levantarse de la adversidad puede ser campeón. A partir de ahí hay que formar un buen grupo que aprenda cosas de la victoria y la derrota.
-¿Los hinchas también tienen que entender que esto es borrón y cuenta nueva para todos y no sólo para el DT?
-Es la idea. Queremos que esta renovación pueda ser fruto de nuevos resultados positivos. Tenemos que estar preparados para lograr que la gente acompañe este proceso con buena química, esa química que viví en el 2002, cuando demostrábamos y la gente acompañaba. Eso es lo que quiero lograr.
-Parece mentira que el de 2002 fue el último torneo local que consiguió el Rojo. ¿Cómo se lleva esa mochila y cómo se hace para que no represente un peso?
-Se habla de esto. Es muy difícil salir campeón. Y por eso pasaron 17 años. Hay que prepararse y trabajar para poder lograrlo. Y que este cambio también sirva para poder contagiar esa mística. No es fácil pero tampoco es imposible. Los equipos que están por encima de Independiente en el campeonato no tienen mejores jugadores. Primero tenemos que conformar un buen grupo. Y si armamos un buen grupo seguramente vamos a estar en los primeros lugares también.
-¿Cómo se transmite esa mística?
-Siguiendo el profesionalismo. Si uno es profesional y tiene la cultura del trabajo, del esfuerzo, y si hay armonía, los objetivos se van a ir cumpliendo. Eso es parte de la mística. La mística es trabajo, garra y corazón. Todos los equipos del mundo ganan y pierden, pero hay que dejar algo. Y yo quiero que mi equipo tenga un sello bien marcado en la victoria y en la derrota, que son los dos grandes impostores de este deporte, porque podemos ganar y no creérnosla. Y también perder, pero no meternos en el foso.
-¿Cómo querés que juegue tu equipo?
–No me puedo olvidar de lo que fui como jugador. Ese espíritu de sacrificio, la responsabilidad, la transpiración, eso no puede faltar… A eso hay que agregarle destellos de buen juego, de tenencia, de ser protagonistas, de aprender a diferenciar los momentos del partido, de cuándo puedo ir y cuándo no; de cuándo puedo salir jugando por abajo y cuándo no. Es clave saber diferenciar los momentos para ocultar los defectos y potenciar las virtudes. Eso es lo que te llevan a poder ser un equipo consolidado.
-¿Y qué aspecto del juego del equipo del 2002 te gustaría que se repita…?
–Me gustaría que mi equipo tenga el vértigo que tenía el de 2002. Nosotros teníamos jugadores que sabían defender y atacar. Y era un equipo con mucho gol. Y teníamos mucho vértigo. Eso es bueno para los equipos. Un poco de vértigo en búsqueda del arco contrario sería bueno poder tenerlo.
-¿Sos de mostrarles videos a los jugadores para explicarles que querés?
-Sí, soy de mirar lo que hace el rival para poder adaptar algunas circunstancias al equipo y poder destrabar lo que es la estrategia del rival para siempre imponer la nuestra.
-¿El esquema lo definen las características de los jugadores o a la inversa?
-Sí, lo definen los jugadores. Dentro de la lógica, siempre trataremos de buscar el equilibrio siendo protagonistas. La naturaleza de los jugadores hará que busquemos la forma de cómo plantear el partido tanto en defensa como en ataque. Lo que yo busco es saber cómo voy a defender, cómo voy a crear. Y también saber cómo voy a definir.
-¿En qué sector de la cancha va a presionar? ¿Cómo se va a parar el equipo?
–La idea es tener una recuperación rápida ante la pérdida y saber diferenciar cuándo se puede ser vertical, cuándo se puede tener tenencia y, a partir de la tenencia, poder hacer más daño al rival también.
-¿Vas a jugar con uno o dos delanteros?
