El último informe del Instituto de Estadísticas del Defensor del Pueblo de la Provincia de Córdoba (INEDEP) arroja datos preocupantes sobre los hábitos de consumo en la región. Según la encuesta sobre Cambios en los hábitos de consumo realizada en mayo de 2024, la situación económica precaria ha exacerbado la caída en el consumo de alimentos básicos en los hogares de ingresos más bajos.
Entre los hallazgos más destacados, se revela que en los hogares con ingresos insuficientes y grandes dificultades económicas, el consumo de carne ha experimentado una disminución alarmante, afectando al 71,2% de los encuestados. Este fenómeno se extiende también a otros productos alimenticios, como el pollo, los huevos, la leche y otros lácteos, así como las frutas y verduras, todos ellos experimentando reducciones significativas en sus niveles de consumo.
La crisis económica ha obligado a los hogares a adoptar estrategias de ahorro en la compra de alimentos y bebidas. Casi la totalidad de los hogares encuestados (98,6%) recurren a diversas medidas para reducir gastos, como buscar ofertas, aprovechar mejor los alimentos para evitar desperdicios, sustituir marcas por opciones más económicas y comparar precios en diferentes establecimientos.
El informe también revela un cambio en las prioridades de compra, donde el precio se posiciona como el factor determinante en la elección del lugar de compra y la adquisición de alimentos, relegando a un segundo plano consideraciones como la calidad y las preferencias personales.
Además del impacto en el consumo de alimentos, la crisis económica ha llevado a una reducción significativa en los gastos relacionados con el ocio y el entretenimiento. Salidas a comer fuera, viajes turísticos, idas al cine y otras actividades culturales han experimentado una disminución notable, reflejando una realidad donde las familias priorizan la cobertura de necesidades básicas sobre el esparcimiento y el consumo discrecional.
En consonancia con este patrón, la compra de ropa y calzado también ha sufrido un descenso, evidenciando una adaptación de los hogares a una realidad económica más restrictiva. En este contexto, la situación de crisis parece haber permeado diversos aspectos de la vida cotidiana, reconfigurando los hábitos de consumo y prioridades de gasto de la población cordobesa.
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