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En estos tiempos donde el coronavirus genera graves consecuencias a nivel mundial, los goles de River cotizan en bolsa. Marcelo Gallardo, austero y especialista en reinventar su materia prima, cuida el bolsillo, no gasta demasiado, pero cuando abre la billetera aparece el efectivo que necesita. Nada de cheques diferidos o promesas de pago. Este equipo no despilfarra demasiadas situaciones y cuando llega al arco rival, suele poner la plata sobre la mesa y liquidar el trámite. Así, se convirtió en el más contundente de la fase de grupos de la Libertadores.
Gallardo y su sonrisa por el gran presente de River. REUTERS
El Muñeco y sus muchachos van para adelante y no se cansan de romper récords. Con los 21 gritos que acumula este año en la Copa se transformó en el equipo que más convirtió en una fase de grupos, superando los 20 goles que a lo largo de la historia del certamen habían convertido Cruzeiro (1976 y 2011), América de Cali (2000) y Blooming (1985). La capacidad goleadora de este River es indudable, pero a eso le suma una notable efectividad que lo hace aún más peligroso.
La contundencia de River en la Libertadores.
En los seis partidos que lleva jugados pateó 105 veces al arco rival y el promedio marca que cada cinco veces que le apunta a los tres palos, convierte un gol (5,0%). Palmeiras, el mejor equipo de la Libertadores y que podría cruzarse con River en semifinales, tiene un 5,2% mientras que por detrás aparecen Flamengo (5,3%) y Nacional de Uruguay (5,8%), posible rival en cuartos. Aunque Barcelona de Guayaquil realizó 126 remates y Guaraní 157 (viene de tres fases previas), el informe que armó Globoesporte refleja que no tienen ni la eficacia y la eficiencia del club de Núñez.
Este River no pierde el tiempo al momento de atacar. No es de los clubes con mayor posesión de pelota por partido (Racing y Boca aparecen en el top ten) aunque ese aspecto no le quita peligrosidad. Todo lo contrario. Es práctico, directo y Julián Alvarez es un claro ejemplo. Cuando el nuevo goleador que disfruta Gallardo observa que el pajarito salió del reloj cucú, ya sabe que es la hora de que la pelota se reencuentre con la red.
La llave de la Libertadores.
El delantero de 20 años, con un futuro prometedor y un talento cuya cláusula es de 25.000.000 de euros, convierte en la Copa cada 63,2 minutos y con los cinco goles que aparecen en su haber es el segundo máximo artillero junto a Eduardo Salvio, de Boca. El ecuatoriano Fidel Martínez, atacante del Barcelona de Guayaquil y líder con ocho conquistas, ya quedó eliminado y el joven cordobés, la gran apuesta del Muñeco post cuarentena, cuenta los segundos para quedarse con el trono.
Los 14 goles en total que River le metió a un indefenso Binacional contribuyeron a conseguir, literalmente, esta contundente marca, aunque no hay que quitarle mérito a un plantel que tiene el chip de Gallardo implantado hace rato y que no sufre la famosa manta corta. Arriba, los números demuestran que es letal. Y cuando le llegan, siempre aparece un Franco Armani para clausurar su arco. Athletico Paranaense, su rival en octavos, será una nueva prueba para seguir mostrando la contundencia que lo convierte en un candidatazo a volver a conquistar América.
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