–Me gusta ser protagonista mirando siempre el arco rival y ser un equipo ganador. No siempre con muchos delanteros ganás, pero trataremos de que los que estén en cancha puedan ver siempre el arco rival. Intentaremos ser siempre un equipo agresivo.
-¿La idea variará en función del rival?
-No, yo soy de la idea de que al rival se lo tiene en cancha 90 minutos cada seis meses. Entonces mi idea es adaptarme al rival pero priorizando siempre lo nuestro.
-Alexander Barboza dijo que, como técnico, tenés cosas de Gallardo.
-Se ve que quiere jugar, ja, ja. Es un buen halago. Me pone en un lugar de privilegio que se me mencione con un colega y amigo como Gallardo, al cual él lo conoce. Y esa es la línea de conducta que uno quiere, que todos se sientan bien, jueguen o no jueguen.
-¿Encontrás similitud en cuanto a tus trabajos?
-Marcelo tiene un camino recorrido que a uno le gustaría tener. Es una persona seria, responsable y honesta. En el 2006 me pasaba a buscar por mi casa para ir a entrenar a River, íbamos charlando. He ido a ver entrenamientos suyos, hay que admirar lo bueno. Me pone muy contento que le vaya bien a la gente buena.
-Que le vaya bien menos este domingo…
-No, ahí podrá haber un saludo desde lejos, ja ja, ja. Ya por los puntos es otra cosa. La amistad seguirá perdurando, pero en los 90 minutos los dos queremos ganar.
-¿Van de punto a este partido?
-No, no, yo tengo mucha ilusión. Estoy confiado en el buen sentido. Con tranquilidad, hoy no hay partidos fáciles. Pero siento que si estamos todos encauzados puede ser un buen inicio para nosotros.
-Corrés con una ventaja: tenés muchos videos para ver de los equipos de Gallardo y él no tiene ninguno de tu equipo.
–Gallardo: no sabe qué voy a hacer, ja, ja, ja. Tiene suspendidos a Martínez Quarta y a De la Cruz, se le fue Palacios… Igual es un equipo que está armado. Y con nuestras armas intentaremos desarmar lo que ya está armado. La estrategia nuestra tiene que prevalecer. Ojalá el resultado nos acompañe para que esa estrategia sea mucho mas vistosa.
-¿Cómo fue eso de convivir con Agüero en Manchester?
-Pasaba todo el día con Sergio. Después me iba a dormir a un hotel. Pero estuvimos almorzando y compartiendo. Me pone muy contento todo lo que le pasa porque cuando el Kun empezó a tener continuidad, yo fui su capitán. Y él tiene esa reciprocidad. Yo lo cobijé, lo ayudé, porque era un jugador muy noble que nos hacía ganar los partidos. Hay una lista amistad con el Kun.
-¿Le hablaste de su vuelta al Rojo?
-Me dijo que tiene dos años mas de contrato. Él dijo públicamente y, en algún futuro, volverá al club que lo vio nacer.
“Quiero ser el técnico cuando vuelva Agüero”.
Lucas Pusineri
DT del Rojo
-¿Te gustaría dirigirlo cuando vuelva?
-(Se sonríe) Sí, esperemos estar. Sería una alegría dirigir a Agüero cuando vuelva. Quiero ser el DT cuando vuelva.
-¿Tenés ganas de quedarte muchos años en Independiente?
-Sí, me encantaría porque me siento muy a gusto. Me siento cómodo, seguro. Me gustaría poder estar un tiempo extenso que me haga poder mejorar lo que ya está.
-¿Qué es Independiente en tu vida?
-Es difícil de expresarlo en palabras pero es muy importante. Me sienta muy bien. Desde mi lugar humilde y sencillo quiero poder devolverle a la gente toda la confianza que hay depositada en mí.
-¿Cómo les transmitís a tus hijos lo que su papá esta viviendo?
