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El dólar contado con liquidación cerró este viernes en 137,30 pesos y marcó una suba de 3,7 por ciento en la jornada. Es su pico de cotización. El dólar bolsa terminó en 129,72 pesos y anotó un incremento de 2,7 por ciento. En el dólar paralelo en contraste se observó una baja en el precio: la cotización se redujo un peso hasta los 140.
El Gobierno avanzó esta semana en cuatro frentes para cuidar las divisas del Banco Central y garantizar la disponibilidad de dólares para la industria. El primero fue ponerl límite al repago de la deuda externa de las empresas del sector privado.
Uno de los principales problemas de los últimos meses es que algunas grandes firmas que operan en el mercado local estaban aprovechando a endeudarse en pesos (con tasas baratas promocionadas por el Banco Central) y luego pedían dólares comerciales para repagar por adelantado sus deudas en moneda extranjera en el exterior.
Puesto en otras palabras: el Estado estaba subsidiando con préstamos baratos el repago de la deuda en dólares de las empresas. Por este motivo se iban 600 millones de dólares al mes (entre capital e intereses) que golpeaban las reservas internacionales.
La segunda normativa clave tiene que ver con las operaciones con bonos. Las nuevas regulaciones generan incentivos a vender dólares en la bolsa (al eliminar el plazo mínimo o parking para comprar títulos con dólares y luego venderlos en la modalidad pesos).
Al mismo tiempo impide a los fondos de inversión no residentes pasar sus pesos a dólares a través del contado con liquidación.
Los fondos de inversión offshore que se mantenían en el mercado se estaban llevando cerca de 20 o 30 millones de dólares por día a través del contado con liqui y provocaban buena parte de la volatilidad de ese mercado.
Estos inversores no residentes no tienen prohibido llevarse el dinero del país. Pero para hacerlo ahora deberán transferir sus títulos al exterior y esperar 15 días para poder liquidarlos por dólares, un medida que incentiva a mantengan sus inversiones en el país.
La tercera iniciativa tiene que ver con los dólares para ahorro y compra con tarjetas. En el Banco Central computaron que por atesoramiento de privados se estaba perdiendo una suma creciente de dólares (unos 800 millones en julio). A esto se suman 100 millones de dólares fugados a través del pago de en moneda extranjera de las tarjetas de crédito.
Para moderar este rojo se pusieron algunas restricciones. Por un lado las compras con tarjeta ahora se netean del cupo mensual para comprar divisas para ahorro. Por otro lado se cargó con un anticipo a cuenta del impuesto de ganancias del 35 por ciento en las compras.
Finalmente se cerró la posibilidad de usar su cupo de compra a los individuos que están recibiendo algún tipo de beneficio del sector público (en forma directa con programas de ingresos o indirecta con crédito subsidiado).
Las estimaciones iniciales de los consultores indican que en los próximos meses sólo podrán comprar divisas el 20 por ciento de los que compraron en septiembre. Esto baja la salida del sector de 800 a menos de 200 millones de dólares al mes.
Por último la cuarta normativa tiene que ver con el prefinanciamiento de los exportadores. Se solicitó al sector agropecuario que consigan préstamos en dólares en el exterior y dejan de usar las líneas de financiamiento locales. El objetivo es acelerar ingreso de las divisas de los exportadores y liberar créditos locales para las empresas de menor tamaño.
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