-Es difícil explicarlo con palabras porque son chiquitos todavía: Ciro tiene cinco años y medio casi; y Roque, dos años y nueve meses. Seguramente este momento, como el de 2002, serán guardados para cuando tengan más noción. Aunque ya tienen la camiseta de Independiente puesta porque su abuela Marta se las regaló para Reyes.
-¿Les mostraste imágenes del 2002, del gol a Boca? ¿Cómo reaccionan?
-Mis hijos no piden ver dibujitos, piden ver fútbol, je. Ciro ya va a su escuelita, lo hace muy bien. Le veo cositas. Se respira mucho fútbol en casa.
-¿Es un 8 rompe pelotas como vos?
-Ja, ja. Lo veo más exquisito que el padre. En cambio, el más chiquito ya perdió un diente, es más hacha y tiza. Lo veo como más destructor. Pero a Ciro lo noto que puede meter un pase filtrado, un pase entre líneas, es mas exquisito. Espero, sobre todo, que sean buena gente. y que la vida los pueda encontrar disfrutando de un deporte. Y si es fútbol, mucho mejor.
-¿Te van a ir a ver a la cancha?
-Sí, van a ir. Romi, mi mujer, es lo más parecido a una barrabrava. ¿Si es del Rojo? Es hincha de donde nos dan de comer, je. La verdad, hay que decirlo, cuando tuve la posibilidad de ir a dirigir al exterior, Romi fue la que pregonó, la que empujó a poder irnos como familia. Yo soy más del origen, más de acá, no me quería mover. Ella fue la que me empujó hacia Cúcuta.
-¿La cinta de capitán la lleva ella?
-Nos la vamos prestando, ja, ja. Un partido uno, un partido otro. Pero es muy importante. Es alguien que me saca de la zona de confort, como cuando fuimos a Cúcuta. Y también en Deportivo Cali. Es más, no estaba tan convencida de pegar la vuelta a la Argentina. Íbamos a venir de vacaciones y después se dio todo esto. Pero es una gran compañera, que la van a ver muy verborrágica en la cancha, gritando goles o marcándole al arbitro que se equivocó. Es incondicional, como mis padres, mi hermana, mi cuñado, mis amigos de hace 40 años… Ellos hacen que uno sea lo que es.
-Hablando de amigos. ¿Cómo te llevás con tus ex compañeros del 2002? ¿Cómo anda ese grupo de WhatsApp?
-Muy bien. En el cuerpo técnico hay dos. Leo Díaz, que me acompañó a la experiencia en Cúcuta, y Matías Villavicencio, que está haciendo sus primeras armas y es alguien muy positivo para el grupo. Me hablo con el Rolfi Montenegro, con Castagno Suárez, con Fede Domínguez, acá tienen las puertas abiertas todos, también los históricos.
-¿Los invitaste a un entrenamiento?
-Sí. Soy una persona que no desconfía de su misma sombra. Hay gente que hizo historia en el club. Las grandes glorias como Bochini, Bertoni, Pepe Santoro, Trossero, Burruchaga, el Chivo Pavoni, el Japonés Pérez, todos con los que yo he compartido una mesa de peñas, me gustaría que vengan y se sientan importantes. Este club tiene sentido de pertenencia, que se lo da la gente que marcó una historia. Y es lo que deben tener los mas jóvenes en un futuro.
-¿Querés recuperar ese sentido de pertenencia? ¿Cuesta que vuelvan?
–No hay muchos jugadores que puedan llegar a volver, como el caso de Kun Agüero. Jugadores que hayan tenido un paso histórico por el club y que puedan regresar y aportar ese sentido de pertenencia. No son muchos. Por eso hay que darles lugar a los juveniles para que el día de mañana tengan ese sentido de pertenencia que es importantísimo para los equipos.
-¿Qué te dice el hincha en la calle?
–Que sea auténtico. Y se van a encontrar con esa autenticidad. Me dicen: “Vamos, vamos para adelante, huevo, garra, corazón…”. Esperemos poder darles todo eso.
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